Si en el artículo de ayer echábamos un vistazo a la influencia de lo rural y lo urbano en el voto, hoy le toca el turno a la edad del votante. Y es que los años importan, y próximas como están las elecciones generales qué mejor momento para pasar lista a los principales partidos y su capacidad de atracción respecto a los diferentes grupos generacionales. ¿Te identificas con los resultados? Comprobémoslo, pero comencemos antes con las palabras del presidente de Metroscopia, José Juan Toharia, refiriéndose a las pasadas elecciones autonómicas y municipales:

“El votante joven, urbano, activo laboralmente e influyente dice que votará a Podemos y Ciudadanos; el de más edad, rural, conservador, con actividades no remuneradas e influencia decreciente afirma que lo hará a PP y PSOE”

Según todos los vaticinios, Ciudadanos y Podemos iban a convertirse en el nuevo bipartidismo de moda según los grupos generacionales fueran relevándose (esto es, según unos mueran y otros se hagan mayorcitos), y el reemplazo quedaba confirmado por toda una lista de encuestas que mostraban cómo Podemos, reina de la juventud, estaba ganando terreno a pasos de gigante entre la izquierda y parte del abstencionismo joven, mientras Ciudadanos, una cara nueva con un discurso no tan nuevo pero bien depurado, iba ganando adeptos, cada vez más, entre la gente joven.

Según todas las encuestas y sondeos de carácter nacional realizadas en torno a las pasadas elecciones, el bipartidismo de populares y socialistas sería reemplazado con el tiempo por otro nuevo sistema de turno: el de Ciudadanos y Podemos

Sin embargo, nuevos sondeos van apareciendo, y parece que la profecía no se cumple: la estimación del voto a Podemos ha caído en picado hasta alcanzar sus mínimos en lo que va de recorrido. El proyecto de tantos y a la vez de uno ha empezado a suscitar el recelo y el descrédito, al igual que un Albert Rivera, cuya formación ha bajado en estimación de voto este mes más que ningún otro partido. Pero ahora viene la sorpresa: el PP ha conseguido subir hasta 7 décimas y el PSOE también ha crecido dos décimas. Los partidos tradicionales, como muestran estos sondeos de El Electoral siguen siendo los preferidos para alcanzar la presidencia del Gobierno. El PSOE, vencedor en estimación de intención directa de voto, se alza para hacer la competencia a los populares: la sonrisa de Pedro Sánchez importa tanto como la edad.

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Cuando retrocedemos unos años y marchamos a la Italia de Il Cabaliere, mucha gente se preguntaba: ¿cómo puede seguir ganando y manteniéndose en el poder semejante esperpento? ¿Quién le puede votar? Las mismas preguntas se oyen en círculos de gente joven, airada e insatisfecha con la situación actual.

Y es que España no es país para jóvenes. Los partidos que sepan ganarse a la población de edad madura serán los partidos del presente. Con una larga trayectoria en la vida política, PP y PSOE tienen unas posiciones muy fuertes ya ganadas, poseen toda una serie de adeptos y círculos de larga tradición y una burocracia bien trabajada con el paso del tiempo, mientras los partidos de nueva formación parecen suscitar incertidumbre y descrédito, e incluso miedo, a la gente entrada en edad o cercana ya a sus últimos cumpleaños.

Sin embargo, el voto de hoy no es el voto del futuro. Para mantenerse frescos en el tiempo y ganar adeptos entre las futuras generaciones de españoles con derecho a voto, a estos partidos no les bastará con ofrecer una cara joven y atractiva. Como se ha demostrado en las pasadas elecciones al municipio con el rápido ascenso de Manuela Carmena (con 71 añazos a sus espaldas), alcaldesa de Madrid, la edad del político no importa tanto como el trabajo de su equipo en los medios digitales y su discurso. Mantener un discurso cerrado y estático es darse contra el muro, y uno de los posibles que han influido en la caída de Podemos. En cambio, emitir un discurso flexible, abierto al diálogo y que, al menos en apariencia, haga ver a la ciudadanía que cuentan con ella, parece ser el elixir del triunfo.

Si bien el voto de este año lo poseen en gran medida, según grupos generacionales de votantes, PP y PSOE, para las siguientes elecciones no están tan claros los resultados, conclusión: renovar discurso y partido o caer en el intento

El discurso de un “ellos” y un “nosotros” está dando paso a un conglomerado en el que no se busca tanto la identificación con el partido por su ideología o simbología tanto como por sus prácticas. Y es que de poco sirve la teoría si no hay práctica que la lleve a buen puerto.