LONDRES, REINO UNIDO. Londres, ciudad histórica donde las haya, ha vivido en los últimos años una modernización que la han convertido en la vanguardia de la moda, la música y las artes. Es prácticamente imposible aburrirse por la gran cantidad de pasatiempos que ofrece. Harían falta infinidad de manos para contar con los dedos los lugares de interés y diversión que hay en esta gran metrópoli.
Yo diría que lo que más caracteriza a Londres es el gran número de etnias, culturas y religiones que aquí conviven. Es una ciudad cosmopolita y llena de vida. Resulta cuanto menos curioso que allí se hablen más de 300 idiomas. Por otra parte, llama la atención que cuatro de cada diez londinenses no sean británicos.
Asimismo, Londres goza del estatus de hub del cool. La capital británica es el lugar de creación de la mayoría de originalidades que marcan los ciclos de modas, novedades y tendencias del mercado mundial. Es el centro emisor del cool de nuestro mundo hipermoderno.
Ahora bien, ¿qué es algo cool? ¿Quién es cool? Algo cool es mucho más que algo simplemente diferente o raro. Algo cool es algo original, pero también relevante, en el sentido de que influye a un gran número de personas. Por su parte, alguien cool es alguien que, por su forma de actuar y mostrarse ante el mundo, provoca una admiración apropiable en los demás. Lo mismo se puede decir de las empresas cool, empresas que logran que se deseen sus productos desde el mismo momento en que se ven. Pues bien, todas estas originalidades, apropiaciones, agentes y procesos se dan cita – en mayor medida que en otras ciudades modernas – en Londres.En definitiva, tanto por su carácter cosmopolita y multirracial como por la capacidad de proyección e integración de sus propuestas a nivel mundial, Londres es considerada, junto a Nueva York, la capital del mundo.
A continuación, os narraré la experiencia que viví allí. Daré un repaso de las zonas que visité y os contaré cuáles fueron mis impresiones del lugar.
Antes que nada, Londres es una ciudad muy grande. Cuenta con 33 distritos. Dividiré mi relato en distritos (obviamente, no estuve en cada uno de esos 33, pero sí en los más simbólicos), y destacaré aquello que, en mi opinión, merece la pena ver.
COSTE DE VIDA
Haré un pequeño inciso en el coste de vida. No es un secreto que Londres es una ciudad más cara que Madrid.
Empezaré por el que tal vez sea el tema más delicado: el transporte. El precio del ticket de metro varía dependiendo de la hora en que cojáis el metro y de la zona por la que os desplacéis.
En la mayoría de casos, la gente que viene a visitar Londres no se desplaza más allá de la zona 2. Yo no soy excepción. Mi hotel se encontraba cerca de la estación de South Kensington, que está en la zona 1, y siempre me movía entre la zona 1 y 2; nunca llegué a la zona 3.
En cuanto a los billetes, están la travelcard peak y la travelcard off peak. La primera es la que se usa en caso de que tengáis que coger el metro en hora punta, que es de 4:30 a 9:30h y de 16 a 19h de Lunes a Viernes. Yo siempre compraba la segunda, puesto que es más barata.
Si no os queda más remedio que tener que coger el metro antes de las 9:30h, os recomiendo optar por el autobús, así os ahorraréis un buen dinero.
Un ticket sencillo de metro cuesta 4,50 libras/pounds (para cualquier zona), aunque es recomendable comprar un pase diario (o day travelcard), con el que podréis ir en metro a cualquier hora del día y las veces que queráis. En mi caso, yo utilizaba siempre la day travel card off-peak, para las zonas 1 a 2, que es el mínimo. Me salía por 5,60 libras al día, que en euros vienen a ser 6,77; aunque desde entonces ha subido de precio y hoy este mismo billete cuesta 7,30 pounds (¡casi 9€!).
El abono transporte en Londres cuesta 160 libras (cerca de 200€). Debido al precio, muchos prefieren coger la bici para moverse por la ciudad, así, de paso, se ahorran los interminables atascos que se suelen formar en las carreteras de la capital.
Comer fuera también sale ligeramente más caro que en Madrid, aunque depende de los restaurantes a los que vayáis.
Por ejemplo, un menú mediano en el McDonald’s sale más o menos por lo mismo que en Madrid.
Por otro lado, allí un menú en un restaurante estándar sale por algo más de 20€ mínimo por persona (unos 17,50 pounds).
Por último, la pinta de cerveza sale entre 3 y 5 libras.
De igual forma, es importante señalar que en los restaurantes de allí es costumbre dejar de propina entre un 10 y un 15% del total de la cuenta.
Ir al cine en Londres tampoco sale barato. Una entrada cuesta casi 12 libras, alrededor de 14 euros. ¡Y nosotros que nos quejamos de los precios en Madrid! Lo cierto es que renta más ir a un cine de las afueras, en donde los precios son más asequibles.
