Titulo mi post “Reflexiones sobre los resultados de las elecciones en Andalucía” porque la palabra análisis me resulta muy seria. Analizar es poder obtener conclusiones mediante el estudio de una serie de datos y con una serie de métodos de los que yo, en este instante, no dispongo. Pero reflexionar sobre ello, si puedo, con la mera observación de los hechos y cierto juicio crítico.
Es curioso que, por doquier, se hable de ganar y de perder, y, en especial, cuando el infinitivo verbal se aplica directamente a los cabezas de las listas electorales que se enfrentaban en los comicios. A parte de curioso, puede resultar casi ofensivo, porque realmente, quien gana o pierde no es un candidato, sino los ciudadanos que lo han apoyado, o, al menos, así debería ser, en un proceso democrático. Pero, en este país, adolecemos de esa tendencia a simplificarlo todo, y a reducir algo tan serio como la gobernabilidad de una región durante un período de cuatro años, a una rivalidad entre tres, cuatro, o cinco individuos. Esto es lo que destilan la mayoría de los medios, esto es lo que transmiten a la población, y unas elecciones parecen convertirse en un encuentro de fútbol en el que gana o pierde el partido al que somos más efectos. ¡Qué vergüenza sigo sintiendo de este modo de interpretar la democracia! El Parlamento Andaluz se ha fraccionado en cinco formaciones políticas, desbaratando la tendencia de dos partidos mayoritarios que durante muchos años se han estado repartiendo el poder en toda la nación, y continuamos escuchando los mismos argumentos de ganadores, perdedores, pactos, etc.
A nadie le he escuchado comentar nada acerca de la abstención, mayor del treinta por ciento. Se analizan los posibles acuerdos entre las distintas formaciones, las diferentes formas de gobierno posibles, pero nadie se ha detenido a pensar en el dato de la abstención. ¿No sería interesante hacer un estudio de a qué se debe esta situación?¿Por qué un nada desdeñable grupo de ciudadanos decide no acudir a votar?¿A nadie le preocupa esto?¿Los que no han votado son individuos a los que les da todo igual, todos?¿Los que no han votado son individuos que no se sienten representados por ningún partido, todos?¿Los que no han votado son personas que no tienen ninguna fe en el sistema, todos?¿Los que no han votado son ciudadanos apáticos, todos? Pero, ese grupo abstencionista, alcanza un porcentaje mayor que el que ha obtenido la mayoría de los partidos políticos que se ha presentado a los comicios. Sinceramente creo que el estudio de la abstención sería un estudio interesante, mucho más que el de los pactos o acuerdos de gobierno que se van a derivar ahora.