MADRID, ESPAÑA. La Fresh Gallery, o cómo pasar un buen rato en una galería de arte. A lo largo del artículo se darán cuenta de por qué digo esto.
En la calle de Aranda número 5 encontramos este espacio dirigido por Topacio Fresh, que cuenta además con la gran ayuda de su marido Israel Cotes. Ahora en la galería, “BIG“, una exposición colectiva comisariada por Topacio, siendo un guiño a los cinco primeros años de vida de la galería. Este quinto cumpleaños es una celebración dónde la pintura, fotografía y dibujo son los invitados de lujo de la galería.
Los que conforman “BIG” son ocho artistas de la talla de Fabio McNamara, Juan Gatti, Gorka Postigo, Rubenimichi, Alberto de las Heras, Gabriela Bettini, Nacho Torra y Brian Kenny, de los que a continuación haré una breve introducción, y de quienes se recogen algunas fotografías al final del artículo.
–Fabio McNamara, un multifacetas. Seguro que muchos lo reconocen: pintor, cantante y actor de la movida madrileña. Amigo aún de todos los grandes de este tiempo, ahora volcado en el arte: caracterizado por una pintura color flúor y toques de purpurina, ha retratado desde Tino Casal, como a Marilyn Monroe, pasando por David Bowie. Cuenta ahora con un libro biográfico escrito por el cantante y marido de Alaska, Mario Vaquerizo, recientemente presentado.
–Juan Gatti, la obra más grande actualmente expuesta en La Fresh. De nacionalidad argentina, trata de mirar y repensar el trabajo de todos los profesionales del diseño y la fotografía para acoplar sus logros en la concepción de una obra, capaz de parecer ante nuestros ojos como una nueva.
–Gorka Postigo. Muestra en la exposición una serie de imágenes Desilusión, melancolía, alucinación, dualidad, temor … nada más cercano a la realidad, que no es más que un guión que con mayor o menor fortuna, cada uno construimos.
–Rubenimichi, con tres obras expuestas que componen el tríptico “Vanitas”, alegórico de la fragilidad y la brevedad del tiempo.
–Alberto de las Heras: Un gran mapa-mural de dos metros y medio tanto de largo como de ancho, perteneciente a la serie Urbis, la ciudad imaginaria que él concibe como uno de los milagros de su imaginación. Un mapa de inspiración cartográfica dieciochena, de cuanto conforma cualquier ciudad real.
–Gabriela Bettini: Dibujos sobre la geografía de Letonia, dirigiendo la mirada al límite que separa un área de césped cuidadosamente recortado, la zona organizada, respecto a otro lado donde el bosque retoma su desorden, diferenciando así dos tipos de experiencias.
–Nacho Torra: un joven artista que dibujando un cuadro, lo reposa sobre una escultura de una chimenea. El dibujo de luz en movimiento ha intentado desvelar un camino incierto que ha ido cambiando su rumbo a través de la pintura, dejando a la chimenea para recordar que para crear, primero hay que destruir.
–Brian Kenny muestra una serie de dibujos realizados sobre dianas de disparo vintage de la policía norteamericana, representando fantasías personales, temperos y fetiches. Esta técnica sirve como diario íntimo del artista y de comentario apasionado sobre el género y la sexualidad, la religión y la culpa, encontrando inspiración en el caos.
Y habiendo hablado ya de la parte obligada de arte que recoge esta galería, y para quién quiera seguir leyendo, diré que en La Fresh Gallery no sólo hay arte.
No sé ni cuándo ni dónde, pero leí que la galería de Topacio Fresh no es sólo un espacio dónde se expone arte: sino que se trata también de un lugar de reunión. Un sitio dónde hablar, comentar e intercambiar opiniones sobre cualquier tipo de tema con cualquier persona que en ese momento esté en La Fresh Gallery.
Todo esto fue confirmado por Israel, cuando me comentó algo muy similar a las palabras de su mujer.
Y ahora soy yo el que lo confirmo. Contaré aquí mi experiencia en La Fresh Gallery:
Como se ha sobreentendido ya, la persona que me atendió durante la visita a la galería fue Israel Cotes, marido de la directora de La Fresh Gallery. Envié un mail el día anterior para saber si podría realizar este artículo, además de sacar alguna foto a algún cuadro: la respuesta fue casi inmediata con un “sí” rotundo.
Al acercarme a la galería e irme a presentar, supo quién era. Desde ese momento me facilitó varios documentos sobre la exposición, galería y los cuadros expuestos. Preguntar si necesitaba alguna otra cosa, y disculparse por todo el lío que tenía en su galería.
Al terminar mi trabajo, y con motivo del entonces próximo cumpleaños de Israel, tanto él como un par de amigos suyos me invitaron a probar el Mezcal, una bebida mexicana, con razón de que uno de los amigos del galerista es de esa tierra.
Y a partir de ahí, un par de conversaciones agradables e informales de todo tipo: desde unos consejos sobre arte hacia mi persona, pasando por viajes, hasta programas de televisión.
Mi intención es resumir aquí, al terminar este artículo, que aun conociendo por su reciente y buena fama a la pareja que lleva la galería, quedé gratamente sorprendido por su trato tan personal y cercano, que además no fue sólo conmigo, sino con cualquiera que entraba en este espacio. Realmente merece la pena ir, ver, conocer y comentar. Pasar un buen rato.
Ójala existan más galerías como esta en Madrid.