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Internet ha creado una enorme plataforma para la libre expresión que permite a los ciudadanos publicar contenidos propios e intercambiar ideas con desconocidos de todas partes del mundo. Sin embargo, Internet también trae consigo algunos riesgos y desventajas. En una entrevista exclusiva, ROOSTERGNN ha hablado con Agnes Callamard, ex-Directora Ejecutiva de Article 19, sobre los fracasos regulares de Internet para asegurar un servicio abierto y seguro y cómo pueden los ciudadanos protegerse de los peligros de la vigilancia, los hackeos y la falsa privacidad.
¿Cuál cree que es la mayor dificultad para mantener la libertad de expresión en el contexto de una tecnología en constante desarrollo?
En junio de 2014, 31 expertos en derechos humanos internacionales afirmaron que un flujo constante de información online asegura la transparencia y participación a la hora de tomar decisiones, mejorando la efectividad y responsabilidad de unos resultados positivos. Por desgracia, la libertad online está cada vez más amenazada, lo que debilita la capacidad de Internet de distribuir su potencial. La mayor lucha tiene que ver con los programas de vigilancia en masa de la NSA y otras agencias gubernamentales que tienen como objetivo a millones de personas, la violación de la libertad de asociación online mediante la filtración o el bloqueo de las comunicaciones en las redes sociales (como por ejemplo en Egipto, Malasia, Pakistán, Turquía y Venezuela), los ataques físicos y el encarcelamiento de activistas en la red (periodistas y blogueros principalmente; son el mayor número de periodistas encarcelados), el desgaste generalizado de la privacidad de las personas mediante acciones combinadas de personajes corporativos y gobiernos que acumulan datos personales de usuarios de Internet; la responsabilidad de los intermediarios de la red de mantener un contenido producido por otros. Además de la división digital entre países y el rechazo de un gran número de personajes (entre ellos, gubernamentales y corporativos) de considerar el acceso a Internet como un derecho constitucional de todos los ciudadanos constituye una amenaza al principio de una plataforma online global, abierta y no-discriminatoria.
¿Cuál cree que es el mayor obstáculo para obtener la libertad de expresión en países donde llevas a cabo tu trabajo, como Bangladesh, Brasil, Kenia, México, Túnez, Senegal y Reino Unido?
Todos estos países presentan sus amenazas y oportunidades específicas en el contexto de la libertad de expresión. Son demasiado diferentes para permitir un diagnóstico y una cura comunes. Pero, a grandes rasgos, cada uno de estos países debería tener una política legal que permitiera y protegiera el derecho a la libertad de expresión. Esto requiere que estos países eliminen leyes que violan la libertad de expresión y que adopten otras que permitirían (y protegerían) un flujo libre de información. Estas leyes, y las prácticas que traen consigo, deberían permitir una diversidad de medios, acceso libre a Internet y una protección de la libre expresión online, protección de una diversidad de opiniones y un acceso igualitario de la oposición política a los medios de comunicación. Debe ser parte de la ley la transparencia y el acceso a información gubernamental.
¿Cómo ve el futuro de las redes sociales y el contenido de Internet en relación a la libertad de expresión? ¿Cree que nos estamos yendo en la dirección correcta?
Como ya comenté hace unos meses con motivo del 15 aniversario de la Relatoría Especial para la Libertad de Prensa de la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) seguiremos observando personas, derechos humanos y activistas en Internet, expertos en tecnología y personajes corporativos experimentando, probando, evaluando y fortaleciendo la producción de contenidos, instituciones, negocios y información de productos online. Éstos permitirán que Internet (en el sentido más amplio de la palabra) cumpla con los principios tras su nacimiento y desarrollo: permitir una diversidad de opiniones e información traspasando fronteras y creando un espacio abierto para la información.
Este proceso es y será el objeto de muchas luchas, como ya he comentado anteriormente. No todos los desarrollos serán un paso adelante en términos de la creación de una red abierta. La privatización del espacio online para mercados y objetivos monetarios está presente y no veo que haya mucho que se pueda hacer para detener este proceso. Con suerte, podremos regular este tipo de privatización para que se pueda proteger la información de los usuarios. El programa de vigilancia masiva de la NSA, el cortafuegos chino, el peligroso principio de “soberanía en Internet” propuesto por el gobierno chino y otros: todos estos también contribuyen a la amenaza de la existencia de un Internet abierto. Pero también ha habido avances positivos. Organizaciones de sociedades civiles han desarrollado un programa de Principios Internacionales sobre la Aplicación de los Derechos Humanos a la Vigilancia de las Comunicaciones. Los gobiernos de Brasil y Alemania han negociado satisfactoriamente una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas respecto al derecho a la privacidad en la era digital que, adoptado en consenso, pide a todos los estados que eliminen cualquier base de datos personales adquirida arbitrariamente y refuercen la privacidad de los usuarios. Pero, en general, si continúan las tendencias actuales (y no hay motivo para pensar que no lo harán), significa que el futuro de las redes sociales e Internet en general va a ser uno de los grandes problemas en el corazón de Internet.
¿Qué consejo le daría a los futuros periodistas para que continúen apoyando la libertad de expresión, incluyendo ésta libertad como derecho fundamental y básico para la protección del resto de libertades?
Que sigan luchando, sin duda. Deberían usar todas las oportunidades que tienen para aprender sobre sus propios derechos como periodistas, incluidos los derechos legales bajo jurisdicciones domésticas y bajo las leyes internacionales.
Deberían ser valientes a la hora de hablar sobre el poder, nunca ingenuos. Organizaciones y periodistas de la libertad de prensa llevan muchos años trabajando para fortalecer el conocimiento en medidas de seguridad y auto-protección. Los futuros periodistas deberían asegurarse de tener todas estas herramientas, incluido un entrenamiento en seguridad.
Pero lo más importante es que necesitan ser muy competentes con la seguridad online, encriptar sus materiales y los materiales de sus contactos. Deben asegurarse de que sus empleados sean tan conscientes de la importancia de la seguridad como ellos mismos, y tomen todas las precauciones necesarias.
Los periodistas del futuro deben recordar que la censura también la pueden ejercitar (muy poderosamente) los medios. Por ejemplo, año tras año, muchos análisis sobre las mujeres en los medios de comunicación muestran que las mujeres no están tan representadas como los hombres ni están representadas adecuadamente. Una mayor concienciación de su rol a la hora de mantener este silencio y esta censura es crucial: hay que comprometerse a la diversidad y ofrecer diversidad y, siempre, ser riguroso.
¿Cree que, con el tiempo, especialmente tras el 11-S y otros eventos recientes, hemos encontrado un cambio positivo en lo que es apropiado que el gobierno censure a sus ciudadanos?
El 11-S ha desencadenado nuevos abusos de libertad de expresión en nombre de la “seguridad nacional”, incluso en las democracias más establecidas, habiéndose convertido los medios en el principal objetivo. Las revelaciones de Edward Snowden han demostrado que el algoritmo de seguridad ha penetrado en todos los aspectos de nuestra vida, y los gobiernos están imponiendo su propio concepto de seguridad nacional por delante de la seguridad humana, que incluye una seguridad física en contra de ataques, pero también libertad de miedo. La restricción exagerada de derechos es, precisamente, la respuesta errónea al terrorismo. Se trata de abdicar antes que defender valores universales de cara a un ataque. Se trata de añadir otra cicatriz a nuestra humanidad común.