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La libertad de expresión en Turquía está en proceso de deterioro. A finales de 2013, Turquía poseía el mayor número de periodistas en la cárcel del mundo. Además, se está volviendo extremadamente severo en su manejo de las redes sociales: a principios de año, trató de bloquear webs de intercambio de mensajes y, aún hoy, sigue enviando solicitudes a diversas páginas para que eliminen ciertos contenidos. A finales de marzo, las autoridades turcas prohibieron el acceso a Youtube en el país (aunque esta ley ya ha sido descartada), tras aparecer grabaciones en dicha plataforma en las que se testificaba la presencia de corrupción en el gobierno. Los periodistas turcos afirman sentirse amenazados y asustados.
En una entrevista exclusiva, ROOSTERGNN ha hablado con Jodie Ginsberg, directora ejecutiva de la organización Index of Censorship, sobre esta situación.
En general, teniendo en cuenta su importancia en la sociedad actual, ¿cree que Internet está ayudando a mejorar las políticas de libertad de expresión en países menos desarrollados?
La forma en la que se utiliza Internet en todos los países forma una especie de amalgama. Internet ofrece a algunas personas la oportunidad de expresar sus ideas libremente porque la red concede a los ciudadanos el poder convertirse en periodistas, pero el acceso a la red sigue siendo una barrera y muchos países aún continúan implementando la censura en este medio, a medida que crece su uso entre los ciudadanos.
¿Cómo cree que están afectando las restricciones en el mundo digital en Turquía a sus ciudadanos y, concretamente, a sus periodistas y artistas?
Las restricciones en el ámbito digital están ayudando, tanto directa como indirectamente, a que se merme la libertad de expresión en Turquía. Por ejemplo, el tribunal turco condenó a 10 meses de cárcel al pianista y compositor Fazil Say por blasfemia e incitación al odio por una serie de comentarios que publicó en Twitter el año pasado. También se ha despedido a varios periodistas por criticar las políticas del gobierno. Esto no hace más que crear un clima de miedo que provoca que el resto de artistas y escritores se auto-censuren por miedo a reprimendas por parte de las autoridades.
¿Cree que es aceptable que el gobierno declare haber establecido restricciones en Internet simplemente por combatir la pornografía y la violencia en la red?
Teniendo en cuenta que muchos de los blancos del gobierno en este ámbito escriben sobre política, cuesta creer que la intención de gobierno sea, simplemente, atacar a aquellos usuarios que incitan la violencia o están involucrados en la pornografía.
A pesar de las restricciones digitales, ¿cree que la libertad de expresión está mejorando en Turquía?
No, la situación de la libertad de expresión está en situación de deterioro en Turquía. En un reciente evento que hicimos en Index of Censorship, tanto un importante periodista como un activista legal expresaron su pesimismo en cuanto a la situación de la libertad de expresión.
¿Cómo puede ayudar el resto de la Unión Europea a cambiar la situación en Turquía?
La UE puede ayudar expresando su desacuerdo diplomáticamente para eliminar las restricciones de expresión, y también debería aprovechar el Foro de Gobernanza de Internet, que se realizará pronto en Estambul, para mostrar públicamente su descontento con los movimientos que se han llevado a cabo recientemente para mermar la libertad de expresión.
¿Qué pueden aprender otros países de esta clase de implementación en cuanto a sus propias normas para la libertad digital?
La libertad digital debe ser parte del sistema legal. Un proceso como el que se realizó en Brasil para formular su política de Internet es un método útil.
Jodie Ginsberg fue jefe de departamento de Reuters en Reino Unido e Irlanda y, a principios de año, fue nombrada directora ejecutiva de Index of Censorship; una organización benéfica internacional que aboga por la libertad de expresión en todo el mundo.