Por último, si tenéis pensado permanecer en Londres una larga temporada y estáis buscando piso o apartamento, debéis saber que el precio varía dependiendo del tipo de alojamiento, de la zona, etc. Asimismo, tenéis que pensar que no vais a una ciudad cualquiera. Londres es uno de los lugares más caros donde vivir del mundo.
Generalmente, cuanto más os alejéis de la zona 1 y 2 – el centro -, más barato os saldrá el alojamiento. Si vais a Londres, olvidaos de vivir solos en un lujoso apartamento moderno (a no ser que os lo podáis permitir, claro). La mayoría de gente comparte piso o vive sola en un estudio (una habitación y un baño). Sin embargo, esta última opción tampoco es que sea muy económica; a saber que el precio de alquiler de un estudio en la zona 3 difícilmente os saldrá por menos de 900 pounds al mes (cerca de 1.110 euros).
De todas formas, la opción más popular entre los estudiantes y los jóvenes profesionales es rentar una gran propiedad, con varias habitaciones, y compartir entre todos el alquiler, algo que generalmente varía entre las 300, 400 o 500 libras por persona. Hay inmobiliarias y páginas web especializadas que se dedican a este tipo de alquiler. De hecho, un amigo mío que vive allí comparte chalet con otras tres personas en un barrio de la zona 3, en una de las calles colindantes a Euston Road, cerca de la estación de tren de Euston, teniendo que pagar sólo 400 pounds mensuales.
KENSINGTON
Empiezo por aquí puesto que el hotel donde me hospedaba se encontraba en este distrito, y la primera cosa que hice al salir de la posada fue dar una vuelta por la zona.
A unos cinco minutos caminando estaban el Museo Natural de Historia y el Museo de Ciencia, ambos prácticamente pegados el uno al otro. Fui al primero.
Del Museo Natural de Historia me sorprendieron muchas cosas, como por ejemplo el modelo de niño gigante dentro del útero materno que había en la galería de biología humana, entre otras estructuras impresionantes por su tamaño y diseño, pero la estrella indiscutible del museo – al menos para mí – se encontraba en la galería de los dinosaurios. Se trataba de un enorme Tiranosaurus Rex animado que rugía y se movía. Su aspecto y movimientos resultaban tan creíbles que muchos niños que pasaban por ahí huían despavoridos cuando veían a la criatura. No era para menos. De igual forma, la galería de los dinosaurios la poblaban también varios velociraptors animados, de menor escala pero igual de verosímiles. Al respecto, diré que los reptiles eran calcados a los que aparecen en la película Jurassic Park. Es más, no me extrañaría que fuesen los mismos que salen en el filme. En fin, sólo por ver esta galería valió la pena venir a ver la exposición.
Pasando el museo, a unos diez minutos andando por la misma calle, se hallaba, a mano derecha, el famosísimo centro comercial Harrods, al que por supuesto entré.
Son los grandes almacenes más lujosos de Londres. En realidad, yo lo vi más como un espectáculo que como un lugar de compras. En su recibidor, decorado con motivos egipcios, se eleva un altar dedicado a Lady Di y a Dodi al Fayed. El edificio tiene siete plantas, y en cada nivel hay productos y departamentos de todo tipo. A pesar de su fama de exclusivo, no me pareció que en Harrods se vendieran artículos tan caros. Claro que había de todo.
Si tuviese que destacar un área, destacaría la de juguetes sin ninguna duda. Es una zona muy bonita de ver, llena de colorido, luces e infinidad de curiosidades que no te encontrarías en un establecimiento normal. Si estáis en Londres, no dudéis en pasaros por Harrods. La considero una visita imprescindible.
CHELSEA
No hablaré mucho de este área. Pasé por ella puesto que estaba al lado del hotel, pero realmente no me pareció que tuviese mucho que ofrecer. Antaño fue un distrito artístico, pero ahora es la zona de residencia de los habitantes más ricos de la ciudad. Entre sus famosos inquilinos se encuentra Fernando Torres, jugador español del Chelsea FC.
No obstante, este lugar significa mucho para los amantes del rock, pues de aquí salieron los Sex Pistols.
NOTTING HILL
También se encontraba cerca de mi hotel. Aunque hubiese estado al otro lado de la ciudad, habría ido igualmente, ya que antes de venir a Londres había oído hablar maravillas del mercado de Portobello Road. Además, ¿a quién no le ha apetecido pasear por las calles de Notting Hill después de ver el famoso filme que lleva su nombre?
Es recomendable ir un sábado, pues es cuando el rastro está en su máximo esplendor, más animado y con más puestos. Me llamó la atención la gran cantidad de anticuarios que había en la zona. También abundaban los puestos de fruta, verduras, embutidos y alimentación varia. Naturalmente, tampoco faltaban tiendas de música y de ropa; las había de todo tipo.
