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Hace unos cientos de años, se constituyeron las primeras democracias basadas en la libertad de expresión y en la justicia. Una prensa libre prometía destapar casos de corrupción. Y a través de la información, se debían de provocar cambios. Pero pasa el tiempo y este escenario parece haber llegado a su fin.

En la mitología griega, Cronos devoró a sus hijos. Tenía miedo de que, tarde o temprano, lo fuesen a derribar. Hoy día, a una persona que publica información confidencial, -que un país está espiando a todos los demás-, se le amenaza con la prisión. Defender el interés general significa ser encarcelado cuando los secretos revelados dañan al gobierno que los cometió. ¿Está la democracia devorando a su propio hijo, la libertad de expresión?

Leyes y más leyes de secretos oficiales…la legislación se cita cuando hay que proteger a los que tienen el poder. Si no se detiene al delator quedará exiliado de por vida. Escondido en una embajada o un país extranjero cuyas autoridades le dan la bienvenida, bien para distraer de su propia corrupción bien para aprovecharse del refugiado y ganar posiciones en relaciones internacionales.

Mientras tanto, los políticos siguen exentos de ser juzgados gracias a la inmunidad parlamentaria. En algunas democracias, siguen en poder a pesar de estar involucrados en casos de corrupción. En otras, dimiten. Pero en realidad, las transgresiones sigue bajo otro nombre, otro líder.

Y la prensa o se pone del mismo lado, o no se atreve a publicar. Los partidos políticos, los inversores y las instituciones financieras establecen la línea editorial de los periódicos. El periodismo de investigación se extingue, el miedo a publicar comportamientos ilegales triunfa. Los reporteros se esconden detrás de contenidos patrocinados y escriben para blogs corporativos. La libertad de expresión simplemente no vende.

Los mismos partidos políticos que luchaban por la libertad de expresión ahora terminan con ella. ¿Es una paradoja o una realidad? ¿Es la democracia un nuevo Cronos? ¿Será la libertad de expresión el sacrificio necesario para mantener el poder del mito?