MADRID, ESPAÑA. En pleno barrio madrileño de Malasaña se puede tocar arena de playa con los pies. Con los pies, con las manos o con lo que quiera hacerse, quiero decir.
Esto es así gracias al restaurante Ójala, de la calle San Andrés, número 1. Dos plantas de restaurante que ofreciendo los mismos productos en carta, tienen dos estilos diferentes. En la planta superior, la luz fija y los distintos juegos que con ella se hacen para dar un toque diferente a cada comida ofrecida en este moderno restaurante. En la planta baja, lo más llamativo del local: un suelo cubierto en su totalidad con arena de playa y un juego de luces cambiantes de diferentes colores e intensidades. Pero por si no fuese suficiente, unos baños cubiertos por pizarra dónde además facilitan tizas para dar rienda suelta a la imaginación de cada uno.
Un restaurante muy completo, y nunca mejor dicho, ya que el local suele llenar sus dos plantas de comensales todo el fin de semana, teniendo que esperar más de una hora si se quiere cenar con los pies sobre la arena. No puede hacerse una reserva de mesa excepto a la apertura del horario de cenas, a las 20,30. De todas formas, también se puede cenar en la sala superior y bajar al terminar la cena para disfrutar del oasis madrileño.
Sentados ya sobre cojines en la planta de arena, y jugando con ella, claro, una gran carta sobre la mesa recoge la variedad de platos que ofrece el local, a unos precios bastante aceptables. Las obligadas patatas bravas, aros de cebolla de dos colores, ensaladilla rusa con huevas de salmón -con un sabor bastante intenso-, una riquísima coca de mozarella con tomate cherry blanco y rojo, el jabalí con alioli o pulpo con espuma de patata son algunos de los platos que aquí puedes encontrar.
Los camareros de la planta, faltos de sonrisas -aunque nunca se puede generalizar- y algo saturados por un no parar de una corriente de comensales que ni cesa ni da un descanso desde las 20,30 hasta cerca de las 2 de la madrugada, hora de cierre del restaurante; así que también podría comprenderse que la atención a las mesas no llegue a ser la que uno quiere o necesita.
Ójala Madrid es un restaurante para conocer: desayunar, comer o cenar una vez en él. Disfrutar -si se tiene ocasión- de tocar arena de playa, que a todo el mundo gusta, en cualquier mes del año en Madrid, que para tocar el mismo tipo de arena habría que recorrerse más de 300 kilómetros. Ójala ofrece algo similar y además te da de cenar.
Restaurante Ójala
Calle San Andrés, 1
28004 Madrid
Tel. 915 23 27 47