FILIPINAS. En una entrevista al New York Times, Benigno Aquino, presidente de Filipinas, añadía un nuevo capítulo a las tensiones existentes entre su país y China . En dicha entrevista comparaba su país, Filipinas con la situación de Checoslovaquia en 1938.
Tristemente conocido es el conflicto entre los diferentes países asiáticos en el Mar del Sur de China, sobretodo por las continuas reclamaciones marítimas y territoriales del gigante asiático. Es por ello que Aquino ha hecho un llamamiento a la Comunidad Internacional solicitando apoyos frente al contencioso que mantienen China y Filipinas respecto de las islas Spratly y Paracel.
Según el presidente filipino, su país se encuentra en la misma situación que Checoslovaquia en 1938, cuando la cesión de los Sudetes a la Alemania Nazi, pretendió frenar las ansias expansionistas de Hitler. Aquino cree que el apoyo de la Comunidad Internacional lograría frenar dichas ansias territoriales chinas. Añadió que no renunciará a ningún territorio en disputa con su vecino asiático. Estas declaraciones del presidente de Filipinas responden a una creciente preocupación en la región respecto del incremento del potencial militar de China, así cómo su creciente presencia militar en la región.
La reacción china no se hizo esperar y la agencia estatal Xinhua lanzaba un artículo durísimo contra el presidente filipino calificándole como “político amateur” que nunca fue un gran estadista y que con sus declaraciones demostraba su ignorancia de la historia y realidad asiática.
Esta tipo de declaraciones expresando dureza sobre la actitud de China en la región son las segundas en apenas un mes, tras las que hiciera Shinzo Abe en el Foro Económico de Davos, donde el primer ministro japonés comparó las relaciones chino-japonesas con las que tuvieron Reino Unido y Alemania, previas a las contiendas mundiales que asolaron Europa.
Según Xinhua, las reclamaciones soberanistas de China tienen un fundamento histórico sólido, así como que el gigante asiático quiere resolver las diferencias que tiene con otros países por vía diplomática con pie de igualdad, negando las acusaciones de intimidación hacia los países más pequeños.
¿Por qué este enfrentamiento?
Cabe recordar, el incidente que tuvo lugar en 2012 con el arrecife de Scarborough en el cual los Estados Unidos, Filipinas y China acordaron en un principio retirarse durante las negociaciones entre los diferentes actores, salvo China, que incumplió el acuerdo y aprovechó la ocasión para quedarse con dicho arrecife.
Sin embargo, estas disputas tienen orígenes más lejanos. Veamos, China reclama que los mapas antiguos demuestran que todos los territorios en disputa con sus vecinos le pertenecieron en el pasado, por lo que considera legítimas sus reclamaciones. Desde su punto de vista, tiene cierta lógica que China se resista a reconocer y aplicar los procedimientos de la Convención de Naciones Unidas sobre Derecho Marítimo.
Sin embargo, el sistema Internacional no es lo suficientemente fuerte como para doblegar a la segunda potencia mundial, que ya ha decidido que no participará en negociaciones multilaterales con los diferentes países que reclaman la soberanía de los territorios en disputa, prefiriendo negociaciones bilaterales. Parece pues que prefieren usar la máxima de “divide y vencerás” respecto de sus vecinos.