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Los Estados Unidos en la Conferencia de Postdam (17 de julio al 2 de agosto de 1945)
La Segunda Guerra Mundial fue una experiencia especialmente dramática para los rusos: la Unión Soviética sufrió una devastación sin precedente como consecuencia de la invasión alemana y más de 20 millones de ciudadanos soviéticos murieron durante la guerra; decenas de miles de ciudades, pueblos y villas soviéticas fueron arrasadas; y 30.100 fábricas soviéticas fueron destruidas. De manera de prevenir un asalto similar en el futuro, Stalin estaba determinado a utilizar al Ejército Rojo para controlar Polonia, de manera de dominar los Balcanes y destruir de forma absoluta la capacidad de Alemania para poder involucrarse en otra guerra.
El problema es que la estrategia de Stalin arriesgaba confrontar con Estados Unidos un adversario igualmente poderoso, quien consideraba a las acciones de Stalin eran una violación abierta del acuerdo de Yalta. A finales de la guerra en Europa, en mayo de 1945, los soviéticos insistían en ocupar la isla dinamarquesa de Bornholm, a causa de su posición estratégica en la entrada del Báltico. Cuando el comandante alemán local insistió en rendirse a los aliados occidentales, tal como habían hecho las fuerzas alemanas en el resto de Dinamarca, los soviéticos bombardearon la isla, causando gran número de bajas y daño entre la población civil que apenas había sido tocada por la guerra, y luego invadieron la isla y la ocuparon hasta mediados de 1946, todo lo cual puede ser considerado parte de las acciones iniciales de la Guerra Fría.
Ya antes de que terminara la guerra, parecía altamente probable que la cooperación entre las potencias occidentales y la URSS darían lugar a una intensa rivalidad o conflicto. Esto se debía básicamente a los marcados contrastes entre las ideologías políticas de las dos superpotencias, ahora las más poderosas del mundo. Mientras que Estados Unidos era una democracia de dos partidos con una economía capitalista avanzada, basada en la libre empresa y la ganancia, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas era un estado socialista de partido único con una economía planificada con fuerte presencia estatal. En 1945, la Unión Soviética llevó a cabo una farsa judicial al “juzgar” a 16 líderes de la resistencia polaca que habían luchado durante la guerra contra los nazis con ayuda británica y norteamericana. Al cabo de seis años 14 de ellos habían muerto.
En los Juicios de Nuremberg, el fiscal general soviético presentó información falsa en un intento de acusar a alemanes por el asesinato de unos 22.000 oficiales polacos en el bosque de Katyn cerca de Smolensk. Sin embargo, al sospechar la culpabilidad de los soviéticos, los otros fiscales aliados se negaron a apoyar la acusación, además los abogados alemanes amenazaron con presentar una defensa que sería embarazosa para los rusos. Finalmente nadie fue acusado ni encontrado culpable en Nuremberg de lamasacre del bosque de Katyn En 1990, el gobierno soviético reconoció que la masacre de Katryn había sido llevada a cabo, no por los alemanes, pero si por la policía secreta soviética.
A partir de septiembre de 1945, Witold Pilecki un miembro de la resistencia polaca y justo fue enviado por el General Anders a espiar a los comunistas en Polonia. En 1948, Pilecki fue ejecutado acusado de espionaje y de ‘servir a los intereses del imperialismo extranjero‘. Varios de los desacuerdos de la postguerra entre los líderes de occidente y los líderes soviéticos estaban relacionados con sus interpretaciones diferentes de las conferencias durante y posteriores a la guerra. La Conferencia de Teherán a finales de 1943 fue la primera conferencia aliada a la cual concurrió Stalin. En la conferencia los soviéticos expresaron su frustración porque los aliados occidentales todavía no habían abierto un segundo frente contra Alemania en el oeste de Europa. En Teherán, los Aliados también conversaron sobre el estatus político de Irán.
En esa época los británicos ocupaban el sur de Irán, mientras que los soviéticos habían ocupado un sector en el norte de Irán lindero con la república soviética de Azerbaijan. De todas formas, al finalizar la guerra, surgieron tensiones sobre los tiempos para que ambos lados de retiraran de esta región con importantes reservas petroleras. En febrero de 1945 en la Conferencia de Yalta, los Aliados intentaron definir el andamiaje para una organización de Europa en la postguerra. Los Aliados no pudieron alcanzar acuerdos firmes sobre los temas principales: la ocupación de Alemania, las compensaciones postguerra por parte de Alemania, y los préstamos. No se logró acordar un consenso final en cuanto a Alemania, más allá de acordar con un pedido soviético en que el total de las compensaciones de guerra debía ser de unos 10.000 millones de dólares “como base para negociar.” Los debates sobre la composición del gobierno de postguerra de Polonia también fueron acalorados. Luego de la victoria Aliada en mayo, los soviéticos ocuparon de hecho el este de Europa, mientras que Estados Unidos abarcaba casi toda Europa Occidental.
En la Alemania ocupada, Estados Unidos y la Unión Soviética acordaron zonas de ocupación y un esquema indicativo para el control por las cuatro potencias incluidas Francia y Gran Bretaña. En la Conferencia de Potsdam que comenzó a finales de julio de 1945, los Aliados se reunieron para decidir cómo administrar a la Alemania nazi derrotada, que había aceptado rendirse de manera incondicional nueve semanas antes el 7 y 8 de mayo de 1945, día VE (día de la Victoria en Europa). Importantes diferencias surgieron en torno al desarrollo futuro de Alemania y de Europa del Este. En Postdam, Estados Unidos estaba representado por un nuevo presidente, Harry S. Truman, quién el 12 de abril se hizo cargo del gobierno luego de la muerte de Roosevelt. Truman desconocía los planes de Roosevelt para la postguerra en relación a la Unión Soviética, y en general estaba desinformado sobre temas de política exterior y militares. Por lo tanto el nuevo presidente, inicialmente dependía de un grupo de asesores (que incluía al embajador ante la Unión Soviética Averell Harriman, el secretario de guerra Henry L. Stimson y el secretario de estado de Truman, James F. Byrnes).
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