MADRID, ESPAÑA. ¿Alguna vez has tenido la oportunidad de contemplar una aurora boreal? ¿Cuándo fue la última vez que pudiste ver un arcoíris dibujado en el cielo o te dejaste sorprender por la visión de la vía láctea? Todos estos fenómenos se producen gracias a la luz. Si miramos a nuestro alrededor no tardaremos en descubrir que muchas de las cosas que nos rodean son posibles gracias a la ciencia de la luz.

La luz nos da vida y es por eso que el 20 de diciembre de 2013 la Asamblea General de la ONU decidió que 2015 sería el Año Internacional de la Luz y las Tecnologías basadas en la Luz coincidiendo con el aniversario de algunos de los hitos más importantes que se han producido en este ámbito a lo largo de la historia. Esta iniciativa, presentada en un principio por México, cuenta con el apoyo y participación de 35 países los cuales persiguen los siguientes objetivos: promover las tecnologías basadas en la luz para mejorar la calidad de vida de los países desarrollados y en vías de desarrollo, reducir la contaminación lumínica y derroche de energía, promover una mayor participación de las mujeres en la ciencia, promover la educación en la población joven y promover el desarrollo sostenible. En definitiva, se quiere hacer ver la importancia que tiene la luz en nuestras vidas y cómo cada país debe hacer un uso adecuado de ella para conseguir un desarrollo sostenible y una eficiencia energética.

Las tecnologías basadas en la luz nos permiten comunicarnos desde cualquier parte del mundo a través de Internet, mantener conversaciones telefónicas, realizar una compra gracias al detector de código de barras, avisar a un barco de que ha llegado a puerto gracias a la luz de un faro o incluso, si las luces de nuestras ciudades no fueran tan potentes, podríamos disfrutar de un cielo oscuro repleto de estrellas, entre otras cosas. Los avances médicos no habrían sido posibles sin la tecnología de la luz al igual que tampoco habría sido posible la seguridad con la que contamos en nuestros países ni la mejora en sectores como la educación, la agricultura o la arquitectura. Además, actualmente contamos con la energía solar que constituye un solucionador de problemas al ser una de las energías renovables que cada vez se utilizan más.

Y, sin embargo, hay lugares en el mundo en los que estas tecnologías de la luz aún no son posibles y parecen inventos inalcanzables. Por ejemplo, hay niños que deben dejar de estudiar cuando cae el sol porque en sus casas no cuentan con electricidad, pueblos en los que es impensable la presencia de Internet, lugares que no cuentan con los avances médicos necesarios porque no tienen acceso a estas tecnologías o, por el contrario, ciudades que desprenden tanta luz durante la noche que la contaminación lumínica resulta evidente.

Por ello, mañana lunes 19 de enero de 2015 se inaugurará en París (Francia) este Año Internacional de la Luz. Es importante que exista una conciencia mundial sobre los avances tecnológicos con los que contamos y sobre los aspectos que aún se deben mejorar. De este modo, bajo el logotipo de un sol que simboliza el origen de la vida, la sostenibilidad y la universalidad, y acompañado por unas banderas de colores que indican la integridad de los distintos países en este proyecto, la cultura, el arte, la educación y la ciencia, el año 2015 es protagonista de este homenaje a la luz.