Hace poco que el parque temático de animales marinos, SeaWorld, salía en los medios. El porqué radicaba en algo que llevaba arrastrando hace mucho años atrás: el trato incorrecto hacia los animales que entrenaban. O, más bien, maltrato. Las orcas eran las principales protagoonistas, si bien por sus casos, SeaWorld y SeaLand (parque temático de animales marinos de Canadá, también relacionado) han llegado a presentarse ante la OSHA (Occupational Safety and Health Administration).
La relacion que se señalaba entre ambos parques resulta ser la siguiente: la orca Tilikum. Primeramente sirvió de espectáculo en Canadá donde, para su adiestramiento, se tomaron diversas e incorrectas medidas. Estaba a cargo de otra orca, hembra y mayor de edad. Tilikum debía aprender de ella, actuar como ella y obedecer como ella. Cuando no lo hacía, se les dejaba sin alimentar a ambos, lo que provocaba reacciones violentas hacia Tilikum. En las imágenes que se muestran a continuación, se pueden observar varias de las consecuencias, como arañazos o mordeduras por todo el cuerpo de la ballena.
Además de eso, las orcas de SeaLand dormían en espacios (conocidos como módulos) de seis metros de longitud y nueve de profundidad. Medidas, obviamente, no suficientes para varios animales de tal embergadura. Y sin luces, para que no tuvieran ningún estímulo.
Todos ellos antecedentes para un destino desafortunado para Tilikum. La orca se vio involucrada en la muerte de una de las cuidadoras en pleno espectáculo, Keltie Byrne, lo que oacasionó el cierre del parque y el traspaso de la orca a SeaWorld. Resultaba anecdótico el hecho de que, a pesar de su hisorial, la ballena siguiera siendo entrenada y sirviera para dar espectáculo, nunca mejor dicho. SeaWorld vio una fuente de vida en Tilikum, ya que otro de sus objetivos pasaba también a ser la inseminación. Hasta el 54% de las orcas actuales del parque descieden de Tilikum.
El afán lucrativo de SeaWorld no termina con el caso “Tilikum”, sino que llega hasta territorio español. Loro Parque, parque acuático de animales marinos que se encuentra en Tenerife, llegó a recibir ballenas asesinas (también conocidas así) de EEUU. Supone cruzar el Océano Atlántico, en condiciones nefastas para animales de este tamaño.
Fue en este parque tinerfeño donde se volvió a presenciar la muerte de un entrenador. Esta vez fue la orca Keto quien se vio involucrada. El 24 de diciembre de 2009, Alexis, de 29 años, recibió ataque de la orca cuando se disponía a salir de la piscina. Esta, de origen americano, mostraba actitud diferente el mismo día del suceso y atacó cuando se negó a hacer un tercer ejercicio.
Kelly Clark, entrenadora jefe de SeaWorld, seguía negando en los juzgados ,y aún así, cualquier relación con Loro Parque.
Meses después, el 24 de febrero de 2010, Dawn Brancheau, una de las más carismáticas y reconocidas adiestradoras de SeaWorld, fue arrastrada al fondo del tanque por Tilikum. Apareció sin su brazo izquierdo, entre otras heridas graves, que, poco tiempo después, le llevaron a la muerte. Pasaba a ser el tercer ser humano asesinado por obra de la orca Tilikum.
Fue entonces cuando OSHA presentó pruebas incriminatorias contra SeaWorld, responsabilizando al propio parque de la muerte de Brancheau. Según informes de OSHA, tras el caso de la entrenadora, se reportaron del parque SeaWorld 100 agresiones y 12 incidentes que acabaron en heridas o incluso la muerte.
¿Por qué esperó el propio parque hasta 27 minutos para llamar a los paramédicos?, ¿estaban aprovechando este tiempo para descartar la idea de que hubieran testigos?, ¿por qué, el por aquel entonces dueño del parque, incluso echó la culpa a la coleta que Brancheau llevaba?
Las orcas, como muchos otros animales explotados, tienen el derecho de vivir en libertad y no el deber de ser esclavos en cautiverio. El 1% de las ballenas asesinas en libertad tienen la aleta doblada. Sin embargo, el 100% de los machos en cautividad presentan esta deformación, síntoma de transtornos emocionales. Si bien se ha llegado a la conclusión de que los delfines y las orcas también pueden llegar a expresar sentimientos.
Finalmente en 2012, OSHA dictaminó que los entrenadores y los animales tendrían que estar separados por una barrera durante los entrenamientos. Esperemos que, en poco tiempo, se erradique totalmente el cautiverio de animales que merecen la misma libertad que nosotros.
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