Repetidas veces me pregunto por qué la idea de la Renta Básica no termina de calar en la gente. Yo creo que la mayoría se sienten a la defensiva con ella. La idea es atractiva, pero sospechan, no quieren meter la pata si la apoyan directamente.

De todas las cosas que comparto en las redes sociales, son muchas en las que la gente participa y muchas las que comparte; sin embargo, cuando lo que expongo se trata de la Renta Básica (RB), todo lo más es algún ‘me gusta’ aislado, pero no lo comparten. Las ideas que subyacen a esta actitud podría resumirse en una:
¿Y si creamos una sociedad de vagos?

Ya puedes argumentar respecto a los incentivos remunerativos que tiene aquel que trabajara una vez establecida la RB …
Pero no, ¿Y si creamos una sociedad de vagos?

Ya puedes razonar con las posibilidades de relaciones sociales y las perspectivas en proyecto innovadores para nuevos mercados que se crearían dadas las nuevas condiciones de poder adquisitivo y la seguridad de no arriesgarlo todo …
Pero no, ¿Y si creamos una sociedad de vagos?

Puedes seguir razonando y plantear que desaparecería el clientelismo despilfarrador de los políticos respecto a manejar a la gente con subsidios y bonificaciones …
Pero no, ¿Y si creamos una sociedad de vagos?

Puedes incluso argumentar que el consumo interior aumentaría, dando otras posibilidades de comercio …
Pero no, ¿Y si creamos una sociedad de vagos?

Puedes señalar también que la gente podría por fin formarse libremente, sin pensar en lo que interesa exclusivamente a las empresas, y de esta manera, innovar en los campos de la cultura, la literatura y del arte …
Pero no, ¿Y si creamos una sociedad de vagos?

Ya puedes postular la Renta Básica como el único derecho que protege y compensa realmente al individuo, frente a los manejos corporativos y oligárquicos del mundo actual, y que someten a los ciudadanos a la necesidad y la pobreza.
Pero no, ¿Y si creamos una sociedad de vagos?

Esta idea de una sociedad de vagos ¿proviene del aire? No, sabemos que no, está inserta en el inconsciente colectivo. Está implícita y embebida en los estilos de vida y los criterios morales y cognoscitivos de la sociedad, lo que conforma un mundo simbólico socio-político que paraliza a las gentes, incluso a los que más serían beneficiados por la RB.

Pero no, ¿Y si creamos una sociedad de vagos? ….

Esa no es la pregunta. La cuestión es si eso es lo que tú piensas, o lo que ya ha pensado el sistema por y para ti.