Uno puede hacer varios experimentos mentales donde recrear diversos escenarios, uno de ellos podría ser imaginar que nadie vote en la elecciones.

El resultado de esto podría incluso dar lugar a un proceso constituyente del sistema. Parecería revolucionario si no es porque es muy idealista pensar que dejen de votar todos o casi todos, ya que el sistema gobernante ha entretejido durante bastante tiempo muchos lazos clientelares y ha adoctrinado a mucha gente en ciertas pautas ideológicas. Al final, como pasa en la mayoría de países del entorno, los políticos se conforman con una modesta y relativa proporción de votantes para sentirse legitimados y no cuestionados.

En otro escenario podemos imaginarnos que todo el mundo vote, en este caso sería más difícil que las redes clientelares funcionaran a todo el ámbito de la población, el manejo ideológico también resulta menos exitoso y, en resumen, la diversidad en las votaciones dificultaría ese bipartidismo que ha estado dominando todos estos años.

Ya sabemos que los partidos suelen decir que todos voten, pero en el fondo saben que eso no convence a nadie que no esté ya convencido. A ellos les interesa ese voto útil que les ha mantenido en el poder durante todo este tiempo.

Se han acallado las voces que hayan señalado alguna vez que el voto deba ser un derecho y una obligación civil. Se escandalizan cuando se propone y claman a los cuatro vientos la libertad de no votar como un derecho que asiste al ciudadano. Pero la realidad es otra, lo que realmente se está haciendo es propiciar la no participación de aquellos ciudadanos que no les interesa.

En una sociedad como debe ser, la participación política de los ciudadanos no sólo es deseable, sino necesaria y obligatoria. Si ya en un Estado como lo tenemos configurado, con una participación de risa cada cuatro años, además le sumas la negligencia político-cultural, entonces, ¿qué enseñanza estamos dando a nuestros hijos? ¿cómo decirles que tienen una obligación moral y cívica para con la sociedad o comunidad en la que viven, si permites que la gente se evada de tales obligaciones por mor de una libertad mal entendida?

Ya sé que hay opciones personales y de algunos movimientos que se deciden por la abstención, pero estoy convencido de que tales opciones, independientemente de sus buenas intenciones, están realmente reforzando los intereses del sistema.