GLOBAL. Suena el despertador. Un día más, misma rutina, mismo sitios, mismas personas. Mismo proyectos en mente que no consigues materializar porque ¡vaya!, te quedaste sin tiempo, sin energía, sin fuerzas al acabar el día.

El ritmo de la sociedad marca unos tiempos vertiginosos, difíciles de seguir y más complicados aún de cumplir. De ahí que la mayor parte de las dolencias que sufrimos actualmente estén directamente vinculadas con el estrés: enfermedades coronarias, problemas digestivos, caída de cabello, enfermedades mentales…

Pensar no es un delito, es un acto necesario | ROOSTERGNN

Pensar no es un delito, es un acto necesario | ROOSTERGNN

Para evitar que la vida se convierta en un tren del que nos queremos bajar, hay que recordar la mayor y mejor habilidad de nuestra naturaleza: el pensamiento. La expresión «pararse a pensar» no es baladí, y verdaderamente resume una necesidad en los tiempo que corren. La de pararnos y ver si nuestro ritmo de vida nos hace felices, o si por el contrario, necesitamos un cambio. Nuestra vida es nuestro tiempo y por ello debemos tomar nuestras propias decisiones.