MADbudget publica una series sobre Escapadas desde Madrid. Lugares cercanos a la capital y que muchas veces desconocemos. Descubriremos qué hacer, cómo llegar o dónde comer. Hoy viajamos hasta Toledo.
Toletvm, como la llamaban los romanos, es ejemplo de la convivencia pacífica de las tres culturas, es la ciudad de las espadas y los curas, pero, si algo tiene Toledo, es que es la ciudad de la cultura. Solo hay que pasearse por sus calles para respirar historia.
Es en la época de esa convivencia pacífica entre musulmanes, judíos y cristianos cuando el reino de Toledo ve la necesidad de aunar todo el saber en un lugar. La Escuela de Traductores trabaja con textos en hebreo, árabe, griego o latín y por primera vez son traducidos a lo que para la época era una lengua vulgar, el castellano. La conocida Escuela de Traductores de Toledo comienza su trabajo con mucha anterioridad, pero no es hasta el siglo XIII cuando el rey Alfonso X el Sabio institucionaliza esta escuela. Esta institución permitió el renacimiento de materias como la filosofía, la teología y la ciencia primero en España y después en toda Europa. La Escuela de Traductores de Toledo era la puerta del saber a todo occidente.
Actualmente la Escuela de Traductores es uno de los institutos culturales y de investigación de la Universidad de Catilla La Mancha, se encuentra en el antiguo Palacio del Rey Don Pedro en la plaza de Santa Isabel. Se trata de un edificio mudéjar del siglo XIV.
En el Siglo de Oro la ciudad vio nacer a uno de los poetas más importantes, Garcilaso de la Vega. Nacido en Toledo en el año 1498 fue hijo de familia noble, se le describía como un hombre de armas y letras, aunque no fue hasta pasados siete años de su muerte cuando se publicó su obra.
En la capilla de San Pedro Mártil podremos encontrar la conocida “lápida del error” donde descansan los restos de Garcilaso de la Vega y una placa recordándole.
Pero si por un escritor es conocida La Mancha mundialmente es gracias a Miguel de Cervantes Saavedra, en este 2015 la ciudad celebra el IV centenario de la publicación de la segunda parte del Quijote. Con este motivo la Junta de Comunidades de Catilla La Mancha ha convocado muchas actividades culturales a lo largo de toda la región.
En un pueblo muy cercano a la ciudad, Esquivias, se puede visitar la casa-museo del escritor, una casona de labradores, aunque el escritor poseía una casa en la capital, los historiadores aún están llevando a cabo varias investigaciones para averiguar dónde se encontraba.
<<Y, poniendo la vista en la gran ciudad de Toledo, fue esto lo que dijo:
—¡Oh peñascosa pesadumbre, gloria de España y luz de sus ciudades, en cuyo seno han estado guardadas por infinitos siglos las reliquias de los valientes godos para volver a resucitar su muerta gloria y a ser claro espejo y depósito de católicas ceremonias! ¡Salve, pues, oh ciudad santa, y da lugar que en ti le tengan estos que venimos a verte!>>
Miguel de Cervantes. “Los trabajos de Persiles y Segismunda”
Los homenajes a Cervantes a lo largo de la ciudad son muy numerosos, pero destaca la estatua que posiblemente más visitas tenga de toda la ciudad. Está situada en la bajada del arco de la sangre, un poco escondida. Si estamos en la plaza de Zocodover tenemos que buscar el arco del reloj y bajar las escaleras, Cervantes te está esperando para que te hagas una foto con él.
Otro de los autores toledanos que destacó, esta vez en el Siglo de Oro del Teatro español fue Francisco Rojas Zorrilla, escritor de la corte de Felipe IV. Nacido en el año 1607 a muy temprana edad se fue a estudiar a Salamanca. En la corte compartió andaduras con muchos de los grades de la época como Calderón de la Barca, Pérez de Montalbán o Coello.
El mayor recuerdo que hace Toledo a este dramaturgo es el teatro de la ciudad. El teatro Rojas, situado en la Plaza Mayor, muy cerca de la catedral.
Pero si hay un autor que ha llevado a Toledo en la literatura a un nivel máximo ese es Gustavo Adolfo Bécquer. Nacido en Sevilla en el año 1836, al igual que Cervantes, Bécquer tiene un rincón de la ciudad dedicado en su nombre. Su obra, Rimas y Leyendas, casi en su totalidad está dedicada a esta ciudad. En ella puedes imaginar desde la zona del pozo amargo o el Cristo de la Vega. Solo hay que pasear por las callejuelas de la ciudad para descubrir las placas de reconocimiento al escritor y en recuerdo a sus leyendas.
<<Hay en Toledo una calle estrecha, torcida y oscura, que guarda tan fielmente la huella de cien generaciones que en ella han habitado, que habla con tanta elocuencia a los ojos del artista, y revela tantos secretos puntos de afinidad entre las ideas y las costumbres de cada siglo con la forma y el carácter especial impreso en sus obras más insignificantes, que yo cerraría sus entradas con barreras …>>
Gustavo Adolfo Bécquer. “Tres Fechas”
Y es que Toledo es la ciudad infinita, la ciudad del damasquino, la historia y la leyenda. Toledo es la ciudad de la Infantería, el clero y el poder. Toledo es lo que quiera ser, porque como decía Gregorio Marañón, <<Toledo es uno de los pocos escenarios del mundo en que se puede, sin esfuerzo, soñar>>”