GLOBAL. Después de unas semanas hablando de viajes largos, escapadas de fin de semana o incluso de un día, es hora de hablar del medio de transporte considerado el más seguro del mundo, pero a las que muchas miles de personas les supone grandes dolores de cabeza por el pánico atroz que le tienen. Es grande y tiene alas, ¿qué es? El avión.

Tanto hablar de lugares preciosos a los que podéis ir de vacaciones, estoy segura de que os han entrado ganas de de cogeros unos días libres en el trabajo y dar rienda suelta a vuestro espíritu más aventurero, pero coger el avión os da un miedo terrible y no sabéis como superar este temor infundado de forma racional o no. Tranquilos, aquí os doy unos pequeños consejos para intentar evitarlo.

Para comenzar diré que hay diferentes tipos de miedo relacionados con coger el avión. Hay gente que, como yo, tiene pánico a viajar en avión por el hecho de que mi maleta quede perdida y olvidada en medio del desierto y no haya manera de poder recuperarla o quizás otros tengáis miedo al avión “per ser”. Por ello, y como quiero cubrir las opciones, estas son algunas de las cosas que yo hago para dejar mis miedos en casa:

  1. Días antes de viajar voy a una papelería y compro pegatinas blancas grandes, de las que usábamos para poner nuestros nombres en los libros del colegio, y escribo la dirección del lugar donde me voy a alojar. Cuando me dirijo a mi destino escribo en la pegatina la dirección del hotel y cuando estoy de vuelta apunto la dirección de mi casa. Acordaros siempre de despegar la pegatina con la dirección anterior. No queremos que os pierdan la maleta de vuelta a casa desde Nueva York y que os manden toda vuestra ropa de vuelta a Manhattan, ¿verdad? Procurar que las indicaciones que pegáis en la maleta se vean bien y no haya que rebuscarlas demasiado, eso facilitará las cosas en caso de que se extraviara. A todo esto recordar que todas las maletas facturadas tienen una pegatina con un código de barras, del que vosotros tendréis una copia, para que sea así más fácil de localizar el equipaje.
  2. Después de haber preparado la maleta y de haber llegado al aeropuerto, os entra ese pánico a la hora de entrar al avión. Pues bien. Hay algo que normalmente suele resultar dificilísimo de controlar y esa es nuestra mente. El poder de ésta es tan grande que nos resulta prácticamente imposible de manejar a nuestro antojo. Pero hay algo en nuestro cuerpo que SÍ podemos controlar, y esa es nuestra respiración. El pánico y el miedo suele traducirse en hiperventilación y es ahí donde nosotros nos pondremos manos a la obra. Mi recomendación es que respiréis contando hasta 10, pero de forma regresiva: 10, 9, 8, etc. Entre espiración e inspiración (coger aire y soltarlo) intentar que haya entre 5-8 segundos de diferencia, de esta forma os obligareis a respirar de forma pausada y vuestro corazón, que en estos momento va a mil por hora, estabilizará sus pulsaciones. Recordar que no hay nada que físicamente podamos hacer para evitar ese miedo al avión, que el control de nuestra respiración. Intentar repetir este proceso la veces que haga falta hasta que os sintáis mejor.
  3. Ya estáis dentro del avión, pero lo que a vosotros os da miedo son las alturas. Uno de las cosas que podéis hacer es llevaros unos buenos tapones de silicona para los oídos. Os puede parece una tontería pero os aseguro que el no oír el ruido del motor y que tus oídos no sientan ese cambio de presión a la hora de despejar y estar volando, es un alivio. Los tapones reducen esa sensación de cambio de presión que todos sentimos a la hora de volar y el aislarte de todas las personas que tienes a tu al rededor hablando de lo alto que subís y de lo lejos que estáis del suelo, ayuda. Recordad, tapones de silicona y no de espuma, ya que estos últimos no os aíslan completamente del exterior. Por otro lado, en el instante que vayáis a hacer el Check-In en el mostrador, pedir al trabajador de la compañía que os de un asiento en pasillo y no en ventanilla. De esa forma no estaréis tentados de mirar hacia fuera. En caso de que os den ventanilla, bajar la persianita y caso cerrado.

Si después de haber puesto estos pequeños y humildes consejos en marcha, no habéis notado mejoría, porque vuestro pánico a los espacios cerrados es irremediable o porque tenéis un miedo atroz a montaros en un transporte que vuela, pensar que el avión es el medio de transporte más seguro de el mundo y que las posibilidades de que se caiga son extremadamente mínimas. También quiero deciros que las diferentes compañías de aviones ofrecen terapias en grupo para ayudaros a perder el miedo a volar y a pesar de que en ocasiones pueden resultar caras, suelen ser bastante beneficiosas para los que más sufrís con estas cosas.

¡Muchos ánimos para todos en esta lucha! Pensar que los miedos están dentro de nosotros y que hay demasiado mundo que descubrir como para quedarnos en casa. Os lo dice una servidora que relaciona el coger un avión con felicidad absoluta.