Desde que apareció internet, nuestro vocabulario no ha dejado de crecer día tras día. Incluso la RAE, se ha visto obligada a añadir nuevos términos al diccionario. Uno de estos, es el término “blogger”.

En la actualidad, el mundo blogger es realmente extenso, sin embargo, uno de los campos dónde más fuerte ha pegado ha sido en el mundo de la moda. Un mundo, quizá, bastante desconocido hasta hace relativamente pocos años. Este cambio se produjo con la aparición de los llamados “ego-bloggers” (“ego”, del latín “yo” unida a la palabra “blog”, es decir,  blog creado por ellos, que habla sobre ellos)

El éxito de estos “ego-bloggers” viene ligado al atractivo evidente que sienten las empresas dedicadas al sector de la moda, de vender sus productos a través de los mismos. Dicho de otro modo, el producto es vendido “por nosotros, para nosotros”.

Una de las pioneras en nuestro país, ha sido la viguesa Alexandra Pereira, conocida por crear el blog (y ya marca propia) Lovely Pepa. Son numerosas las firmas que han visto en Alexandra la imagen perfecta para acercar sus productos al ciudadano de a pie. Ha colaborado con firmas como Stradivarius y Tous en sus primeros años, hasta marcas como Louis Vuitton. Es una manera segura de convertir a los lectores de esta “it-girl” en compradores potenciales de los productos que muestra. La pregunta que, seguro muchas, nos hacemos ¿Cuánto tarda en agotarse la ropa que muestra a través de sus redes sociales? Alexandra y otras chicas (y chicos) han logrado convertir su blog, en su forma de vida.

Después de leer esto, no es raro que asociemos el término “ego-blogger” a “ropa gratis”, “viajes”, “lujo”, “semanas de la moda”. Sin embargo, ¿qué hay detrás de todo esto? Un blog de la envergadura de los mencionados, requiere de largas horas de trabajo, planificación, reuniones, largas temporadas fuera de casa y sobretodo de compromiso para y por los lectores. Pero por encima de todo eso, requiere de aptitudes para mantenerse dentro de los “parámetros de la fama”, porque un simple tropiezo  puede ser el último paso en este mundo, cada vez más competitivo y quizá ¿intrusivo?

Sin duda, el atractivo de ser tu propio jefe, marcar tus reglas y unir hobby a profesión, ha conquistado a numerosos chicos y chicas de todas las edades y con diversos intereses. Como profesora, no es la primera vez que escucho a alguno de mis alumnos decir “quiero ser blogger” y posiblemente no será la última. Los héroes y heroínas han cambiado ¿dónde quedó el “quiero ser bombero, policía o médico”?