Dentro de un mes tendrá lugar la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid 2016, un escaparate para ver cuáles son las propuestas de nuestros mejores diseñadores para la temporada otoño-invierno 2017. Todos los flashes apuntarán a IFEMA, donde se darán cita creadores, modelos y personalidades varias del panorama nacional para celebrar la fiesta de la moda española. Sin embargo, toca hacer examen de conciencia: ¿qué le falta nuestra semana de la moda para estar a la altura de París, Londres, Nueva York o Milán? Analizamos todos los porqués.
Desde su creación en 1985 bajo el nombre “Pasarela Cibeles”, la semana de la moda de Madrid ha evolucionado de forma espectacular. Uno de los grandes logros fue conseguir el respaldo de Mercedes-Benz en 2012, tras lo cual, Cibeles pasó a denominarse Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, lo que proporcionó a la moda española una mayor difusión internacional. Además, gracias a Samsung EGO, las grandes promesas de nuestra moda pueden mostrar al público sus creaciones. A pesar de esto, hay algunos factores que juegan en contra de la pasarela madrileña. En primer lugar, los diseñadores no están obligados a vender las piezas de las colecciones que presentan al evento, por lo que no se obtienen beneficios suficientes. Además, este hecho altera la concepción de los diseñadores a la hora de crear: es más importante el hecho de exhibir prendas únicas que producir una colección que se adapte al público y, por tanto, que sea atractiva de cara a la venta.
La escasez de beneficios repercute, claro está, en el espectáculo. Podríamos decir que es ya mítico el famoso desfile de Chanel, durante la semana de la moda de París en 2014, en el que Karl Lagerfeld convitió el Grand Palais en un lujoso supermercado donde podíamos ver a Cara Delevigne paseando a la cantante Rihanna en un carro de la compra. La falta de recursos en el caso español impide organizar un show a la altura de los que vemos en las grandes capitales de la moda.
También se echa en falta la presencia de celebrities internacionales sentadas en el front row de los grandes desfiles y que hagan de embajadoras no solo las revistas, sino también en redes sociales. No olvidemos que algunos de nuestros mejores diseñadores visten a artistas y socialités de todo el mundo (sin ir más lejos, el diseñador Paco Delgado acaba de ser nominado al Oscar por mejor vestuario gracias a La chica danesa, convirtiéndose en el único español nominado de la próxima edición).
No sabemos si estamos a tiempo de hacer alguna sugerencia antes de que se celebre la 62ª edición (del 19 al 23 de febrero de 2016) o si nuestras propuestas se convertirán en el propósito de año nuevo de todos los que hacen posible la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid para 2017, pero lo que está claro es que los diseñadores made in Spain deben ponerse a trabajar en colecciones con las que el público pueda conectar y, por tanto, que desee comprar, para aumentar beneficios y hacer que los desfiles de las próximas ediciones se conviertan en espectáculos al más puro estilo Broadway. Así, de paso, nos convertimos en reclamo para las grandes embajadoras de la moda internacional. No estaría mal ver a Olivia Palermo paseando sus estilismos por las calles madrileñas.