MÉXICO. Según la Procuraduría General de la República en México, principal órgano del poder Ejecutivo Federal, la cifra de muertos de la guerra del narcotráfico desde el 2006 al 2011 ascendió a los 47.515. Fernando Brito, residente de Culiacán, uno de los municipios más grandes del noroeste de México, añade que “generalmente los asesinatos se producen por la noche y los cadáveres son arrojados en lugares remotos”.
Brito lleva desde el 2004 trabajando como editor fotográfico para el diario El Debate de Culiacán. Cubriendo reportajes de índole sociopolítica, empezó a indagar en la aterradora situación que se vive en México tras la guerra motivada por el narcotráfico.
Sus fotos de los incesantes asesinatos han sido reconocidos a nivel internacional, siendo seleccionados para el Premio World Press Photo en 2011. El mismo año, Brito fue galardonado con el Premio Descubrimientos PHotoEspaña, lo cual le permite exponer su trabajo en siguientes ediciones del festival. Hasta el 1 de septiembre de 2013, el Círculo de Bellas Artes de Madrid acogerá su exposición Tus pasos se perdieron con el paisaje dentro del marco de PHotoEspaña 2013.
A primera vista vemos un paisaje; sin embargo, se pierde la nitidez característica de la fotografía de paisaje en la foto. Los cuerpos yacientes de la imagen pretenden evocar el recuerdo de los fallecidos en esta guerra violenta, aludiendo siempre al riesgo que tiene cualquier persona de convertirse en víctima. Sus fotos nos invitan a mirar con detenimiento, a pensar y a plantearnos lo que está pasando.
Las fotos de Brito no pretenden ser sensacionalistas ni mostrar la muerte de una manera cruda y dramática. No se está juzgando; más bien se trata de revelar la realidad y, de manera muy sutil, simbolizar la situación.
Es más, Brito argumenta que su trabajo comenzó motivado por la sombra de duda que existe respecto a las víctimas. Se sentía obligado a desenmascarar algunas de las principales cuestiones que se esconden tras los reales motivos de estos asesinatos, ya que la tendencia social consiste en juzgar que “por algo habrá sido”, y creer en la implicación de la víctima en el tráfico de narcóticos. Pero según él, el clima de violencia genera la guerra entre los bandos. “La impunidad de estos crímenes hace que muchas personas se tomen la justicia por su mano y recurran a las armas ante cualquier altercado”, explica.
Brito mismo no se considera ni artista, ni fotoperiodista, sino un simple ciudadano con una queja. Con su trabajo intenta dar visibilidad a la violencia y recuperar la voz de los muertos, rápidamente olvidados y puestos en un segundo plano ante las nuevas muertes, las cuales ocurren sin cesar.
El trabajo de Brito es una denuncia personal. La sociedad pretende evadirse por haberse casi acostumbrado a convivir bajo un clima de violencia y miedo del que no se habla, ni siquiera en el Gobierno.