¿Nunca has ido por la Línea 1 y te has dado cuenta que pasabas delante de una estación en la que nunca se paraba? Es el Andén 0, que tiene nombre de película de terror, pero que en realidad es el centro de interpretación del Metro de Madrid.
El Andén 0 trata de acercar el metro, sus curiosidades, secretos e historia a los madrileños y turistas. Es un recorrido desde sus inicios en el s. XX hasta la actualidad.
Las instalaciones que acabaron formando el Andén 0 permanecieron durante treinta años sin utilizarse, hasta que finalmente el ayuntamiento y la corporación municipal que operaba el metro decidieron rehabilitarlos. Lo forman dos construcciones: la antigua estación de metro de Chamberí y la Nave de motores de Pacífico.
La antigua estación abre los viernes de 11:00 a 13:00 y de 17:00 a 19:00, además de los sábados y domingos de 10:00 a 14:00. La Nave de motores abre todos los viernes, sábados y domingos de 10:00 a 14:00. Ambas instalaciones permanecerán cerradas hasta el 14 de Junio.
La Nave de Motores de Pacífico fue construida en entre 1922 y 1923, inaugurándose en 1924. En su interior se encuentran tres impresionantes motores diesel. También está disponible la maquinaria que sirvió para generar y transformar la energía necesaria para mantener activos los trenes. Se encuentran disponibles varios alternadores y transformadores.
Durante la Guerra Civil la maquinaria sirvió para abastecer de electricidad a la ciudad. Una vez superada el sistema eléctrico de la estación quedó obsoleto y dejó generar energía en la década de los 50, siendo definitivamente clausurada en 1972.
El diseño de ambas instalaciones se basó en buscar la funcionalidad en cuanto a recorridos y organización, y por unos acabados sencillos. Para el interior sin embargo se eligió un recubrimiento cerámico con juegos ornamentales.
La bóveda de la estación va recubierta de azulejo blanco biselado y estribos decorados por grandes recuadros de azulejos sevillanos que limitan el contorno de los carteles anunciadores, también de cerámica, con contorno en ocre y azul. Los carteles publicitarios son uno de los grandes atractivos de la estación, ya que se conservan prácticamente tal y como fueron creados en la década de los 20.
Ambas instalaciones reciben poco flujo de gente en cualquier momento del año. De modo que puede ser un buen lugar para escapar del calor. Además es bastante interesante, no sustituye a otros puntos de interés de la ciudad como el Prado o las visitas al Congreso pero desde luego es un pedacito interesante de la historia de Madrid.