Nueva Zelanda está formada por dos islas principales: Isla Norte e isla Sur separadas por el estrecho de Cook. Cuenta con otras islas de menor tamaño pero no menos importantes, como la Isla Stewart muy cerca de la Antártica y casi virgen, las islas Bounty, son 13 islotes, las islas Campbell, Chatham o Kermadec.

Nueva Zelanda también incluye las Islas Cook y Niue (Estados autónomos en libre asociación), Torkelau y la Dependencia de Ross (reclamación territorial en la Antártida).

La capital es Wellington aunque no es la ciudad más grande y poblada.

No existe un lugar más alejado de España que Nueva Zelanda. Las antípodas de Madrid, por ejemplo, si pudiéramos excavar un túnel desde la Puerta del Sol hasta el otro lado del mundo, llegaríamos a Palmeston North, en maorí “Te Papa-i-oea”, la ciudad principal de la región de Manawaty-Wanganui, ubicada en la isla norte de Nueva Zelanda.

Las costas orientales de esta isla son las primeras en el mundo que ven amanecer. Dicen que esta precocidad ha servido a los neozelandeses para ir siempre por delante de su tiempo. Nueva Zelanda fue el primer país que estableció la enseñanza gratuita obligatoria en 1877, el primero en el que votaron las mujeres en 1893, el primero que implantó la semana laboral de 40 horas en 1936 y el primero que creó un sistema de pensiones para los jubilados y un sistema médico gratuito en 1938.

La “tierra de la larga nube blanca” (Aotearoa en maorí) como la llamaron los maoríes a Nueva Zelanda, es uno de los lugares más excepcionales del planeta. La prestigiosa publicación Traveller ha elegido a Nueva Zelanda como el mejor destino turístico del planeta por sus espectaculares paisajes en los que se combinan altas montañas nevadas, lagos cristalinos, géiseres o fiordos majestuosos, sus ciudades cosmopolitas repletas de rincones acogedores, sus coquetos alojamientos emplazados en lugares de ensueño o su múltiple oferta de actividades deportivas y de aventura.

La Isla Norte a la que los maoríes llaman “Te Ika un Maui” (el pez de Maui) está salpicada por lagos envueltos todo el año en nieblas y bosques de los que parece que va a salir en cualquier momento una familia de dinosaurios. Se caracteriza por poseer algunos de los manantiales termales más grandes de Nueva Zelanda de origen volcánico. El centro de la Isla está formado por el volcán extinto Taupo, cuyo cráter está ocupado actualmente por el lago más extenso de Nueva Zelanda, el Lago Taupo.

La Isla Sur o “Te Wai Pounamu” (las aguas de piedra verde) o “Te waka o Aoraki” (la canoa de Aoraki), posee glaciares a cuatro kilómetros escasos de la costa, ballenas, pingüinos, playas como las de la Polinesia, fiordos como los de Noruega. El Parque Nacional de Fiordland es un laberinto de ríos y canales formado por la acción erosiva de los vientos, la nieve y el deshielo durante millones de años, hay catorce fiordos principales y Rudyard Kipling dijo de uno de ellos, Milford Sound, que era el lugar más bello sobre la Tierra. La isla Sur está dividida a lo largo por los Alpes del Sur, con su pico más alto de 3.754 metros, el Monte Cook, Sir Edmund Hillary desarrolló sus habilidades para escalar y preparó la conquista del Everest en el Monte Cook.

Según la leyenda Ngai Tahu, Aoraki y sus tres hermanos, todos ellos hijos de Rakiui “el Padre Cielo”, mientras viajaban por el mar su canoa volcó en un arrecife, cuando los hermanos se subieron de nuevo a la canoa los vientos helados del sur los convirtieron en piedra. La canoa se convirtió en la Isla Sur (Te Waka o Aoraki), Aoraki y sus hermanos se convirtieron en los picos de los Alpes del Sur.

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