Imponente se erige el Ayuntamiento de Madrid, colosal edificio habilitado para gestionar las funciones de los dirigentes de la capital española. Desde la subida a la alcaldía de Manuela Carmena y su equipo, éste se ha destacado por una continua retransmisión vía redes sociales de las actividades que han llevado a cabo. ¿Cuáles son éstas?
Lo más interesante de todo resulta del hecho que, al tratarse de una coalición que no responde a estructura de partido nacional alguno, el interés por el voto de cara a futuras elecciones queda suplantado en gran medida por el cumplimiento de su programa. Todo un acto de honradez.
La descentralización política que propugna la formación de Carmena queda reflejada en la propia estructura de su coalición, donde la persona prevalece sobre el partido
Desde que la señora Carmena ha ocupado el sillón de la alcaldía madrileña han intentado llevar a cabo un acto de transparencia detallando sus principales actividades a lo largo de estos cuatro meses. Dentro del abanico de medidas que se han llevado a cabo, la principal, y que más está causando quebraderos de cabeza, es el ponerse al día en los contratos y la gestión de las anteriores alcaldías. En un tiempo en que se pide a los ciudadanos austeridad y sensatez, la alcaldía se ha empeñado en no dejar contrato sin revisar para potenciar al máximo los servicios al ciudadano sin gastar más de la cuenta. A ello responde el prescindir de hasta cincuenta coches oficiales.
Sus medidas principales tomadas hasta la fecha, la ayuda económica a colegios públicos para los comedores, la lucha contra los desahucios y la negociación con los bancos y la revisión de los contratos de limpieza de la ciudad, son reflejo de un gobierno cuyo interés es atender al conjunto de la ciudadanía, entendiendo a los barrios y distritos de la periferia como parte fundamental de la ciudad (y lo cierto es que lo son, como motor humano que rige la ciudad). Pero, ¿hasta dónde llega la democratización de la sociedad?
Tras su visita en Argentina y la presentación de su libro Por qué las cosas pueden ser diferentes el proyecto de Carmena se nos aparece a la vista como ambicioso, pero esperanzador. Con una concepción de la política rompedora hasta la fecha, su política se centra en la descentralización del poder y en la elevación de la persona al rango que le corresponde en el espacio público.
Simbólicamente lo podemos observar en la iniciativa de abrir el corredor del Ayuntamiento a la ciudadanía como espacio común, políticamente, con la iniciativa pensada para septiembre de abrir un espacio virtual en el que los ciudadanos puedan decidir a qué se destina el dinero público del Ayuntamiento, que al fin y al cabo es el dinero de todos.
Esperanzador y optimista, el proyecto de Carmena resulta realmente atractivo como experimento político y sólo salen tres dudas: ¿Cómo terminará la relación de los bancos con el gobierno municipal? ¿Se ralentizarán eternamente las decisiones políticas en una burocracia ciudadana? Y, ¿es el sistema político que propugna Carmena el ejemplo a seguir por futuros gobiernos?