GUATEMALA. Después de tres años consecutivos de descenso en la tasa anual de violencia homicida, a finales de abril 2013 se confirma que dicha tendencia se ha revertido. En números absolutos, la Policía Nacional Civil (PNC) reporta 18% más de homicidios en los primeros cuatro meses del año, en comparación con 2012.
Todos nos preguntamos por qué ahora está repuntando la violencia, pero todavía no terminamos de comprender las causas del descenso antes observado. Aunque ahora contamos con más data disponible para el análisis, en realidad no ha aumentado nuestro de nivel de conocimiento sobre el fenómeno. Ello debido, en parte, a la escasa calidad de la data que nos proveen las entidades del Estado. Por ejemplo, se ha escrito mucho sobre el efecto negativo del narcotráfico en los niveles de violencia, pero las estadísticas que lleva la PNC sobre los móviles del hecho criminal no respaldan tal extremo. Del 1 de enero al 30 de abril 2013, la PNC reporta sólo un caso de narcotraficante muerto. Lo mismo pasó en 2012. En el caso de los jóvenes pandilleros, la PNC indica que 46 fueron asesinados en el mismo período del 2013, tres más que en 2012. En términos de sus víctimas por extorsión, se reportan 32 muertes en 2013, en contraste con 20 del 2012, un aumento del 60%. Lo cual respalda la hipótesis de un incremento en la violencia de las pandillas para lograr algún trato preferencial en las cárceles, al forzar la negociación con las autoridades, así como se hizo en El Salvador en 2012 y recientemente en Honduras.
Sin embargo, la mayor parte de los homicidios registrados por la Policía tienen como móvil principal problemas interpersonales, como la venganza, los celos, o las peleas por deudas. El 46% de los un mil 871 homicidios del primer cuatrimestre de este año se pueden tipificar como resultado de esos conflictos donde la víctima conoce al victimario. En el mismo período del 2012, dichos homicidios representaron el 58% de un total de un mil 589 -mejoría del 6% de un año al otro. También disminuyeron las víctimas muertas por diversos delitos como secuestro y robos, así como las muertes de supuestos delincuentes. Donde se ven aumentos es en la muerte de agentes del Estado en cumplimiento de su deber (600% más) y el de víctimas colaterales (en 150% más). Sin embargo, lo que nos hunde en la ignorancia es el porcentaje de homicidios para los cuales se desconoce el móvil.
En los primeros cuatro meses de 2013 se reportan 791 casos con móvil ignorado y en 2012 eran 419. Es decir, un aumentó del 89% de un año al otro. En 2012 dicha ignorancia representaba el 26% de los casos, mientras que en 2013 esta llega al 42% del total. Precisamente, ese aumento en el número de homicidios con motivación desconocida explicaría toda la diferencia entre un año y otro. Más lamentable aún es que las investigaciones del Ministerio Público no generen estadísticas que nos ayude a comprender lo que está pasando en realidad.
Se puede especular algo al respecto, pero es difícil de comprobarlo sin acceso a información de la inteligencia civil del Estado. Por ejemplo, las cifras en Zacapa e Izabal podrían estar escondiendo un aumento considerable de hechos relacionados con el narcotráfico, mientras que el aumento en los municipios metropolitanos de Mixco y Villa Nueva, podrían explicarse por la actividad de las pandillas. Pero aún con estos supuestos, sólo explicaríamos un 70% del aumento en homicidios de un año al otro, y el restante 30% seguiría como desconocido. Mientras tanto, las autoridades seguirán dando palos de ciego al no poder diseñar políticas públicas más efectivas