Quedan, apenas, 16 días para las próximas elecciones en Andalucía y el último barómetro del CIS  da como ganadora a la embarazadísima Susana Díaz. Es muy probable, por tanto, que el retoño que nacerá el próximo verano tenga bajo el brazo la presidencia de la Junta de Andalucía

Pero, la futura mamá no será una presidenta con mayoría absoluta, tendrá a otros compañeros que no forman parte del partido de la clavel y el puño, sino que pertenecerán a otros colores e insignias: roja y verde, morada, naranja e incluso azul pero eso ya se resolverá tras el 22 de marzo.

Exactamente 16 días tiene la actual presidenta de la Junta de Andalucía para elegir quiénes serán sus compañeros durante la próxima legislatura, ya que todas las encuestas y barómetros apuntan a que Díaz tendrá que pactar con alguna fuerza política para conseguir gobernar con mayoría absoluta, es decir, tendría que delegar algunas responsabilidades a los que, a día de hoy, son sus rivales en estas elecciones autonómicas. Tendría que pactar.

Parece que a la dueña del cortijo se le acaba el tiempo y según la estimación del número de escaños obtenidos solo tendría dos opciones: el azul, de Juan Manuel Moreno Bonilla o el morado de Teresa Rodríguez.  Sea cuál sea su decisión final, será criticada.

La ansiada estabilidad del gobierno andaluz falta desde que la se rompiera, el pasado mes de enero, el pacto vigente entre PSOE e IU desde las elecciones del 2012, este seria el motivo por el cuál la actual presidenta adelantó las elecciones autonómicas además de evitar que los futuros acontecimientos producidos en el partido afectaran gravemente a su puesto como dueña y señora de Andalucía.

La sevillana tiene suficiente temple como para advertir al Secretario General del Partido Socialista que solo la acompañará durante dos actos de la campaña electoral: Almería y  Sevilla.

De hecho, cuando se celebraron las primarias que darían como vencedor a Pedro Sánchez muchas fueron las voces que aseguraban que el joven estaría en manos de Susana Díaz y así parece estar siendo, de hecho, antes de que la propia presidenta asegurara que su prioridad era Andalucía hubo otras declaraciones de la misma en la que daba a entender que estaría dispuesta a subirse al tren de las generales haciendo tambalear el, cada vez más, resquebrajado imperio de Pedro Sánchez.

Susana Díaz es la dueña del cortijo, ella hace y deshace a su antojo; así ha sido desde que fuera nombrada como sustituta de Griñán. Por este motivo, cuesta imaginársela compartiendo su trono en Andalucía y mucho más con Juan Manuel Moreno Bonilla (El cortijo de Susana y Juan Manuel); PSOE Y PP unidos en Andalucía, ¡Por Dios! ¡Qué desfachatez! o con Teresa Rodríguez (el cortijo de Susana y Teresa)  ¡Lo que nos faltaba por ver!

Loas andaluces la van a votar a pesar de los casos de corrupción que han sumido al PSOE andaluz en la peor de sus crisis en sus 33 años de gobierno: el caso de los ERE  revolotean sobre la cabeza de importantes dirigentes como Manuel Chaves o José Antonio Griñán, los predecesores de Susana que hasta el momento no se ha visto salpicada. Ella es la encargada de seguir manteniendo el cortijo andaluz; un cortijo sumido en el paro y en la corrupción. Dice, Susana Díaz que va a ganar estas elecciones y, probablemente, lo hará; seguirá siendo la dueña del cortijo y echará a los perros aquellos que amenacen su estabilidad en el poder (incluido Pedro Sánchez)

Comienza el preludio de las elecciones; comienza la campaña electoral: bienvenidos al espectáculo.