[translations idioma=”EN” url=”http://rgnn.org/2013/10/14/the-threat-of-water-privatization”]
ESPAÑ‎A. La economía española se encuentra bajo mínimos. En los últimos años se han hecho muy comunes las políticas de austeridad, disminución del gasto y de la inversión pública que están llevando a las administraciones a desprenderse de la gestión de servicios como por ejemplo el del ciclo integral del agua a cambio de unos ingresos a corto plazo.

En este país, disfrutamos de un acceso al agua sin esfuerzo: abrimos un grifo y disponemos de agua corriente. Lo que quizá la gente no tiene tan presente es que esa agua se va con tanta comodidad como les llega.

Y es que el ciclo del agua es precisamente eso: el agua se capta (de un río, embalse, del mar), se trata (potabiliza), se almacena y distribuye hasta los puntos de consumo, se recoge de los desagües, se transporta, se depura (o regenera) y se vierte de nuevo al medio (o se reutiliza)… ¿Cuántos procesos y etapas se someten al agua, verdad? Pues todo esto cuesta dinero: el agua es costosa, y alguien tiene que pagarlo; y ese alguien no es más que los usuarios que disfrutan del agua.

¿Sabe usted cuánto pagó en el último recibo de agua? ¿Y en el último recibo de móvil? Es muy posible que la mayoría de gente pueda responder a la segunda pregunta y no a la primera… y es curioso porque el agua es indispensable para la vida, y en cambio no se ha conocido de ningún caso de alguien que haya entrado en coma por no poder chatear por el WhatsApp…

Seguramente usted esté pagando por el agua tres veces menos de lo que paga por su ADSL o por su tarifa de voz y datos de su Smartphone. Es cierto que en estos últimos meses los incrementos de las tarifas de agua y las privatizaciones del servicio son cada vez más frecuentes, pero ¿cuánto ha subido y cuánto cuesta?

La evolución del precio del agua en €/m3. | INE

La evolución del precio del agua en €/m3. | INE

Teniendo en cuenta un consumo medio de 130l/persona/día, una familia de 4 componentes utiliza unos 16m3 de agua al mes, lo que supone unos 24€ por familia… A éstos hay que sumarle el término fijo del servicio, unos 20€: en total 44€ al mes por familia por disponer de más de 500l de agua al día.

Ahora que ya sabe qué supone poder disfrutar de un servicio de agua, y ha podido comparar lo que paga por él y lo que paga por otros servicios, quizá esté en disposición de responder a la pregunta del titular: ¿el agua vale lo que cuesta? Definitivamente no.

Ahora bien, ningún partido político se atreverá a tomar una medida tan impopular como realizar una subida de tarifas del agua y arriesgarse a perder votos y en consecuencia no ganar unas elecciones, lo cual no nos olvidemos es el principal objetivo de un partido, no el de gestionar.

Es por ello que las administraciones están deprendiéndose de la gestión del ciclo del agua, vendiéndola a empresas privadas en forma de concesiones a 50 o 75 años: por un lado consiguen unos ingresos inmediatos para poder dar un respiro a sus cuentas y por el otro se quitan de encima la responsabilidad de las decisiones que esa entidad tome al respecto de la gestión.

Este fenómeno de las privatizaciones conllevará un incremento en las tarifas y en consecuencia de los recibos del agua. Porque hay que recordar que la finalidad de una empresa es la de ganar dinero… pero en este caso estamos hablando de un bien como el agua, declarado Derecho Universal por la ONU, con lo que no debería ser tratada como una mercancía cualquiera.

Es necesario que esta gestión privada se regule de algún modo de manera que se centre en ofrecer un servicio a las personas antes que en los beneficios económicos. Porque en esta situación económica en la que nos encontramos, hay familias que tienen verdaderas dificultades para hacer frente a los gastos, pero lo que no se puede concebir es que se corte el suministro de agua a alguien que realmente no puede pagarlo.

Y es que el negocio del agua debería beneficiarnos a todos, revertiendo en la red y en el servicio y no sólo a unos pocos transformándose en dividendos y bonificaciones que a final de año se repartan unos pocos directivos.