GLOBAL. Entre 1939 y 1945 se desarrolló el mayor y más cruento conflicto bélico de la historia: la Segunda Guerra Mundial. El 2 de septiembre de 2015 se cumplirán 70 años del fin de esa contienda, iniciada el 1 de septiembre de 1939 con la invasión por la Alemania de Hitler de territorio polaco. Ejércitos de más de 70 países participaron en combates por tierra, mar y aire en los que se enfrentaron las potencias aliadas (sobre todo EE.UU., Gran Bretaña y la Unión Soviética) y las del Eje (Alemania-Italia-Japón). Entre los motivos de esta conflagración se encuentran el cierre en falso de la Primera Guerra Mundial (con un tratado de paz humillante para Alemania) y el triunfo del fascismo en Alemania, Italia y Japón, con el telón de fondo de la profunda crisis económica que sucedió al crack bursátil de 1929. La guerra terminó con la victoria de las potencias aliadas y la creación de las Naciones Unidas, así como con la emergencia de EE.UU. y la Unión Soviética como grandes superpotencias. A consecuencia del conflicto murieron 60 millones de personas, la mayoría de ellas civiles. La llamada Guerra Fría sucedió durante varias décadas a esta gran tragedia que asoló sobre todo al continente europeo y a Japón tras el lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, dando comienzo a la era nuclear y a la Guerra Fría. 70 años después las disputas políticas y territoriales por la partida geoestratégica han vuelto a empezar tras el fin de la Guerra Fría, con las tensiones entre EEUU, la UE y Rusia. Dichas tensiones han vuelto a resurgir como las declaraciones del Canciller polaco cuestionando que la sede de la celebración por el 70 aniversario de la victoria sobre el nazismo, no deberían celebrarse en Moscú, o las declaraciones de Arseni Yatsenuk, el Primer Ministro de Ucrania, argumentando que no fue Alemania si no Rusia la agresora durante la Segunda Guerra Mundial.

El Canciller polaco apoyó la iniciativa del Presidente Bronislaw Komorowski de celebrar el 70º Aniversario de la victoria sobre el nazismo en la Península de Westerplatte, cerca de Gdansk, donde el 1 de septiembre de 1939 comenzó la Segunda Guerra Mundial, debemos reconocer que la propuesta de Komorowski no es muy acertada, el celebrar el aniversario del fin de la guerra en el lugar donde esta comenzó. Está claro que esta acción no es más que una maniobra política para evitar que los dignatarios europeos y norteamericanos vayan a Moscú. El mismo ministro agregó que si los líderes de la UE lleguan el 9 de Mayo a Moscú sería un «desafío a Europa y al mundo libre«. El caso del Canciller polaco, Grzegor Shetyna que cuestiona la ubicación de la celebración del 70º Aniversario de la victoria sobre Alemania, lo podríamos detallar como una enemistad sin fin entre las dos naciones, un distanciamiento diplomático que también ésta involucrando inexorablemente a la UE. Las luchas y enfrentamientos entre Polonia y sus vecinos históricos alemanes, austríacos y rusos ha sido muy notable desde el siglo XVIII. La historia polaca post siglo XIX estuvo caracterizada por un estado débil, que se percibe como constantemente amenazado por sus poderosos vecinos Alemania y Rusia. Recordemos que en el desarrollo de la I Guerra Mundial, en el verano de 1915, Alemania y Austria-Hungría habían ocupado todos los territorios históricamente polacos, gracias a la eficacia de la Ofensiva Gorlice-Tarnow, una ofensiva llevada a cabo por los alemanes en 1915 para aliviar la presión rusa sobre Austria-Hungría en el Frente Oriental. Los alemanes propusieron la creación el Reino de Polonia el 5 de noviembre de 1916. Después de la Gran Guerra, la toma del poder a manos del General Pilsduski en noviembre de 1918, significó el establecimiento del primer estado polaco independiente en más de doce décadas. Luego tendría lugar la Guerra Polaco-Ucraniana entre 1918-1919 por el control de los territorios del Imperio Austro-húngaro, en ese momento en descomposición, concluyendo con la liquidación de la República Popular de Ucrania incorporándola como territorio polaco y la Guerra Polaco-Soviética entre el 14 de febrero de 1919 y el 18 de marzo de 1921, hasta el Tratado de Riga, que pondría punto y final al conflicto.

