La Antártida, también conocida como Polo sur o incluso el ‘sexto continente’, es un territorio completamente desértico y caracterizado por su independencia política. A lo largo de la historia, uno de sus mayores rasgos definitorios es la carencia de vida humana en la zona debido a la falta de recursos y de capacidades para poder habitar el territorio. No obstante, teniendo en cuenta su tamaño es posible afirmar que la Antártida ocupa aproximadamente un 10% del volumen de la tierra actual. Centrándonos en la parte política, si la Antártida es un país inhóspito ¿quién lo gobierna?
Es posible afirmar que el polo sur no tiene las mismas condiciones que cualquier otro país del mundo ya que es un territorio donde la vida humana nunca ha tenido lugar y por lo tanto ninguna tribu podría aclamar su soberanía. Por otro lado, la Antártida tampoco ha sido descubierta por una única persona ni mucho menos colonizada por cualquier país imperialista. Sus circunstancias son extremadamente especiales y por ello muchos países apoyan la libertad de la zona e incluso el hecho de no reclamarla como propia. No obstante, por otro lado, numerosos países a lo largo de la historia han querido aclamar su soberanía e integrarlo como colonia. Un hecho destacable fueron las constantes misiones de expedición de la zona por parte de Gran Bretaña entorno a 1930, lo cual le coronó como uno de los primero países en mostrar interés por la zona. Animado por estas expediciones, diferentes países como Alemania mediante el dominio Nazi también deciden investigar la zona y poder así aclamarla. Siguiendo este proceso, una fecha a destacar es 1959, cuando 12 países, más concretamente, Argentina, Australia, Bélgica, Chile, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Japón, Nueva Zelanda, Noruega, Sud-África y la USSR, deciden firmar un tratado de reconocimiento del territorio como propio, el denominado: Tratado de la Antártida.
En este tratado firmando en Washington D.C, Estados Unidos, se establece un condominio de la región, es decir, se reconoce una propiedad compartida de la zona. A pesar de haber sido 12 países los principales impulsores de esta iniciativa, a lo largo de los años el número de adherentes al tratado se ha visto aumentado siendo hoy en día 52 países miembros aunque no todos tienen los mismo derechos ya que unos gozan de la categoría denominada como ‘miembros consultivos’. Finalmente, otro gran hecho a destacar es la utilización de la zona para fines científicos o de investigación evitando bajo cualquier circunstancia cualquier tipo de conflicto armado o militar.