[translations idioma=»EN» url=»http://rgnn.org/2013/12/18/the-incas-kings-of-the-andes»]
ANTIGUO PERU. El imperio Inca, también conocido como el Antiguo Perú, fue una civilización precolombina que se extendió más de 5.000 kilómetros a lo largo de los Andes, desde Colombia hasta Chile. Superando incluso la magnitud del mismísimo Imperio Romano, lo orígenes de los Incas datan del siglo XV, estableciendo en Cuzco, actual Perú, la capital del estado. El imperio contaba más de 200 etnias diferentes, pero todas idolatraban un mismo lema; “Ama Sua, Ama Llulla, Ama Quella”, “No robes, no mientas, sé honesto”. La llegada de los españoles en 1533, al mando del general Francisco Pizarro, acabó con la hegemonía incaica cuando ejecutaron a su líder, Atahualpa. Los españoles acabaron con la vida de más del 90 por ciento de la población incaica, ya sea por asesinato, esclavitud o inanición, pero aún así, fue la civilización precolombina que más aguantó como un estado independiente tras el descubrimiento del Nuevo Mundo en 1492.

"Español, Indígena y Mestizo", lienzo anónimo perteneciente al Museo Nacional de Antropología de Madrid | M. A. Otero

«Español, Indígena y Mestizo», lienzo anónimo perteneciente al Museo Nacional de Antropología de Madrid | M. A. Otero

En sus casi cien años de duración, nos dejó costumbres que hoy tenemos al alcance de la mano gracias, entre otras cosas, a la gran colección que nos ofrece hasta marzo el Linden Museum de la ciudad de Stuttgart, Alemania, bajo el nombre Incas, Reyes de los Andes, exhibición que recoge más de 250 objetos que dejó de herencia la civilización incaica, algunos expuestos por primera vez al público, con una inversión que supera la cifra de un millón de euros. Allí se pueden encontrar, entre otras cosas, objetos de gran estimación ya expuestos anteriormente en España, como cuadros de referencia colonial cedidos por el Museo de Antropología de Madrid u objetos de colección permanente, cedidos por el Museo de América de Madrid. Piezas de gran valor por las que la exhibición está plenamente agradecida. El legado que nos dejaron los Incas no pasa inadvertido y gracias a ello hoy podemos conocer más en detalle acerca de una cultura que desapareció hace casi 500 años. Cabe destacar que la mayoría de esta herencia es de carácter textil. La vestimenta tenía un gran valor, ya que proporcionaba una imagen de estatus social. Los uncos eran unas camisas con gran simbología que tenían incluso más valor que el oro.

Orejón, figura de oro representativa de la nobleza inca. Linden Museum Stuttgart | F. Dalhmanm

Orejón, figura de oro representativa de la nobleza inca. Linden Museum Stuttgart | F. Dalhmanm

Sorprende las formas geométricas utilizadas en las prendas de este estilo, ya que éstas representan un sistema de símbolos en forma de lenguaje escrito denominado Tocapu que hacen que los textiles tengan gran parecido a tableros de ajedrez. Se cree que a través de ellos podrían transmitirse mensajes. Especialmente curiosas son algunas de las costumbres incaicas. Una de ellas son los Orejones. De mayor o menor tamaño, son figuras, la mayoría de oro, que representan a personas de la nobleza Inca. Se llaman de ese modo porque a la edad de los 16 años se celebraba un ritual en el que se les agujereaba las orejas para que pudieran llevar pendientes de gran tamaño, demostrando así su alta condición social. Sin duda, algo que destaca por encima de cualquier legado que pudiera dejar la civilización Inca es su obra de arte más representativa, la construcción del Machu Picchu (Montaña vieja en Quechua, idioma incaico). Levantada a 450 metros de altura bajo el reinado de Pachacutec Inca IX, se mantuvo oculto durante más de 4 siglos debido a la espesa vegetación, que la mantenía escondida. En 1911, Hiram Bingham, un explorador de origen estadounidense, descubre la que actualmente es una de las siete maravillas del mundo moderno, declarada también Patrimonio Cultural de la Unesco. Machu Picchu fue construido como lugar de ocio para los gobernantes y su familia, con un sistema de canalización propio, más de 150 edificaciones y una capacidad superior a 750 personas. Uno de los lugares más increíbles que pueden encontrarse en la actualidad.