Segunda guerra mundial

El 1 de septiembre Alemania invadía Polonia, dos días después el Reino Unido y Francia declaraban la Guerra al país agresor, dando inicio a la Segunda Guerra Mundial. Pero el 17 de septiembre, la URSS siguiendo su acuerdo secreto con Alemania, el famoso Pacto Ribbentrop-Molotov, invadió Polonia desde el Este, convirtiendo las defensas polacas en un caos mediante la apertura de un segundo frente. El tratado contenía cláusulas de no agresión mutua, así como un compromiso para solucionar pacíficamente las controversias entre ambas naciones mediante consultas mutuas. A ello se agregaba la intención de estrechar vínculos económicos y comerciales otorgándose tratos preferenciales, así como de ayuda mutua: El principal elemento era que ninguno de los países celebrantes entraría en alguna alianza política o militar contraria al otro, lo cual implicaba en la práctica que la Unión Soviética rechazaría integrarse a cualquier bloque formado contra el Tercer Reich.Los polacos nunca perdonaron la invasión del 17 de septiembre y la matanza de Katyn, donde miles de oficiales del ejército polaco fueron brutalmente asesinados en masa por la NKVD de Stalin. Polonia sigue recriminando a Rusia no haber intervenido en ayudar a la Armija Krajowa (El Ejército Nacional o Territorial Polaco) en el Alzamiento de Varsovia del 1 de agosto al 2 de octubre de 1944. Cuando empezó el levantamiento, el Ejército Rojo se encontraba a decenas de kilómetros de la capital, y al llegar el 17 de septiembre, solo debía cruzar el río Vístula para liberar Varsovia. Sin embargo, los soviéticos se detuvieron, lo que ha llevado a pensar a la mayoría de los historiadores a concluir que Stalin prefería que la sublevación fracasara, para poder gobernar Polonia con mayor facilidad durante los años de la Guerra Fría.

Los soviéticos por su parte, aseguraron que frenaron su avance por problemas de abastecimiento, ya que sus líneas de suministros estaban sobre extendidas desde la Operación Bragation, una ofensiva en masa del Ejército Rojo sobre la Bielorrusia soviética durante el verano de 1944. De hecho el 22 de junio de 1944, tres años después de la invasión alemana de la URSS, las fuerzas soviéticas dieron comienzo a la ofensiva, la cual llevaría a la destrucción del Grupo de Ejércitos Centro alemán, cuando se inciio dicha ofensiva, el Grupo de Ejércitos Centro estaba bajo el mando del Mariscal Walter Model, sustituido el 16 de agosto por el General Georg Hans Reinhard y el 17 de enero de 1945 por Ferdinand Schörner. Encuentro un error, no cerrar las rencillas y enfrentamientos políticos e históricos de las naciones frente a la amenaza de la guerra que se cierne y vuelve a resurgir en el mundo. Debemos ser conscientes de lo que significó la Segunda Guerra Mundial, y que Rusia sufrió más de 20 millones de muertos, causa suficiente para que el 70º Aniversario de la Segunda Guerra Mundial se celebre en Moscú. No olvidemos las batallas de Stalingrado, el cerco de Leningrado, Kursk, Crimea, Voronezh y tantas otras ofensivas como las que cercaron al ejército alemán en Curlandia, la Operación Saturno o la Operación Urano llevada a cabo por el Ejército Rojo, o la propia Batalla de Berlín, donde los rusos sufrieron 400.000 bajas entre muertos, heridos y desaparecidos. Debemos ser conscientes del aporte de Rusia a la Segunda Guerra Mundial, La guerra de Alemania con la Unión Soviética adquirió caracteres únicos en cuanto a los ribetes terroríficos y dramáticos. Las penurias impuestas tanto por la guerra como por las condiciones ambientales sobrepasaron en muchas oportunidades la capacidad de sufrimiento del ser humano. El hambre, el frío extremo, la vastedad del paisaje, el polvo y los lodazales, los partisanos, la falta de misericordia y la crueldad hacia el enemigo fueron de características únicas en este escenario. El Frente Oriental no tuvo paralelo en Europa por su ferocidad y brutalidad. La lucha involucró a millones de soldados en el bando soviético y el bando alemán.

