La entrada de China en la OMC (Organización Mundial del Comercio) pone sobre la mesa muchas dudas respecto a si la industria española del calzado podrá competir contra la potencia económica más grande del mundo. Sus bajos precios, frente a una industria clásica y con escasa renovación, hace que el sector necesite de medidas para poder competir en el libremercado.

En 1981 se creó el Comité Permanente de la Comisión Mixta Chino-Española, organización con la que se firmaron acuerdos de cooperación en varios aspectos, mejorando las relaciones para que entre 1982 y 1987 se multiplicaran por dieciséis la exportación de maquinaria textil. En 1987 se acabó formando la compañía de moda Qiyi, china y española, dedicada entre otras cosas, al calzado.

LUCHANDO CONTRA LA CRISIS

Pero el crecimiento de China como industria ha acaparado la mayoría del mercado en torno al calzado. Sin embargo, el sector español dedicado a este negocio es particularmente intenso y fuerte, creciendo en tiempos de crisis en torno a un 8% según Javier García Lillo, secretario general de la Federación de Industrias del Calzado Español. Ya en 2010 se intentó regular el mercado a través de medidas antidumping para frenar la sangría del resto de industrias frente a la china.

venta-por-mayoreo-de-calzado-moderno-para-hombre_729c2b5_3

La capacidad de China no había pasado factura hasta la actualidad, pero era cuestión de tiempo: Mientras que las empresas españolas exportan el zapato a 15,17 euros, China lo hace a 3,74. Los números hablan solos y demuestran que la renovación de la industria es vital para no morir.

LA CLAVE: LA INNOVACIÓN

El negocio, por tanto, parece que tiene que encarar una medida definitiva: Producir y distribuir calzado de calidad y que se perciba una imagen de estilo y detallista. Cuidar el producto. Frente a la producción asiática de baja calidad, la réplica se tiene que dar desde un producto de mayor potencia, sin olvidar que al considerar el calzado como una industria de primera necesidad, puede sufrir en su adaptación. Además, hay otra clave: Invertir en I+D y caminar hacia la innovación, que en pleno s.XXI, es uno de los elementos más importantes para mantener a flote el negocio.

La carrera por hacer de la industria del calzado una empresa solvente, pasa además, por mejorar la imagen de España como productor de este sector, algo dificil y con lo que deberá competir con Italia, entre otros.