INDIA. El hindi es uno de los dos idiomas oficiales de la India, oficialmente denominada República de la India, junto con el inglés, si bien goza de estatus de cooficialidad con otros más veintiún idiomas en los diversos estados. Por número de hablantes, el hindi es el cuarto idioma del mundo, como hablantes nativos y su vínculo con el urdu, del Pakistán, es muy grande de tal manera que hay una plena inteligibilidad. Los lingüistas indican que el hindi y el urdu son variantes de un mismo idioma, lo que supondría situar al hindi-urdu como la segunda lengua más hablada del mundo tras el chino y por delante del inglés, español y francés. Por lo demás, lingüísticamente la India no deja de ser una realidad curiosa, por cuanto no se sabe con exactitud cuántas lenguas se hablan dentro de sus fronteras, pues junto a las 23 lenguas reconocidas se clasificaron, allá por el inicio de la década de los 60 del pasado siglo XX unos 1600 dialectos o lenguas de menor rango de hablantes.

India, por lo demás, es una de las potencias emergentes en el mundo. Un país destino turístico de muchos españoles, pero a la vez una potencia de incalculable proyección futura. Con una ciudadanía que supera los 1200 millones de habitantes, es el segundo país más poblado del mundo, extendiéndose por 3,3 millones de km.2, el séptimo país más extenso del globo.

La India no es un país, es un subcontinente y de hecho aún más, es una civilización completa. La actual República se compone de 28 Estados y siete territorios y se basa en una democracia parlamentaria, lo que ha llevado a calificarla como la democracia más poblada del mundo. Con todos los altibajos en su historia independiente, y muy a diferencia de la China del pasado y del presente, India es una democracia de mayor o menor calidad, pero democracia a fin de cuentas y en donde el conglomerado de culturas, idiomas y idiosincrasias se ha mantenido estable sin haber de recurrir a un partido único totalitario, a un ejército y policía represiva constantes y unos modos tan poco respetuosos con la libertad individual y colectiva como sucede en el gran país de Confucio. Un país emergente, de gran crecimiento que a la vez ostenta altísimos niveles de pobreza y analfabetismo, pero que a la vez es la conjunción de una enorme variedad de idiomas, religiones y etnias. En concreto en India se hablan de manera cooficial el hindi, el inglés, asamés, bengalí, bodo, cachemir, canarés, dogri, guyaratí, konkaní, maithilí, malajalam, manipurí, martatí, nepalí, oriva, panyabí, sánscrito, santaló, sindhi, támil, télugu y urdú, así como cientos de dialectos y variedades de idiomas propios, en número superior a mil.

Por consiguiente, el idioma en la India es también política y aún hoy más también economía. La Constitución de la República se refiere a los dos idiomas oficiales, hindi e inglés, más otros 21 idiomas, que son idiomas oficiales en uno o diversos Estados de la Federación. Incluso el portugués aún es hablado en Goa y el francés es idioma oficial en Pondicherry y con un uso relativamente habitual.

Dicho esto, si bien los idiomas han de servir fundamentalmente para comunicarse, es cierto también que el idioma es política y un elemento importante de nacionalismo o de cohesión nacional. Los ejemplos de Islandia e Israel son muy significativos, pues si bien todos sus ciudadanos hablan otra segunda lengua, generalmente el inglés, ambas naciones, pequeñas y en situaciones históricas no siempre fáciles, han tomado la defensa del islandés –con no más de 300.000 hablantes- y el hebreo como señas de identidad y unidad.

La India, sin embargo, es un caso paradigmático y nos gustaría hacernos eco de esa situación, una vez ha sido elegido primer ministro del país Narendra Modi, de algo más de 60 años, a finales del pasado mes de mayo del 2014. El nuevo primer ministro, que anteriormente había sido Ministro jefe del Estado de Gujarat, se expresa siempre en gujarati, uno de los idiomas cooficiales y en hindi, el idioma “semi-franco” de la India, junto al inglés. Pero hay algo más en estos detalles.

En primer lugar debemos situarnos en qué idioma es el hindi. Sin entrar en referencias de evolución histórica y profundidades lingüísticas, es una lengua que se escribe en alfabeto sánscrito, llamado devanagari, de izquierda a derecha, sin diferenciación de minúsculas y mayúsculas. Consta de 11 vocales y 47 consonantes y otras tantas medias consonantes.

