[translations idioma=”EN” url=”http://rgnn.org/2014/03/26/series-education-asia-sets-stakes-on-science/”]
Bajo el lema “la educación es la clave”, ROOSTERGNN publica una Serie Especial dedicada exclusivamente a uno de los temas más importantes hoy en día: Educación. Puede seguir la Serie completa aquí.
ASIA. En fechas recientes, dos noticias en el ámbito económico han tenido un impacto mediático importante. La primera de ellas ha sido el anuncio de la empresa japonesa de automóviles Toyota de que el pasado año 2013 vendió más de 10.000.000 millones de vehículos en todo el mundo. El dato es espectacular y pone de manifiesto como un país como Japón que a pesar de tener importantes costes laborales, es capaz de producir alrededor del 40% de sus vehículos Toyota en el propio país. Este aspecto es clave porque desmonta la falacia de que los países con altos costes laborales no pueden competir en los mercados internacionales. La clave de su competitividad es su liderazgo científico.
La segunda noticia se refiere a la venta que ha realizado Google de Motorola a la empresa de telecomunicaciones Lenovo. Empresas chinas llevan décadas introduciéndose en los mercados europeos y americanos bien a través de sus propias empresas o bien a través de la compra de empresas nacionales.
Noticias de este tipo vienen ocurriendo con asiduidad desde hace años e indican que el ascenso asiático en la economía mundial es imparable. Pero junto a ello, se obvia un aspecto clave en ese desarrollo tan exponencial, esto es, la inversión en ciencia que buena parte los países asiáticos llevan realizando desde décadas atrás. Es decir, su apuesta por la educación es determinante en el ascenso económico asiático. Sin educación no hay presente ni futuro.
En el periodo 1999-2003 el 4% de los artículos publicadas en revistas de calidad científica procedían de China, diez años después China constituyen el 10% de las publicaciones, ocupando el segundo puesto tras los Estados Unidos dando un salto espectacular.
Algo parecido ocurre con India, país que ni siquiera aparecía en la lista del top 10 en el pasado y en la actualidad ya compone el 3% de las publicaciones mundiales. Ejemplos similares se podrían dar para Corea del Sur, Taiwán, Singapur o Tailandia.
La respuesta a este crecimiento científico de esos países hay que buscarlas en su continua inversión en ciencia. Los datos son esclarecedores. Durante el periodo de 1996 a 2007 el volumen del incremento del porcentaje en I+D de China ha rondado el 8%, el de India el 2% y el de Corea del sur más de un 4%.
Estas altas y sostenidas en el tiempo inversiones en I+D ha tenido su repercusión en muchos ámbitos. El primero de ellos en el desarrollo económico de cada país. Todo país que invierte en ciencia de manera sostenida en el tiempo centrándose en sectores concretos consigue mantener un crecimiento económico sostenido. Los ejemplos son claros y esta premisa es ampliamente aceptada. China durante los últimos 30 años ha crecido a tasas alrededor de un 9-10%. India, si bien su desarrollo se ha visto ralentizado recientemente, sigue creciendo a tasas de un 5%. Y corea del Sur se ha trasformado de un país agrario en los años 50 y 60 a ser un país con unas tasa de internacionalización de sus empresas espectacular habiendo puesto en el mapa a empresas como LG, Hyundai, Daewoo o Samsung.
Pero junto a ello, otro de las consecuencias de esta inversión en ciencia es el mundo de las patentes y la innovación. Llama la atención poderosamente el cambio de posiciones observada en el registro de patentes dentro de Estados Unidos.
Si en el año 1989 era Japón el principal registrador de patentes extranjero en Estados Unidos y tras él países europeos como Alemania Francia o Reino Unido, 20 años después encontramos un panorama totalmente distinto, siendo Japón de nuevo el país líder pero han aparecido tres países asiáticos más que antes no se encontraban, Corea del Sur, Taiwán y China.
Todo ello indica que el auge asiático de sus economías está precedido y sobre todo apoyado por fuertes inversiones en I+D y en su apuesta por la calidad educativa. El milagro asiático está sustentado en las mismas bases que otras economías modernas como la americana, la canadiense, la alemana, la sueca o la finlandesa.
Han copiado el modelo, lo han adaptado y lo han mantenido en el tiempo a pesar de la grave crisis económica internacional que afecta al mundo desde el 2008.
Si Europa quiere seguir manteniendo su posición privilegiada en el mundo debe de una manera conjunta volver a apostar por la ciencia. Ello implica recuperar al sur de Europa en su apuesta por la ciencia y a España en particular.