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La libertad de expresión es un derecho reconocido como tal en gran parte del mundo. No obstante, esto no quiere decir que todos los ciudadanos posean el mismo grado de libertad. De hecho, la mayoría de países democráticos tienen, legalmente, más libertad de expresión que los países autoritarios pero, incluso dentro de un mismo país, el nivel de libertad de expresión puede variar considerablemente de un ciudadano a otro por motivos discriminatorios o circunstancias personales de cada uno.
En una entrevista exclusiva con ROOSTERGNN, Dimitrina Petrova, fundadora de Equal Rights Trust, analiza la libertad de expresión en el contexto de los derechos humanos y explica cómo su organización trabaja a fondo para proteger el progreso de la libertad de expresión tanto individual como generalmente en todo el mundo.
¿Cuál es la labor de Equal Rights Trust para proteger la libertad de expresión, y cuál es la importancia de esta libertad como derecho humano?
En Equal Rights Trust tratamos el tema de la libertad de expresión desde el punto de vista de la igualdad, teniendo en cuenta el problema que conlleva el hecho de que algunas personas sean más libres que otras. La confianza identifica las causas y una posible solución a las mismas. Hay proyectos en los que la libertad de expresión es un componente que garantiza la igualdad. En estos casos, el punto medio entre el derecho a la libertad de expresión y la no discriminación es de vital importancia. Equilibrar estos dos derechos es muy importante. Por ejemplo, uno tiene derecho a declarar su rechazo hacia Irán o hacia los inmigrantes, pero ellos tienen el derecho a no ser discriminados. ¿Cómo se equilibra esto? El papel de los medios de comunicación en casos como este puede, o bien ocasionar un clima de intolerancia, o tener un impacto positivo en el proceso de paz. Uno de los proyectos que llevamos a cabo en Equal Rights Trust, en Sudán, se centra en fortalecer el derecho a la libertad de expresión en la red de periodistas del país para que puedan crear material y publicarlo en los medios.
Actualmente, ¿en qué lugar del mundo corre más peligro la libertad de expresión?
Para empezar, en sociedades cerradas con regímenes políticos anti-democráticos. En segundo lugar, en estados que promueven u otorgan privilegios especiales a la fe religiosa. En el primer caso, las víctimas son disidentes políticos. En el segundo, las minorías religiosas y cualquiera que no siga la religión impuesta por el estado. Por ejemplo, en estados en los que una cierta versión del Islam es la religión dominante, aquellos que se opongan al régimen o que se desvíen de dicha creencia corren el riesgo de ser perseguidos por razones de difamación religiosa. La discriminación por cuestiones políticas en cuanto a la libertad de expresión es algo que predomina en Sudán; un país donde existe la censura en los medios de comunicación y donde se acusa, con regularidad, a periodistas en base a sublevaciones por escribir sobre ciertos temas. Uno de estos temas es la Corte Penal Internacional y el conflicto armado en los estados de Nilo Azul y Kordofán del Sur, así como la corrupción entre funcionarios públicos. En Indonesia, Kazajstán, Malasia, Pakistán y otros países, la comunidad ahmadía es víctima de importantes restricciones en la libertad de expresión en base a su religión, puesto que el Islam no los considera verdaderos musulmanes.
¿Está mejorando la situación de la libertad de expresión gracias a la proliferación de Internet?
Sí, la proliferación de Internet va de la mano con una mayor libertad porque, en comparación con la situación de los medios hace unos años, controlar Internet es mucho más difícil. El gobierno siempre trata de tener todo el control posible sobre la red, pero las nuevas invenciones tecnológicas parecen jugar a favor de una transparencia cada vez más grande. Se pueden crear páginas web en el extranjero para ayudar a aquellas personas que viven en países opresores a comunicarse, manteniendo una lucha constante con las autoridades de sus países para mantenerse al margen de la censura. No cabe duda de que China es el caso más preocupante en cuanto a la censura en Internet.
¿Cree que la libertad de expresión es un problema en los países desarrollados, donde se supone que todos tenemos total libertad para expresarnos, así como en los países en vías de desarrollo, donde la libertad de expresión no está del todo permitida?
En el mundo desarrollado, como se hace llamar, la libertad de expresión aún es, en cierto modo, motivo de preocupación. Para empezar, es una cuestión de poder socio-económico. Aquellos que tengan dinero y poder pueden comprarse un hueco en el espacio público y gozar de su libertad de expresión. Se hacen oír más fácilmente que los demás y, por ello, dominan la opinión pública. En segundo lugar, una mayor libertad de expresión permite a la mayoría abusar de su derecho a la no-discriminación de los grupos más vulnerables. Por ejemplo, en gran parte del este de Europa, a día de hoy, existe una gran incitación al odio contra los inmigrantes. En los países en vías de desarrollo hay una gran diversidad en cuanto a la libertad de expresión y no creo que sea posible generalizar. Algunos países en vías de desarrollo practican un abandono total de las libertades básicas de las personas, mientras que otros imitan la situación de los países desarrollados, donde hay varios grados de libertad de expresión, así como de otros tipos de libertades, que reflejan las desigualdades socio-económicas que se dan en esos países.
Dimitrina Petrova tiene un largo historial en materia de derechos humanos y cambios de régimen a sus espaldas, habiendo estado involucrada en la situación de su país de origen, Bulgaria. Tras trabajar 11 años en Hungría, donde dirigió el European Roman Rights Centre, Petrova fundó la organización Equal Rights Trust para luchar contra la discriminación de todo tipo.