Es una lengua cien por cien fonética, sin irregularidades en la pronunciación. Su gramática es una simplificación del sánscrito. Se la define como una lengua muy compleja pero muy lógica y altamente flexible. Con una única conjugación para los verbos, si bien permite más tiempos y casos que la lengua española.

Su vocabulario es muy extenso, con raíces en el sánscrito pero también con vocablos tomados del urdu y heredera igualmente de vocablos persas y árabes, entre otros idiomas. Desde el momento en que constitucionalmente fue declarada lengua nacional, tomó también vocablos de lenguas “hermanas” como el panjabi y el marathi, así como del inglés. Es también una lengua muy ornamental, con figuras retóricas y procedimientos para embellecer el habla, más el uso de citas, apotegmas, frases hechas, refranes, etc.…fruto de la mentalidad india, que es muy preciosista. En este sentido, el hindi, en el habla coloquial, mantiene referencias a erudiciones, alusiones mitológicas, citas cultas, menciones a autores clásicos y ello acontece incluso entre ciudadanos con escaso o nulo nivel cultural. Un elemento significativo es que socialmente se da mucha importancia a la literatura y oratoria y los kavi sammelana –certámenes poéticos- donde se recitan en público composiciones poéticas elaboradas por sus hablantes y que son constantes a lo largo y ancho del país.

El hindi, por tanto, conlleva detrás una impresionante cultura, una forma de entender el mundo y la vida, una idiosincrasia que, haciendo buenas las palabras del académico español Lázaro Carreter, según el cual “el lenguaje es la piel del alma”, es la antítesis del inglés, lingua franca por excelencia, a la que se considera idioma de comunicación internacional precisamente por haber superado ampliamente ese contenido intrínseco del hindi y de otros idiomas del mundo, que no los hace competitivos a pesar de ser hablados por cientos de millones de personas.

Veamos, por consiguiente, cual es la opción del nuevo primer ministro en torno al hindi y como lengua, nacionalismo, política –y economía- van de la mano aún hoy –o quizá más que nunca- en la India.

1. Narendra Modi ha afirmado que el idioma hindi sirve para algo más que para “charlar” o “comunicarse” en el día a día; como idioma propio –a la vez que oficial- de la República, es un elemento fundamental para llevar a cabo su tarea de primer ministro y relanzar la visión de la India en el mundo.

2. ¿Por qué? La respuesta es simple. Se dice que India tiene una fortaleza en su capacidad de desarrollo –del que carece lamentablemente España, por ejemplo- : el conocimiento del inglés por parte de universitarios, académicos, científicos y las élites del país, a diferencia de China, en donde el mandarín es el idioma vehicular de las clases dirigentes.

Pero Narendra Modi, por vez primera y contradiciendo la práctica de sus predecesores, ha optado por el hindi como idioma de comunicación. Si Hollande siempre se expresa institucionalmente en francés, Angela Merkel en alemán, Putin en ruso y Felipe VI en español y los líderes árabes en este mismo idioma, ¿porque optar por el inglés, cuando la India posee el segundo idioma con más parlantes del mundo?. Dicho y hecho: en su toma de posesión, Modi rompió la tradición finisecular de expresarse en inglés –idioma que, por cierto, habla también- y se dirigió a todos sus interlocutores en hindi, incluso aquellos que no lo comprendían. Naturalmente ello agradó a los países que mantienen una unidad lingüística y de comprensión, como el propio tradicional “enemigo”, el Pakistán, pero también Bangla Desh, Afganistán y los países del Himalaya, Bhután y Nepal.

Es evidente, por tanto, que en la India, como en otros países de la zona, se ha identificado el inglés como símbolo de modernidad y estatus y que ofrece posibilidades de promoción social y económica, lo que supone la apuesta por el hindi y otras lenguas nacionales una opción ideológica y política, además de cultural.

