ESPAÑA. Con portadas como “Rajoy ha muerto” y “El rey podría violarte”, el grupo de periodistas que puso en marcha la revista satírica Mongolia ha conseguido su meta: crear algo diferente.

Este mes, la revista cumple un año y es ello coincide con la publicación de El Libro Rojo de Mongolia (Editorial Mondadori). En una entrevista exclusiva para ROOSTERGNN, los autores Eduardo Bravo y Eduardo Galán nos cuentan los primeros pasos de la revista, los entresijos legales hasta su publicación, la conviencia con los partidos políticos y sus ideologías, el acceso a datos sobre la Casa Real, y por último, cómo han vivido la publicación de El Libro Rojo de Mongolia.

¿Cómo se puso en marcha Mongolia y sobre todo, de dónde vino la idea?

E. Bravo: Surge de un grupo de amigos vinculados al mundo del periodismo que hacíamos prensa alternativa. Viendo que la situación del país empeoraba, nos dimos cuenta de que había que tomar el toro por los cuernos. Pensamos que era un buen momento para hacer una revista de humor y la coyuntura social también invitaba a ello. Comenzó a fraguarse a finales de 2010 y ahora mismo cumplimos un año.

Muchos piensan que podríais ser denunciados por las publicaciones que realizáis, ¿tenéis ese campo asegurado?

E. Galán: Nuestro director es Gonzalo Boyer. Es abogado. Él se lee todos nuestros números para evitar que nos metan en la cárcel. Aunque no tendríamos ningún tipo de problema en ir a la cárcel un par de meses, que parece que están dando de comer bien, próximamente estará Bárcenas… (bromean).

Nuestro gran problema sería la multa que nos podrían poner, porque nos desmontaría la revista. Tenemos mucho cuidado en determinadas cosas (no en todas) para que lo lea el abogado y nos marque aquellas cosas que son ilegales o por las que nos podrían meter un puro.

E. Bravo: Ha habido otras ocasiones en las que no ha habido juego de palabras, sino información pura y dura. Por ejemplo, este último número que se publica que José Antich, director de la Vanguardia, ha recibido sobres en el pasado del actual Ministro de Interior. Durante 10 días tienes un plazo de rectificación en el que recibir las denuncias y nunca hemos recibido nada. Con la segunda portada de “El Rey podría violarte” esperábamos que la Casa Real podría emprender algún tipo de acción, y tampoco.

No sabemos si es porque nosotros somos un medio muy pequeño y denunciarnos podría darnos mucha más publicidad, o bien porque todo lo que contamos es verdad.

Por lo que se deduce, más o menos, tiráis a izquierdas, y en este momento la crítica que hacéis al gobierno se os puede hacer más fácil, pero, ¿haríais lo mismo estando la izquierda en el poder?

E. Galán, E. Bravo: O peor (contestan ambos).

E. Galán: Tenemos claro que somos una publicación de izquierdas, pero que vamos a dar caña a los dos lados. Obviamente damos más caña al gobierno, porque son los que toman las decisiones etc., pero por ejemplo en Twitter criticamos que el principal problema del PSOE es que tendrían que estar preocupados por el proceso rupturista entre las clases medias y bajas y la clase alta, y están más preocupados de si Chacón vota o no vota, si el PSC se rompe…

E. Bravo: Nos dicen ‘es que solo os metéis con la religión católica’. No, nos metemos con todas las religiones. La diferencia es que estamos en un país aparentemente laico, pero de gran influencia católica y es la jerarquía eclesiástica católica la que tiene más poder en este país. También hemos tenido chistes sobre Mahoma y no hemos tenido ningún escándalo.

La familia real es otro de vuestros puntos de mira. ¿Tenéis mucha gente que no le importe daros esta información?

E. Galán: Es difícil pero se consigue. Aquí hay una variable importante: que tengas contactos. Pere Rusiñol fue subdirector de Público y se encarga de la sección de ‘Reality News’. Él tiene muchísimos contactos y a esos contactos se les remunera – esto es importantísimo.

E. Bravo: No pagamos por la información, pagamos por artículos acabados. Esta gente o bien están despedidos, o bien están dentro pero no pueden contar las cosas que les gustaría contar. Nos lo cuentan porque somos un medio libre e independiente. No tenemos vínculos con ninguna entidad bancaria ni deuda, y por eso podemos publicarlo.

Acabáis de publicar El Libro Rojo de Mongolia. ¿Cómo ha sido esta experiencia? ¿Ha tenido buena acogida?

E. Galán: Nos han anunciado que entramos en segunda edición, o sea que parece ser que la acogida ha sido muy buena. [Mondadori] es una editorial grande y nos han dejado publicar sin que nos tocaran una coma. La verdad es que está muy bien que te anuncien antes de hacer la gira (‘Mongolia & Friends’) que va a haber segunda edición.

El Libro Rojo no tiene que ver nada con la revista. Son cosas más intemporales, nuestro objetivo era condensar ‘todo el conocimiento humano’, todo lo que se sabe, en ‘un libro para ir a cagar’.

No tiene índice, porque el conocimiento humano es desorganizado, y queríamos que estuviera ahí todo. No se si lo habremos conseguido, pero nosotros somos mucho de plantearnos expectativas muy altas, porque luego si fracasas dices que era una broma.

Trailer de El Libro Rojo de Mongolia

Vais a publicar vuestro nuevo número en el que aparece una página llena de tachones que vuestro abogado decidió que no deberíais publicar. ¿Creéis que va a ‘dar que hablar’?

E. Bravo: En este caso es un especial de Semana Santa. El abogado, cuando le pasamos el artículo para que lo leyese, lo tachó todo, y en lugar de exhibirlo de nuevo, era una forma de enseñar en qué país vivimos.

E. Galán: Lo hacemos a efectos sobre todo de hacer consciente a la gente de qué cosas no puedes decir. Hay una página sobre religión que saldrá tachada con una nota como ‘Soy mayor de 18 años, voy a utilizar esto de forma privada y no lo voy a difundir y si lo difundo va a ser bajo mi propia responsabilidad’. Si el lector nos manda el mensaje, se le mandará lo que está tachado.

E. Bravo: ¿Repercusión? Ninguna, porque somos muy pequeños, esto no va a trascender, y de hecho creo que nuestros hitos en cuanto a repercusión no ha sido una cosa buscada, ha sido una cosa accidental.

¿Creéis que falta humor en España?

E. Bravo: El humor existe, lo que no existen son los medios en los cuales canalizarlos. Los medios de comunicación son bastante reacios. Primero, porque el humor se considera una cosa frívola y por tanto es de menos calidad, después, porque el humor es un arma muy peligrosa, puede hacer mucho daño y especialmente a los poderosos. El humor permite que la crítica sea más permeable y llega de forma más directa y a un mayor público.

Eso los medios lo saben, y la gente que hay detrás de los medios, que ahora son generalmente los bancos. El 80% de las empresas mediáticas del país están en una situación muy crítica, y hay determinados temas que los bancos no quieren que se traten, desahucios, hipotecas…, son temas que es mejor no tocar.

Por último, ¿algún proyecto más entre manos?

E. Galán: De momento, el libro. Hay más proyectos posibles con Mondadori, pero de arranque sobre todo es la gira que vamos a hacer. ‘Nuestro nuestro’ es el lanzamiento del número que sale el viernes. En total, seguir en la carretera que para nosotros es muy importante.