A los que violáis, a los que abusáis y a los que justificáis dichos actos, de las muchas maneras en que lo hacéis, sabed que una mujer no es un juguete, no es un objeto para vuestra distracción y vuestro goce, para saciar vuestros apetitos más primarios. Una mujer es un ser humano, no como vosotros, que sois peor que los animales, porque los animales tienen una función instintiva de reproducción de la especie, y vosotros ni pretendéis eso, ni, probablemente lo entendéis. Una mujer fue la que os alumbró, y amamantó, cuidó, alimentó y veló por vuestra salud hasta que os hicisteis adultos. Una mujer es la que os da vuestros hijos, y la que os acompañaría a lo largo de vuestra vida, si os lo merecieseis, en lugar de tomar por la fuerza lo que, en absoluto os pertenece.
A los que permitís que esto suceda, mirando hacia otro lado, no aportando los medios necesarios, no estableciendo la vigilancia adecuada, no aplicando con rigor la doctrina legislativa existente, restándole importancia con la ya manida y usada frase de “casos aislados”, que se ha convertido en un comodín para cualquier hecho incómodo que se produzca. Tenéis que saber que basta un solo caso, uno solo para poner todas las medidas necesarias, evitando que esto no suceda. Tenéis que saber que vosotros sois igual de repugnantes.
Por duro que suene, si se tienen que suspender las fiestas, ¡que se suspendan! O todos se divierten, o no se divierte ninguno, pero lo que no se puede consentir es que unos se diviertan a costa de OTRAS, y con el DOLOR, LA VEJACION y LA HUMILLACIÓN de OTRAS.
A todos, absolutamente a todos y cada uno de nosotros, a los que salen en masa a vitorear a su equipo vencedor, a los mismos que repletan las calles de Pamplona en San Fermín. A todos, os digo que teníamos que estar abarrotando las calles para protestar por esto.