MADRID, ESPAÑA. La inmigración del gigante asiático elige, ya desde hace tiempo, a la capital de España como destino para empezar una nueva vida. En Madrid, la comunidad china ve una oportunidad de crear pequeños negocios de su propiedad. Es difícil encontrar chinos trabajando para empresas de otras nacionalidades. En la calle, aquellos que están más en contacto con la sociedad española, son los inmigrantes chinos que han montado sus propias empresas. Lo más habitual son tiendas de comestibles, ropa o restaurantes. Suelen crearse dentro de una unidad familiar, es decir, es la familia china la que lleva el negocio y trabaja en él. Se trata de un tipo de inmigración diferente a la que se suele encontrar en España, con una voluntad emprendedora apabullante.
Algunos se sienten como “Yellow Nerds”, otros como “Yellow V.I.P.s”.
Pero el poder de España también se ve en China, como el supermercado Día que se ha instalado en Asia.