Puedes leer la segunda parte aquí.

El comandante en jefe alemán pregunto al capitán a cargo de la defensa si podrían resistir, la respuesta fue la siguiente: “Los destacamentos de asalto del enemigo que cruzaron el río han sido aniquilados” Entre el 21 y el 22 de enero el General Clark ordena un segundo ataque a través del río durante la noche, esta vez se consiguió alcanzar la orilla enemiga y tender dos puentes. Pero los alemanes se percataron a través de sus centinelas y pronto atacaron iluminando la noche con bengalas. Los norteamericanos fueron pulverizados y se retiraron nuevamente humillados, abandonando los puentes y todo el material.  En este segundo ataque, las fuerzas estadounidenses perdieron a más de 400 hombres en este segundo ataque. Pero los aliados estaban lejos de rendirse y el 24 de enero el General Clark había ordenado un nuevo ataque, también por el río seleccionándose una zona poco profunda, al norte de Cassino. Los dos grupos deberían, uno atacar y tomar Cassino y el otro las colinas rumbo al Valle del Liri. Esta vez irían con ellos los carros de combate Sherman. Los alemanes, muy astutos, habían hecho explotar una presa cercana lo que hizo que el río se desbordase llevándose con ello a los carros y a muchos hombres y material, el terreno se dificulto por el barro y las inundaciones.

La 34ª División de Infantería Estadounidense, juntamente con algunos carros de combate, los que pudieron salvarse consiguieron inclinar la balanza a favor de los aliados pero en los suburbios de la ciudad fueron detenidos debido a los bien posicionados cañones alemanes. Las tropas norteamericanas se metieron de lleno en un campo de minas y quedo casi aniquilada; los restos de los batallones que salieron con vida, al llegar al pueblo perdieron más de la mitad de sus efectivos, en un mar de proyectiles anti-tanques y fuego de morteros y ametralladoras.

Así, en medio de esa brutal lucha que tenía aterrorizada a la población civil y que ponía a prueba el poder combativo de ambos bandos, el ataque se prolongó en dicho estado durante una semana, con grandes perdidas para los aliados. A principios de febrero las fuerzas aliadas consiguen penetrar hasta la base de la abadía, pero un rápido contraataque de granaderos panzer, les obliga a retirarse, de nuevo con grandes bajas por parte de los aliados. Tras meses de combates no quedaba en toda Italia un división norteamericana que no estuviese exhausta, por ello las tropas coloniales francesas reanudaron el ataque y tomaron el relevo a los norteamericanos. Las fuerzas coloniales francesas de montaña, si bien pudieron conquistar el Monte Belvedere no lograron unirse a las tropas estadounidenses pues los alemanes también les infligieron una importante derrota. El 11 de febrero se cancelaba la ofensiva con cerca de 5.000 bajas estadounidenses y 2.500 franceses.

Los aliados no habían conseguido tomar el Valle, juntamente con el pueblo de Cassino y mucho menos el Monasterio de Montecassino. Los alemanes reforzaron a las fuerzas de Panzergrenadiers con la 1ª División de Fallsshirmjäger (Cazadores Paracaidistas) Los paracas alemanes se desplegaron a través del pueblo y no ocuparon el Monasterio para evitar que se convirtiera en un blanco militar por parte de la aviación y la artillería aliada. En este momento de la batalla el General Clark decide retirar a la 34º y 36º Divisiones Estadounidenses juntamente con la División de la Guardia Nacional de Texas, que estaban en un estado bastante lamentable y sustituirlas por unidades de refresco de la Commonwealth, la 4ª División India y la 2ª División Neocelandesa.

Se inicia el primer bombardeo

Nos encontramos ahora en Cassino en los días 13-14 de febrero. Los veteranos paracaidistas se han desplegado en el pueblo, pero los aliados desconfiados decidieron bombardear Montecassino el día 15, lanzándose 2.500 toneladas de bombas. En el lugar tan solo se encontraban los monjes Benedictinos y los civiles que se habían refugiado en el Monasterio, para huir de la batalla y buscar protección. Ni por asombro podían saber lo que les venía encima. Este asesinato llevado a cabo por los Aliados y como tal un crimen de guerra contra los civiles y los mojes, no sería reconocido por EEUU hasta 1969, aunque no con tal apelativo. El día 15 tras el ataque el General Von Senger dio por fin permiso a los paracaidistas para ocupar las ruinas de Montecassino y convertirlo en un segundo baluarte defensivo detrás del pueblo. Ahora era el turno de las tropas británicas y de la Commonwealth de demostrar si eran más capaces  que sus aliados estadounidenses y conseguir finalmente atravesar la Línea Gustav.

Durante los días 16 y 17 de febrero, la 4ª División India lanzo varios asaltos sobre Cassino y las colinas próximas. Las bajas fueron terribles. Si los Panzergrenadiers habían demostrado no estar dispuestos a ceder ni un palmo de terreno y a contraatacar cuando fuera necesario, los paracaidistas eran todavía peores enemigos. Por poner un ejemplo, en el ataque a una de las colinas próximas al pueblo (cota 593), el Batallón de los Royal Sussex, perdió más del 60% de sus hombres, (480 soldados) lo cual era un auténtica barbaridad. De esta manera fueron enviadas las mejores tropas de la Commonwealth, los fusileros hindúes de Rajputana y dos batallones de los terribles Gurkhas, pero tampoco consiguieron avanzar y las bajas fueron escalofriantes, perdiéndose otros 600 soldados.

Sólo los maories neocelandeses consiguieron alcanzar el pueblo y tomar la estación de ferrocarril, pero por poco tiempo. El 18 de febrero, la ya fogueada 15ª Panzer Grenadier Division, lanzó un contraataque a cargo de uno de sus regimientos, el 211º Panzer Grenadier Regiment  junto con algunos cañones de asalto y expulsó a los maories del pueblo otra vez. A partir del día 18 se puso a nevar copiosamente y las temperaturas descendieron rápidamente con lo que se detuvo el ataque británico, que además de no conseguir ningún avance, había supuesto ya centenares de muertos y heridos para sus unidades.

Puedes leer la cuarta parte aquí.