Son ampliamente comentados los efectos perjudiciales de los móviles en nuestra vida social. Se les acusa de aislar a las personas de aquellos a quienes tienen más cerca, de hacer que vivamos más pendientes de fotografiar el presente que de vivirlo o de provocar rupturas de pareja por discusiones a través de Whats App…
Sin embargo, se comenta con menor frecuencia los múltiples riesgos que suponen para nuestra salud física.
Cáncer
La Organización Mundial de la Salud alertó en el año 2011 de que los teléfonos móviles podían causar cáncer. Esta afirmación se basa en el supuesto efecto cancerígeno de los campos electromagnéticos que generan estos aparatos.
Aún queda mucho por estudiar en este sentido y, de entre todos los efectos nocivos de los móviles, este es posiblemente el menos probado, pero sin duda el más preocupante.
Infertilidad
Cada vez es más frecuente en nuestra sociedad encontrar parejas con serias dificultades para tener hijos. Entre las múltiples causas de este hecho está el daño que produce la telefonía móvil sobre el esperma, tal y como han probado numerosos estudios.
Los daños a la fertilidad se producen al llevar el móvil en el bolsillo del pantalón, el lugar más común cuando se sale a la calle con él.
Dificulta el sueño
Las pantallas de los móviles y de otros aparatos, tales como los ordenadores, generan una elevada luminosidad brillante que afecta a la producción de melatonina, una hormona que ayuda a controlar el ciclo natural sueño-vigilia.
A ello hay que añadir la excitación que supone para nuestro cerebro la actividad que hayamos realizado con el móvil, por ejemplo discutir por Whats App.
Los efectos sobre el sueño aumentan cuanto mayor es la luminosidad y menor es la distancia con respecto a la cara. El problema de los móviles en este aspecto se encuentra precisamente en la cercanía que se establece entre ellos y nuestros ojos a la hora de leer.
Es especialmente perjudicial el uso de las tablets para leer, actividad que se suele realizar antes de dormir y que en circunstancias normales ayuda a conciliar el sueño, lo cual no sucede cuando se lee a través de la pantalla de una tablet.
Daña la vista
La luminosidad de las pantallas de móviles y demás aparatos tecnológicos producen también daños sobre la vista, según un estudio de la Universidad Complutense, liderado por la Doctora Celia Sánchez-Ramos.
Los efectos nocivos son mayores en los niños, jóvenes y ancianos, ya que su organismo no genera la necesaria protección natural para el correcto funcionamiento de sus ojos.
Daña el oído
El uso excesivo del teléfono móvil podría provocar pérdida de audición.
Especialmente preocupante es el uso de auriculares. Un estudio de la Universidad de Leicester (Reino Unido) considera que escuchar música con auriculares a un volumen muy elevado genera el mismo daño a nuestros oídos que el producido por encontrarnos cerca del motor de un avión en funcionamiento.
Se puede producir sordera permanente a partir de los 90 decibelios, nivel medio de un mp3.