3. ¿Quién es Narendra Modi, por tanto?. De entrada se ha afirmado de él que es un ultranacionalista, pero de derechas o liberal, que ha tomado posesión en mayo del 2014, en una ceremonia a la que asistieron 4000 personas. Líder del partido Bharatiya Janata, derrotó al Partido del Congreso, “propiedad” de la familial Gandhi y consiguiendo la mayoría absoluta por vez primera en 30 años en el subcontinente indio. Pero su triunfo estaba cantado desde hace meses y ciertamente se le ha presentado como un candidato de “derechas” frente al presuntamente centro izquierda Partido del Congreso y su líder, Rahul Gandhi, que ha quedado relegado a la nada, con una derrota humillante con tan solo 44 escaños, frente a los casi 300 del partido Gharatiya Janata En las crónicas de hace meses, sin embargo, no aparecía ningún análisis sobre este factor ideológico lingüístico que ahora es muy destacado.

Sin embargo, Narendra Modi ha roto la tendencia elitista de los primeros ministros indios. Con 63 años y soltero, es hijo de un vendedor de té y procede de la estratos más bajos de la subcasta de los ghanchis. Su ascenso proviene por tanto, de un cambio importante de ciclo. La explosión demográfica india hace que si los dos tercios de la población no han cruzado la raya de los 35 años de edad, Modi, pese a estar en la sesentena, supone la plasmación de una determinada revolución social y de defenestración de la élite que logró el poder tras la independencia de la India.

Narendra Modi pertenece a un movimiento ideológico que ya hace décadas actuaba bajo el lema de “Hindi, hindú, hindustán”. Se ha acusado a Modi, sin embargo, de electoralismo, pues ello ha agradado a la población de la India, pero ha traído algunas consecuencias, como es que en los medios de comunicación, el hindi se usa aún más por parte de las élites. La propia vida privada de Modi es hasta un cierto punto peculiar, pero significativa para entender esta opción nacionalista en el idioma. Se le ha calificado de un excelente orador, que se expresa siempre en idioma hindi, pero sin excesivas filigranas, esto es, en un hindi ordinario evitando el uso del inglés. Un político que sigue soltero y nunca aceptó el matrimonio concertado por sus padres y que hasta el momento vivía sólo en su residencia de Gujarat. En su juventud pasó varios años en el Himalaya en una especie de viaje iniciatico previo a su salto a la política.

4. ¿Puede existir por tanto un exclusivo nacionalismo indio basado en el hindi? En absoluto. Con 23 idiomas oficiales y 1600 lenguas o dialectos, el hindi no es ni tan sólo una auténtica lengua franca del país. El occidental que desee aprender hindi ciertamente podrá comunicarse con muchos ciudadanos, pero no con todos y deberá recurrir igualmente al inglés. Así, un 42 % de los nacionales indios lo tienen como primera lengua, mientras menos del 9 % lo habla como segunda o tercera. Eso justifica, en parte, la respuesta también a la siguiente pregunta que nos formularemos y supone que, en la práctica, los niños que pueden –y ello ya es una suerte- ser escolarizados y mantenerse en el sistema educativo siguen la denominada “fórmula de las tres lenguas”: aprendizaje de su lengua regional, la pseudolengua franca india, el hindú, y finalmente la lengua franca internacional y a la vez de la República, el inglés.

5. ¿De donde parte, sin embargo, esta sumisión al idioma inglés por parte de una nación, o nación de naciones, que puede reivindicar al sánscrito como lengua madre igual que en Europa lo hacemos con el latín o griego clásico?.

Más allá de lo que hemos comentado, fundamentalmente también de la historia y de las élites indias. Tal es así que Nehru, al proclamar la independencia de la India, lo hizo en un perfecto –e incluso pedante- inglés. Por el contrario, en la toma de posesión del presente gobierno indio, de 45 ministros, sólo 9 juraron en inglés, en tanto que en el juramento para el Parlamento del 5 de junio, incluso se usó el sánscrito para tomar posesión, como lo hizo la señora Sushma Swaraj, actual ministra de asuntos exteriores. Es evidente por tanto que la opción de Mori trae a primer plano a lo que se ha denominado la grave amenaza para el hindi, la lengua inglesa.