Asimismo, Notting Hill es famosa por sus floristerías, y mucha gente viene aquí sólo para comprar flores.
HYDE PARK
Adivinad… ¡Mi hotel también estaba cerca de Hyde Park! Me pongo muy pesado con esto, lo sé, pero hasta ahora no había reparado en lo rematadamente bien ubicado que estaba. ¡Si es que estaba al ladito de muchos de los lugares clave de Londres!
Empezaré con una curiosidad. ¿Sabíais que todo Hyde Park es más grande que el Principado de Mónaco? Este dato refleja a la perfección su inmensidad… ¡y lo mucho que tuvieron que sufrir mis pies para recorrerlo de cabo a rabo! Aprovecho para comentaros también que Londres, gracias a sus cientos de jardines y sus ocho parques reales, es la ciudad más verde de Europa.
Asimismo, mientras paseaba por el parque, me percaté mejor que nunca de lo poco que los londinenses están acostumbrados al buen tiempo. ¡A la mínima que salió un rayo de sol, la gente empezó a ‘despelotarse’! Muchos aligeraron sus ropas y se pusieron a tomar el sol, como si estuvieran en la playa. De hecho, vi a unos cuantos ir con sandalias y bañador.
Por otro lado, los picnics son muy frecuentes aquí. Para cuando llegué al parque, sobre las 11 am, ya había muchas personas en el césped tomando el almuerzo. Es lo que allí llaman el ‘‘brunch’’ – una combinación de las palabras ‘‘Breakfast’’ y ‘‘Lunch’’ -, mezcla de desayuno y comida.
No puedo cambiar de tema sin antes hablaros de las dueñas y señoras del parque… ¡Las ardillas! Si vais a Hyde Park, a veces veréis a estos pequeños roedores campar a sus anchas por el parque. Los turistas las adoran; siempre que pueden se hacen una foto con ellas.
WESTMINSTER
Durante mi estancia en Londres no hubo un solo día en el que no pasara por Westminster. Mi rutina era sistemática: todos los días, antes de la hora de comer, cogía el metro en South Kensington e iba a Westminster, a tan sólo tres paradas. Una vez allí, o bien me quedaba por la zona y daba una vuelta por los alrededores, o bien iba a alguna otra área, pero nunca desde otro lugar que no tuviese la estación de Westminster como punto de partida.
En Westminster los puntos de interés se encadenan. Nada más salir de la boca principal del metro, veréis, a mano izquierda, el Parlamento, centro político de la ciudad, también conocido como el Palacio de Westminster. Es imposible no fijarse en el Big Ben, la sobrecogedora torre del reloj del palacio. Por otra parte, el Parlamento alberga 1.100 salas y 11 patios. Sus miembros trabajan en la Cámara de los Comunes.
La Abadía de Westminster, justo enfrente del Palacio, ha sido escenario de coronaciones y bodas reales – la más reciente la boda del Príncipe Guillermo y Kate Middleton, y antes que ellos se casaron aquí el Príncipe Carlos y Diana de Gales. Asimismo, la coronación de la Reina Isabel II se celebró en este mismo lugar en 1953, al igual que los funerales de la Princesa Diana, en 1997. La abadía sorprende por sus grandes dimensiones y su extraordinaria arquitectura medieval.
Al otro lado del Támesis, cruzando el puente, se alza el London Eye, el ojo que todo lo ve. Es la segunda noria más grande del mundo, y la más grande de Europa. Ofrece unas vistas espectaculares de todo Londres, con el único pero de que el habitual cielo nublado de la capital puede empañar un poco la panorámica.
Asimismo, no estaría de más hacer una rápida visita a Downing Street. La residencia oficial del Primer Ministro británico se encuentra en el número 10 de esta archiconocida calle, fuertemente custodiada por numerosas fuerzas de seguridad.
Por último, no querría pasar a otro distrito sin antes hablar de una de mis partes favoritas de Londres: Picadilly Circus. Se trata de un espacio circular abierto en una intersección de calles en pleno centro del West End de Londres.
El West End es un área urbana que reagrupa las principales zonas de compra y entretenimiento de la ciudad.
En lo referente a Picadilly Circus, lo cierto es que cuando estuve allí tuve la impresión de estar en la mismísima Plaza de Callao madrileña. La verdad es que se parecen bastante. Lo que más llamó mi atención – tal vez a causa de mi pasión por la tecnología y las luces – fueron las enormes pantallas de video y los carteles publicitarios con luces de neón que estaban pegados a la fachada de uno de los edificios de la plaza. ¡Estaba completamente hipnotizado! ¡Me era imposible apartar la mirada del dichoso edificio!
