Como el PP, con su jefe de filas, Mariano Rajoy, al frente, no ha tenido la suficiente valentía de tratar de formar gobierno, porque su orgullo les impide ver, o más que ver, soportar, cómo son rechazados por la totalidad de la cámara, se trata ahora de acudir a otras estratagemas. Les debe ya doler la boca de decir que lo legítimo es que gobierne el partido más votado. Bueno, si lo más legítimo es eso, ya se les dio la oportunidad de hacerlo y la declinaron. Sin embargo, lo más legítimo no es eso, ni lo más ético, ni lo más democrático. Lo más legítimo, lo más ético y lo más democrático es que gobierne el partido, o el conjunto de representantes, que tenga más apoyos.
Pero ellos son perfectamente conscientes de que, si Podemos pasa a formar parte de ese gobierno, todo el entramado que tienen montado dentro de la judicatura, el mundo financiero, las grandes empresas y las instituciones, va a venirse abajo, y van a verse obligados a ofrecer muchas explicaciones y, muchos, a terminar dando con sus huesos en la cárcel, y no únicamente por los asuntos de corrupción, que son ya un clamor imparable, sino por otros, como las destituciones de jueces y los correos electrónicos que salieron a la luz en wikileaks sobre asuntos como los de Couso, el juez Garzón y otros – apareció en la SER con el titular: Javier Zaragoza reconoce contactos “dentro de la más estricta legalidad”.
Viendo que el poder se les escapa de las manos, recurren ahora a sacar del armario los fantasmas del pasado, tratando de infundir el miedo en la ciudadanía, tal vez con el propósito de que el PSOE llegue a un pacto con ellos, donde se les permitan gobernar en coalición y continúen teniendo una cuota de poder, ya que el PSOE, que también tiene sus miserias, sería bastante más permisivo, como ya se ha puesto de manifiesto en otras ocasiones. Y por esto mismo, precisamente, Podemos mantiene que del PSOE no se fía y no quiere permitir, ni un gobierno en solitario del partido socialista en minoría, ni que intervenga Ciudadanos.
Por todo ello, estamos asistiendo a una campaña en la que se invocan toda suerte de desgracias, entre sucesos apocalípticos (Los inversores van a abandonar España, se va a dejar de lucharse contra el terrorismo yihadista), y chuscos (“ETA está esperando como agua de mayo una coalición PSOE-Podemos”). Actuando a la desesperada, observamos cómo detienen a unos titiriteros, acusándolos de apología del terrorismo por el simple hecho de sacar una pancarta en una representación que, simplemente, aludía a ETA – ¿deberían detener, entonces a los guionistas y actores de “Cuéntame”, o a los de “Lobo”, u otras películas o series en las que se hace alguna alusión a la banda? – Esta situación es retroceder a los tiempos del franquismo: la persecución, la opresión, la censura, la supresión de la libertad de expresión.
Por si no fuera suficiente, han encontrado aliados dentro del partido socialista, como son algunos de sus barones y la momia que maneja sus hilos desde hace años (ver carta al sr. González). Ciertamente Pedro Sánchez no lo tiene fácil: si pacta con Podemos va a encontrar una resistencia interna en el seno de su partido, y si no lo hace, va a ser defenestrado en el próximo Congreso Federal y no volverá a ser candidato a la presidencia. Si Sánchez quiere sobrevivir a esta batalla, no le queda otra, a mi juicio, que pactar con Podemos y todas las fuerzas de progreso de la cámara. De otra suerte, es un cadáver político.
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