Muchas veces, cuando vemos los trajes llevados por estrellas del cine o modelos, nada más que nos limitamos a definirlos elegantes, clásicos o estrafalarios. En realidad, detrás de cada prenda se esconde mucho más: lo que vemos solo es la punta del iceberg. La moda y los cambios sociales van de la mano y las tendencias están influenciadas por eventos históricos. Fijaos en el rol social de la mujer, por ejemplo. La moda ha ido adaptándose a los cambios, ayudando a la mujer a independizarse, acortando faldas y aligerando los trajes. Te imaginas corriendo para atrapar el metro con un vestido romántico del siglo XVIII en vez que con vaqueros y camiseta?
Desde el 3 de Marzo hasta el 29 de Mayo en el Museo del Traje de Madrid tendrá lugar una exposición temporal que intenta reflexionar sobre este tema. Modamorfosis, este es el nombre elegido: una sola palabra que resume la exposición entera.
Entrar en Modamorfosis es como hacer un viaje en el tiempo en el mundo de la moda: trajes del siglo XVIII conviven con otros más recientes. Esta comparación permite comprender mejor las tendencias contemporáneas.
La exposición es gratuita; está abierta de martes a sábado de 9:30 a 19h y los domingos de 10:00 a 15h.
Lucina Llorente y Juan Gutiérrez, los dos comisarios que, juntos con el equipo del Museo del Traje, han concebido Modamorfosis, tienen el mérito de haber creado una exposición en la que ningún detalle ha sido dejado al azar. Se han creado maniquíes “invisibles” que permiten admirar los trajes en todo su esplendor. Además, se ha preferido exponer la colección sin escaparates, confiando en el publico, para que ninguna barrera se ponga entre el ojo y los trajes. “Nuestro trabajo está bien hecho cuando no se ve”, explica la comisaria. A pesar de que se trata de una sola sala, no muy grande, los trajes exhibidos son 49.
“Llevábamos mucho tiempo con esta idea y en cuanto hemos tenido recursos nos hemos puesto manos a la obra. Teníamos las ideas tan claras que montar Modamofosis nos ha llevado muy poco tiempo”, explica Lucina Llorente, nuestra guía de excepción en la presentación de la exposición para los medios de comunicación.
Los trajes están dispuestos en círculo: no hay ni un comienzo ni una fin. Una metáfora de las tendencias que siempre vuelven: la moda es un ciclo. “Las chicas siempre prefieren las prendas y la joyas de las abuelas a las de las madres – dice la comisaria – esto porque ya están de moda otra vez”.
La exposición se divide en nueves partes. Se han escogidos nueves piezas históricas que marcan una tipología y que han inspirado diseñadores contemporáneos: vestido imperio, vaquero a la inglesa, traje de hombre, mono, traje sastre, traje de los años 20, Delphos, vestido romántico, vestido deconstruido del siglo XX. “Estos tipos ideales no son exhaustivos; son los que nos parecen más actuales” continua Lucina Llorente. Los nombres de cada sección procuran ser irónicos porque a los comisarios le gustaba la idea de que no fuese todo muy serio; como “Sigue mirándome” la parte dedicada a los vestidos con cola.
En cada parte hay un vestido colgado que representa el “traje inspiración” y abajo podemos ver como varios diseñadores lo han interpretado y como ha evolucionado con el pasar del tiempo. Es una exposición muy visual y esquemática. Estos tipos de vestidos han evolucionado con el tiempo, hasta llegar a sus formas actuales. El mono, por ejemplo. Hoy en día casi todas las chicas tenemos uno. Sin embargo, cuando lo compramos en Primark o Zara, ignoramos que su origen está relacionada con la Primera Guerra Mundial. Cuando la guerra estalló, las mujeres tuvieron que reemplazar a los hombres en las fábricas y empezaron a llevar los trajes de sus maridos o hermanos. Fue así que el mono entró a formar parte del armario de la mujer, inspirado a los diseñadores que lo han transformado en una prenda de moda que puede llegar a ser muy recurrente.
Un traje puede influenciar también la postura y la manera de relacionarse con los demás. Los corsés obligaban las mujeres a estar en posición recta, por ejemplo. Un traje con mucho volumen marca la distancia y impide acercarse.
Armani, del Hierro, Saint-Laurent, Balenciaga, Mugler (el modisto de Lady Gaga) y muchos más. En la planta baja del Museo del Traje se podrán admirar vestidos que podemos definir, sin exagerar, verdaderas obras de arte. Algunos de entre ellos se exhiben al público por primera vez, como un estrafalario traje rojo de Ágatha Ruiz de la Prada. Destaca el vestido Delphos del diseñador español Mariano Fortuny y Madrazo cuyas creaciones son el reflejo de su filosofía “piensa como un artista y trabaja como un artesano” .
Se organizaran también visitas guiadas y los comisarios procuraran atender a los visitantes por lo menos una vez por semana. Una exposición a la cual os aconsejo ir, tenéis tiempo hasta el final de Mayo. También el edificio en que se sitúa el Museo merece la visita. Su construcción se debe al arquitecto Jaime López de Asiaín que ganó el Premio Nacional de Arquitectura para este proyecto.
Donde: Museo del Traje, Av. Juan de Herrera, 2 28040 Madrid
Metro: Ciudad Universitaria (L6), Moncloa (L3, L6)
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