Son jóvenes bohemios de clase media-alta, que se concentran (normalmente) en barrios en procesos de gentrificación; es decir, barrios  en los que la población pobre original es desplazada por otras personas de un mayor nivel adquisitivo,  a la vez que se renueva arquitectónicamente  mediante inversión privada.

Esta es la cultura dominante ahora mismo en nuestro país. Eso sí, muy maquillada, porque son amantes de lo políticamente correcto. Se enmarcan en una moda alejada de las corrientes dominantes, es decir, están basados en lo independiente(que incluye artículos vintage) y en el consumo de alimentos orgánicos y productos artesanales, aunque no sea por cuestiones sociales. Se podría decir que intentan vivir estilos de vida alternativos.

– En qué se basan ambos movimientos

Triibunal: punto referente para los Hipsters e Indies en Madrid | foto por Diego Calle

Triibunal: punto de referencia  en Madrid | Foto por Diego Calle

Los hipsters e indies son una falsa subcultura, que creen (y hacen creer) que se enfrentan a los estilos predominantes. Aunque sólo son la versión descafeinada del capitalismo actual: Adoran la ironía y sentirse especiales, utilizando términos y palabras que no dicen nada pero suenan muy bonitas.

Se puede decir que su cultura se basa en la estética, sin ningún elemento que cuestione el sistema. Aunque se desentienden de todo aquello que huele a social o político, uno de sus rasgos es el de sentirse superiores por sus consumos culturales exquisitos. Es por ello, que lo que comparten los indies y los hipsters es la sensación de pertenecer a una élite cultural por encima del público vulgar.

Les define, por tanto, un tremendo individualismo. Es por ello que rechazan canciones sobre la vida y los problemas reales; Además de aborrecer todo al arte político. No son partidarios de hablar las cosas claras, aunque sí de comprar productos ecológicos.

La mayoría de la civilización moderna prefiere mantenerse de espaldas a la realidad. Y esto se debe a que es el mercado el que ha instaurado esta cultura, no los individuos o una corriente de pensamiento. El problema (o no) es que ellos no lo saben, o hacen que no lo saben.

– Evolución cultural

La premisa aquí es que el desarrollo personal se basa en consumir determinados productos que consideran superiores o especiales. Podría definirse como «el elitismo al alcance de todos«. porque para subirse al carro no se exige alto nivel cultural, ni tampoco mucho gasto…

Las últimos maniobras de los partidos políticos dominantes se han basado en este prototipo de personas para maquillar sus propios intereses. Una clara muestra más de que son las élites las que dirigen todo. La libertad de prensa de este país la deciden los grandes conglomerados del mercado; Y los cerebros y la libertad del individuo, los moldean los que están por encima.

Hipster de la campaña del PP | Fotograma del video de campaña

Hipster de la campaña del PP | Fotograma del video de campaña

Es una revolución que solo se basa en lo estético, de modo que los que están por encima de nosotros y controlan todo, están encantados con que esto sea de esta forma. El sistema político se siente muy cómodo con la cultura indie y hipster, ya que es una sociedad despolitizada con la que comparte valores como el individualismo.

Curioso que sean, únicamente, las propuestas indies/hipster las que dominen los medios de comunicación… Produciendo clasismo y anglofilia (solo importa lo que sucede en Londres, New York y L.A.).

– Referentes y valores

Si algo define este “movimiento” es el afán de distinción por encima de todo. Sin embargo, no cuenta tanto tu nivel cultural como tus preferencias de consumo… Distinción, si; pero dentro de los cánones establecidos por la moda.

Decía Victor Lemore, autor del libro “Indies, Hipsters y gafapastas”, que “a la mayoría les da igual si sus compras contribuyen a arreglar los problemas del mundo porque la motivación es la autosatisfacción, sentirse diferente y especial. No buscan acabar con el consumismo, sino redimirlo a través de la etiqueta de consumo consciente«.

Russian Red, Nacho Vegas, Supersubmarina, Vetusta Morla, Izal… con ediciones especiales en vinilo y siempre tiradas limitadas, las entradas de sus conciertos a cincuenta euros y subvencionados por grandes marcas, son el ejemplo claro de todo esto. Todos han de ser blancos occidentales (a poder ser con barba), que vayan de iluminados por una fuerza especial y digan lo mismo que podrían decir los Camela, pero con palabras más inaccesibles.

– Cultura popular:

Ellos mismos se han autoerigido como referentes de la cultura popular, y no es así. Es muy complicado definir qué es cultura popular y qué no. Pero desde luego, esta corriente basada en el consumismo, no lo es. Creo firmemente que no hay cultura más excluyente y alienada como esta; en otras palabras, son lo contrario a lo popular.

Para definir una cultura popular habría que hacer una puesta en común con todos los escalones de la sociedad y decidir qué cultura es la que queremos. Algo que parece muy improbable.

– Consecuencias

Gracias a la imposición de esta nueva cultura de lo moderno/vintage, viviremos bajo cortinas de humo. Siempre aparentando lo que no es, pero mientra suene bonito todo estará bajo control.

La música indie es en la banda sonora del capitalismo global; Las novelas más vendidas son de autores partidarios de esta filosofía; las series de televisión han sabido adaptarse a lo que este público reclama… y mientras seguimos sin abrir los ojos, porque sabemos que duele.

Decía Sigmund Freud que en esta vida para ser feliz sólo hay dos opciones: Ser idiota o aparentar que lo eres; Actualmente, tiene que haber gente inmensamente feliz por ahí suelta.

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