ESPAÑA. Hace ya unos cuantos meses que tuve que cerrar mi primera empresa, y con ella, un medio de comunicación de carácter internacional y una revista, Babylon Magazine, en formato papel, digital y canal de radio que durante casi seis años fue mi gran pasión profesional y a la que le dediqué, junto a mis socios en esta aventura, muchísimas horas de trabajo y una energía sin límites. La despedida fue dura puesto que la situación económica de nuestro medio y las deudas acumuladas nos obligaban a echar el cierre. Por el camino, conseguimos imprimir veintidós números en papel distribuyéndolos por varios países y en vuelos internacionales. Llevamos la marca España e Hispanoamericana al extranjero desde 2008, promocionando su escena cultural a través de una revista escrita en inglés y en español, mediante un programa de radio en Radio Exterior (RNE), y organizando y produciendo más de diez eventos de networking y promoción de artistas españoles e hispanoamericanos realizados en ciudades como Nueva York, Edimburgo o Londres.
Cuando cerramos, sentí un enorme vacío vital, puesto que pasé de trabajar diez o doce horas diarias en el medio que había creado junto con amigos y compañeros de la facultad y sin apenas recursos, a tener que buscarme la vida y empezar de cero. Pero echando la vista atrás, veo que todo son recuerdos increíbles y una experiencia brutal ya que, en mi opinión, el aprendizaje que uno adquiere cuando crea una empresa y lleva adelante un proyecto propio es mucho más valioso que un MBA o el mejor máster o beca en una gran cabecera o medio de prestigio. ¿Acaso allí te enseñan a cómo crear una revista desde cero, transformando la idea o concepto inicial en cien páginas en papel y en un website bilingüe con sus respectivas secciones, tipografías, ilustraciones y diseños? ¿Cómo es eso de negociar con clientes publicitarios, contratar a periodistas, publicistas o ingenieros informáticos? ¿Y qué hay de lo de tratar con una imprenta y hacer que lleguen miles de ejemplares a diferentes puntos del globo y a varios distribuidores internacionales? Todo esto y mucho más lo aprendí junto a mi equipo. Fuimos unos privilegiados.
Pero, ¿cómo se puede crear un medio internacional en España y no morir en el intento? Sobre lo que no se debería hacer, principalmente es no endeudarse y no permitir que la obsesión y pasión por tu medio te mate y no te deje ver la realidad con claridad. Hay que intentar que otros inviertan en tu medio y conseguir que tus lectores paguen de alguna forma por consumir tu información. Los productos periodísticos pueden ser geniales, de mucha calidad, pero al final siempre hay que rendir cuentas y ser muy previsores con los ingresos y costes que produce tu modelo de negocio. Hay que inventar, crear, innovar en la forma de cómo rentabilizar tu medio y de cómo hacerlo sostenible; gracias Internet no hace falta ser un gran grupo de comunicación para ser el más innovador o trasgresor, las startups de no más de tres o cinco personas están reinventando el mundo.
Nadie tiene la fórmula mágica, pero lo que sí que creo que puedo recomendar a todo el que pueda es que intente arrancar su propio medio o proyecto periodístico. Se puede hacer sin recursos, sin invertir nada, la tecnología de hoy nos lo permite y, teniendo a los compañeros adecuados y con mucho trabajo y actitud positiva, todo es posible. Hay que tener mucha pasión y capacidad de sufrimiento y, por el camino, generar ingresos para comer y sobrevivir. Supone convertirse en un periodista emprendedor y aceptar las reglas del juego: el fin último de una empresa es ganar dinero y por ello hay que rentabilizar los contenidos pero, siempre, sin perder la esencia de informar con criterio, transparencia y calidad desde la marca que has creado. Los medios de comunicación pasan por la mayor crisis del modelo de su historia, hay más periodistas en paro que nunca, pero también están naciendo muchos medios de pequeño tamaño y son éstos los que cambiarán para siempre la industria periodística dando paso a un nuevo escenario mediático.