1942 Stalingrado soldados rusos

En este frente de operaciones murieron más de 5 millones de soldados de las fuerzas del Eje, mientras que las pérdidas soviéticas duplicaron estas últimas, muriendo casi tres millones de soldados soviéticos, no en batalla, sino en campos de prisioneros de guerra. La comisión de historiadores conformada con ocasión de la Perestroika en 1987 estimó las pérdidas de este conflicto en 26,2 millones (alrededor del 16% de la población de la Unión Soviética en 1940), de los cuales más de 10 millones eran soldados y oficiales soviéticos (6,8 millones de muertes directas y 3,8 millones de prisioneros de guerra muertos a manos de la Wehrmacht), 11 millones fueron pérdidas civiles directas y 5 millones pérdidas civiles indirectas. El número de soldados del Ejército Soviético muertos en combate representa cerca de 5.000 muertes por día, es decir, pérdidas cuatro veces más elevadas que aquellas sufridas por el Ejército imperial ruso sobre este mismo frente entre 1914 y 1917 Las pérdidas del ejército alemán en el Frente Oriental se estimaron en 4 millones de muertos y desaparecidos. Entonces, la guerra nazi-soviética de 1941-1945 fue, muy probablemente, el conflicto más sangriento de la historia humana, con un total estimado de más de 30 millones de muertos.

La alta cifra de civiles muertos, revela el maltrato que sufrieron los prisioneros en ambos bandos, así como la brutalidad que mostraron los partisanos. Si bien, inicialmente los alemanes empezaron a limpiar los estados del Báltico de su población natural, los soviéticos luego hicieron lo mismo en Polonia y Alemania. El progreso de la artillería originó que grandes masas de soldados fueron aniquiladas en minutos. El uso de la táctica de la tierra quemada., ordenada por Hitler y Stalin, originó que miles murieran de frío y hambre, así como la destrucción de la infraestructura completa de muchas ciudades, Stalingrado y Varsovia por ejemplo. Como colofón final a este análisis de los revisionismos históricos por parte de ciertos mandatarios europeos en la citada celebración del aniversario de la Segunda Guerra Mundial, me gustaría recordar las alusiones que ralizó el primer ministro ucraniano, Arseni Yatsenuk, durante su visita a Alemania a principios de enero de este año declaró que, Rusia «invadió» Ucrania y Alemania durante la Segunda Guerra Mundial y, al mismo tiempo, acusó al presidente ruso, Vladímir Putin, de un intento de “reescribir los resultados» de la misma. Las palabras de Arseni Yatseniuk, el Primer Ministro de Ucrania en la televisión local alemana ARD, son del todo fuera de lugar. Es una simple maniobra de revisionismo y falsificación de la historia. Es una vuelta de tuerca más sobre el revisionismo histórico de todo lo que tenga que ver con la Rusia. La historia, nos guste o no , es tal y como ha sucedido y no podemos cambiarla a nuestro gusto o a los propios intereses geopolíticos de las naciones. Aunque en esta ocasión adquiere tintes dantescos, y en el año en que se conmemora el 70º aniversario de la victoria de las naciones aliadas, entre ellas Rusia en la lucha contra el nazismo en Europa durante la II Guerra Mundial, semejante infamia a los más de 20 millones de muertos que hubieron en Rusia durante la guerra merece una aclaración por parte de los mandatarios europeos y norteamericanos. Lo curioso de todo ello, es que no ha habido ninguna reacción contundente por parte de EEUU y la UE, contrarios a condenar la glorificación del nazismo en la votación de la ONU. Recordamos que precisamente la Unión Soviética fue uno de los pilares de la lucha contra el nazismo en la Europa de la II Guerra Mundial. Todos los historiadores sabemos que Rusia fue un factor fundamental para que se combatiera el nazismo y para que los aliados pudieran ganar la II Guerra Mundial. Como ya he mencionado anteriormente, La Segunda Guerra Mundial quedará marcada como uno de los conflictos Internacionales más masivos y destructivos en todo el mundo ya que en base a esta gran cantidad de países que participaron en el conflicto, muchos de ellos se quedaron sin un sustento económico, por llamarlo de algún modo, tuvieron que unirse a otros países para así ir creciendo poco a poco, hasta llegar a lo que hoy en día vemos o podemos llamar países más desarrollados.