Dejando de lado las caminatas, recomiendo dar un paseo en barco por el río Támesis. En mi caso, estuve en una party boat por la noche con motivo del cumpleaños de un amigo que en ese momento se encontraba de Erasmus en Londres. Si tenéis oportunidad, aprovechad y deleitaos con este paseo. ¡Uno está en la gloria navegando por el Támesis! Y más si estáis en la cubierta y con una copa en la mano, como yo lo estuve. Vivir esta experiencia os permitirá disfrutar de unas vistas diferentes de Londres, al tiempo que surcaréis el río pasando por debajo de los majestuosos puentes de la ciudad, entre ellos, como no, el Puente de la Torre – o Tower Bridge -, para muchos el más impresionante de todos.
COVENT GARDEN
Es una de las zonas más animadas de la ciudad. La Piazza es uno de los lugares más populares entre los turistas y los propios londinenses debido a la cantidad de cosas que se pueden hacer aquí y en sus proximidades.
En la propia Piazza está el Central Market, un mercado moderno con techos de hierro y cristal. En su interior encontraréis multitud de tiendas, cafés y bares. De igual forma, en alguno de los comercios que abundan en el exterior podréis sentaros a tomar algo mientras disfrutáis de los múltiples espectáculos callejeros que suele haber en la plaza.
Por otro lado, también recuerdo que estuve en una hamburguesería de Covent Garden. Si bien todos mis acompañantes pidieron hamburguesas, yo me comí unas Fish & Chips – pescado rebozado con patatas – un plato muy típico de la ciudad. ¡No podía irme de Londres sin probarlas!
De todas formas, dado su carácter cosmopolita, Londres ofrece una variedad gastronómica sin igual. ¡Allí podréis comer de todo! Hay comidas y restaurantes de todos los gustos y colores (aunque a este respecto, Madrid no tiene mucho que envidiarle la verdad).
Asimismo, Covent Garden reagrupa buena parte de los teatros de la ciudad. Es más, fui a uno de los teatros de la zona – al Lyceum Theatre – a ver el musical de El Rey León (siendo su nombre original The Lion King). La entrada me costó un riñón, pero valió la pena.
CAMDEN
Dejo lo mejor para el final. He aquí mi rincón favorito de todo Londres.
Camden se ubica al Norte. Muchos la consideran la capital londinense del gótico, el grunge y el rock alternativo. Camden Town es su zona más conocida. Concentra infinidad de tiendas curiosas, por lo que tendremos que dedicarla varias horas para poder ver todo lo que ofrece. De entre todas estas tiendas destacan, por su gran número, las de ropa vintage (toda aquella que va desde los años 20 hasta los 80 ). La moda retro es muy popular en Londres.
Su mercado de los fines de semana abarca muchas calles y edificios. Aquí se dan lugar toda clase de tiendas, desde góticas y de piercings y tatuajes hasta de artesanía y artículos étnicos, entre otras muchas de ropa, zapatos, bisutería y demás. Igualmente, hay varios puestos que ofrecen comida de calidad a muy buen precio.
De entre el sinfín de lugares que abarrotan la zona, hubo uno que se convirtió en objeto de mi devoción desde el mismo momento en que lo vi. La tienda se llama Cyberdog. Dentro había un Dj tocando música techno a todo trapo mientras dos gogós bailaban en un espacio acondicionado para la ocasión. En la primera planta había un gran abanico de artículos peculiares – cada cual más extraño y original que el anterior -, mientras que en la planta inferior había un amplio catálogo de ropa y accesorios variopintos y extravagantes. Podías encontrarte prendas de toda clase. Desde camisetas y pantalones de estética cyberpunk, de aspecto futurista e incluso con implantes cibernéticos incorporados, pasando por vestimentas hiper coloridas – muy en la línea del new rave – hasta ropaje de diseño imposible o que brillaba en la oscuridad. A destacar las increíbles esculturas de robots que habitaban el santuario (sí, habéis leído bien, la tienda es un verdadero templo de la moda alternativa).
Si vais a Londres, Camden es una visita obligada. A señalar también que, a medida que recorráis el mercado, os encontraréis a más de una persona con atuendos raros y looks caóticos y grotescos. Punks, góticos, alternativos… Muchos de ellos vecinos de la propia Camden Town. Sin embargo, los londinenses ni se inmutan. Les da igual cómo salgas a la calle. Esto es una muestra más de por qué Londres está a la vanguardia de la moda. Aquí todos los estilos se mezclan. Londres marca tendencia en este aspecto.
En fin, hasta aquí el relato de mis vivencias en Londres. Me he dejado bastantes cosas en el tintero, y lo que os he contado no representa ni una décima parte de lo que os aguarda allí. ¿A qué esperáis para descubrirlo vosotros mismos? ¡Una cosa es contarlo, y otra muy distinta vivirlo! De vuestra experiencia en Londres saldrán recuerdos que os acompañarán toda la vida.