Vista panorámica del Machu Picchu, Patrimonio Cultural de la UNESCO desde 1983 y una de las siete maravillas del mundo actual desde 2007 | C.wawra

Vista panorámica del Machu Picchu, Patrimonio Cultural de la UNESCO desde 1983 y una de las siete maravillas del mundo actual desde 2007 | C.wawra

Uno de los secretos aún por descubrir del Antiguo Perú son los Quipus. Se trata de otro sistema de comunicación inca que sólo dominaban los Quipucamayoc, administradores del imperio. Mediante una cuerda principal, y en sentido horizontal, colgaban otras secundarias, en vertical, que estaban formadas por nudos de distintos colores y tamaños. Era un sistema decimal, puesto que el número de nudos de una cuerda y su cercanía a la cuerda principal, así como el tamaño o el color mencionados, eran importantes a la hora de leer el mensaje en clave. Los españoles sabían de la posibilidad de que los quipus pudieran transmitir información indescifrable para ellos y no dudaron en asesinar a los Quipucamayoc con más prisa que a ningún otro. En la actualidad, no ha sido posible descifrar el lenguaje oculto entre los quipus, pero se esperan avances en las próximas fechas.

Ejemplo de quipu expuesto en la exhibición "Incas, Reyes de los Andes", en Stuttgart. Linden Museum Stuttgart | A. Dreyer

Ejemplo de quipu expuesto en la exhibición «Incas, Reyes de los Andes», en Stuttgart. Linden Museum Stuttgart | A. Dreyer

Otra tradición tan curiosa como impresionante de origen inca es el Capac Cocha. Era un ritual celebrado solo en ocasiones especiales, cuando algún gobernante llegaba al poder o moría. Consistía en el sacrificio de los niños más hermosos del impero, de entre 6 y 10 años, para mantener el ciclo eterno del mundo. El niño elegido era honrado en Cuzco mediante desfiles y celebraciones en su nombre. Más tarde, volvería a su lugar de origen y sería orgullosamente sacrificado en algún lugar sagrado que tuviera cierta altitud. Era uno de los mayores honores que podían ofrecerse. Cabe destacar que los niños elegidos se encontraban aturdidos tras haber ingerido cerveza de trigo y hojas de coca. Actualmente se han encontrado enterrados cuerpos de niños en buen estado, ejemplos de estos rituales. Uno de los motivos por los que los incas se hicieron tan poderosos es la perfecta logística de combate que utilizaban. Antes de atacar, avisaban siempre a sus enemigos para que se rindieran. Además, daba igual el enemigo al que se enfrentaran, siempre les superaban en número. Es por eso que el Imperio Inca aguantó durante bastantes años la presencia de los españoles, pero como todas las culturas del Nuevo Mundo, acabo sucumbiendo finalmente ante la llegada de esos hombres que habían cruzado el Océano Atlántico en busca de las Indias y que se toparon con otro continente en su aventura. En pleno apogeo de España y con Carlos I como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, los incas estaban expuestos a las decisiones de Francisco Pizarro, quien puso fin a casi cien años de historia el 26 de junio de 1533, al ejecutar al líder nativo Atahualpa. Una historia que continuó su camino, pero con distinto rumbo, y que ahora está considerada por muchos una de las civilizaciones más poderosas que existió. «Los Incas, Reyes de los Andes.» Linden Museum, Stuttgart, Alemania. Hasta el 16 de marzo de 2014.