El idioma de los colonizadores, ha adquirido en India la connotación de lengua “superior” y ello va en contra del hindi como idioma de cultura. No es extraño que un científico o erudito indio pueda verse menospreciado por no dominar el inglés. Incluso en algunos estados del Sur de la India se ha rechazado al hindi como lengua franca y han optado por el inglés. El proceso desde 1947 ha supuesto el desplazamiento progresivo en la Administración y en muchos ámbitos del hindi por el inglés. Este factor ha hecho de que el hindi no vaya más allá de las fronteras de India. Y por consiguiente, hay una implicación política posterior, por lo que si el “inglés” es equivalente a “progreso” y también a “cultura occidental”, la reivindicación del orgullo por el idioma hindi es tachada en no pocas ocasiones de reaccionario o tradicionalista. De ahí que Morsi haya optado por plantar cara a esta situación cuyos resultados deberemos comprobar en los próximos años, pues es difícil corregir una tendencia acentuada desde 1947, año de la independencia de la India.

6. ¿Por qué la India debe resolver este conflicto casi psicológico y reforzar el hindi sin que ello suponga rechazar ideológicamente el inglés? Defenestrar el inglés sería un error gravísimo. Sólo debemos pensar la gran pérdida cultural y de interrelación internacional que ha supuesto para los países de la antigua Indochina (Vietnam, Camboya, Laos) haber orillado completamente el francés en beneficio de sus respectivos idiomas nacionales, no siempre por cierto mayoritarios. Hoy es muy difícil pasear por Luang Prabang, Hanoi o Pnhom Penh y poder expresarse en lengua francesa con ciudadanos que no sean ya personas mayores. Ni tan sólo en los hoteles es una lengua común. O Tanzania y Sri Lanka, donde el inglés inducido por el Imperio Británico ha cedido a los embates del suahili y el singala, respectivamente.

Pero si que debemos situar el contexto del hindi en un país que está llamado a ser en las próximas décadas una referencia económica en el mundo y que sus valores y forma de vida pueden ser más cómodos o atrayentes para Occidente –como ya lo es ahora- que el otro gran país emergente, China, cuya cultura e idioma nos quedan lejos, demasiado. En cualquier caso, el inglés mantiene una supremacía que se ha reforzado a la par del auge económico del país. El inglés ha avanzado en la clase media y en el extremo superior de las clases más pobres. Esto es, el inglés ha caminado de la mano del cambio económico. El inglés ha pasado de ser el idioma de la élite a una escalera en el ascenso social, de “ser el idioma del estatus a ser el idioma de la oportunidad” (Mark Tully).

Se afirma no obstante que el hindi es lenguaje de la poesía, la sabiduría, el misterio, la filosofía y el canto. Está enraizado por tanto en la cultura de la India. Compartido este razonamiento con hablantes del hindi, se me ha dicho que ellos lo entienden como uno de los idiomas más bellos y emocionalmente más expresivos que se puede aprender. No es un idioma que pretenda competir con el inglés, porque incluso su lógica y razón de ser son diametralmente distintas, pero no opuestas ni excluyentes. El primer ministro Mori reclama el legítimo orgullo de hablar en un idioma que desciende del sánscrito y que es hablado por más decenas de millones de ciudadanos fuera de las fronteras de la India. Por otro lado, su interrelación el urdú lo hace también potente en esa compleja zona de enfrentamiento perpetuo que es Pakistán-India. Además, India es una economía emergente en el ámbito de la ciencia, los negocios, transacciones comerciales, informática, entre otros sectores, incluso con un muy potente sector del cine. El hindi es por tanto un elemento a tener en cuenta incluso para los extranjeros que deseen invertir o vivir en la India, si no se desea quedar aislado en la burbuja anglófona y por tanto, interlocutor y vivir solo en una lengua colonial.

En todo caso, Modi, sin embargo, es inteligente y lo es su gobierno, y el saludo que da al mundo, tras un Namasté ¡ de entrada en su página web está escrito en lengua inglesa. Porque quiérase o no, el inglés está siendo el auténtico esperanto de la comunicación internacional, aunque si algún lector se anima a estudiar el hindi, debe señalarse que es una lengua muy lógica, exacta y relativamente cómoda de aprender. Ello no obsta a que, si bien el gobierno indio desea promover el uso del hindi y en algún momento del pasado se planteó suplantar uno por otro, “si uno sabe inglés, es un pasaporte al éxito, la entrada a un círculo y su ausencia es garantía de fracaso” (Yogendra Yadav). En conclusión, “el hindi tiene importancia política, el inglés tiene importancia económica y el estatus va con la economía”, en palabras del profesor Krishna Kumar.