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TERCERA PARTE: 1868-1912

El periodo histórico que relataremos a continuación comienza con la Batalla de Alcolea en 1868, que abrió las puertas de la Revolución, la cual supuso el destronamiento  definitivo de la Reina Isabel II y desembocará en la formación de la Primera República Española; hasta llegar al asesinato en 1912 de José Canalejas entonces Presidente del Consejo de Ministros.

VIDA DEL SOLDADO

El campo y la industria en aquellos momentos estaban pasando por un momento de transformaciones en el que los jornaleros y los obreros comenzaban a reivindicar sus derechos y a enfrentarse con los patronos. Los sentimientos de los mandos hacia estos quintos era de desprecio, ya que veían en estos jóvenes a unos quintos ignorantes y sin ningún tipo de base cultural que sólo sirven como “carne de cañón” Comenzará por tanto una separación entre mandos y tropa que no se había dado en España hasta el momento y que repercutirá en movimientos futuros de sublevación de la tropa. Mientras las condiciones de vida de los soldados van a mejorar de una manera considerable y, mejoran las condiciones higiénicas rapando el pelo a los solados e impidiéndoles que lleven barba y bigote, aunque siguen muriendo muchos jóvenes por enfermedades como el tifus y la tuberculosis.

EL EJÉRCITO DE LA RESTAURACIÓN

La crisis económica que se vive en este momento, al igual que en otros periodos, hace que se empiece a recortar los gastos militares y a reducir la tropa. Pronto se dará un giro a la situación política del país cuando en 1873 el General Martínez Campos convence a los oficiales y sargentos para que apoyen la proclamación de Alfonso XII. Con la llegada del Rey Alfonso XII a la monarquía española se produce el final del conflicto carlista, aunque se darán otros conflictos muy importantes para el reino. Uno de los principales va a ser “la crisis de Cuba, Filipinas y Puerto Rico” en la que España va a perder las posesiones de Ultramar, debido al desconocimiento que se tenía de la zona y que permitió a los cubanos ganar la guerra con la ayuda norteamericana en 1898. Un año más tarde en 1899, para evitar un conflicto bélico con Alemania, venderíamos nuestras últimas posesiones del Pacífico, al Imperio Alemán (Guam, las Marianas, las Carolinas, Las Palaos) por 25 millones de pesetas de la época. El fracaso de los españoles se produciría cuando un grupo de oficiales españoles asalto en la Habana la redacción de un periódico haciendo que Estados Unidos enviará el acorazado Maine para garantizar la seguridad de los residentes americanos. Su intrigante voladura, terminará con la inclusión de este país en la guerra y la consecuente rendición de España. La crisis que se produjo en nuestro país a raíz de estos incidentes se tradujo en el surgimiento de un sentimiento antimilitarista  y pacifista. El segundo problema al que se enfrenta España en aquellos momentos se encuentra en el sur, concretamente en Melilla y en la guerra que se declara a Marruecos. Las tropas españolas comienzan a ser embarcadas para luchar en el país africano y comienza el descontento entre la población. Mientras, siguen llegando tropas a Marruecos, un país totalmente desconocido, y en el que muchos luchan incluso sin saber manejar un fusil. El fracaso español en esta guerra se producirá cuando los batallones procedentes de Madrid intentan tomar la base del Monte Gurugú, y son sorprendidos entre dos fuegos en el Barranco del Lobo, muriendo un número de 93 soldados que contabilizaba el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra y el decir popular que hablaba de 520 soldados muertos, poco después de este hecho se suspendieron las actividades militares en este país con la consiguiente derrota del Ejército español.

INTRODUCCIÓN AL MODELO GERMÁNICO

Tras la Guerra Franco-Prusiana, todos los países europeos intentan imitar el modelo alemán de organización militar; hay que vivir preparados para la guerra y por lo tanto todos los jóvenes deben pasar por el Ejército. Tras las revueltas de Barcelona y la derrota de Melilla las ideas a favor de crear un servicio militar obligatorio van tomando cuerpo. Los años anteriores a este hecho hubo varios intentos de suprimir las quintas de las que el pueblo no tenía buena opinión, e implantar un Ejército profesional. Así lo intenta crear Ruiz Zorrilla en un proyecto de 1872, pero al final no será aprobado. Un año más tarde se establece una ley que en uno de sus artículos refleja esta idea y da paso a la creación de un Ejército de voluntarios expresando la abolición de la quinta. Tal y como establece esta ley, y al sucederse los incidentes catalanes, se hace un llamamiento para reclutar voluntarios que resulta un total fracaso; de las 48.000 vacantes sólo se cubren 7.000. Cuando Castelar llega a la presidencia se intenta acabar con las contiendas carlista y cantonal y va a aprovechar las atribuciones extraordinarias con que le ha dotado el Parlamento para universalizar el reclutamiento. El acercamiento de un servicio militar obligatorio se va haciendo cada vez más inminente y además se multará a los padres de los prófugos con una multa de 5.000 pesetas. En 1890 Cánovas mandará al jefe de la sección de reclutamiento que prepare una ley basada en el servicio militar obligatorio, pero no se va a aceptar debido a problemas dentro del Gobierno. El impulso final para el establecimiento de la obligatoriedad del servicio militar se dará durante el Gobierno de Canalejas, durante el cual, el Rey Alfonso XIII solicita la cooperación de diputados y senadores para que mediante un “común movimiento de patriotismo” se impusiera el servicio militar obligatorio. El proyecto final, fue firmado por el Rey Alfonso XIII el 29 de junio de 1911; dictaba las bases para la ley de reclutamiento y reemplazo del Ejército y establecía el servicio militar obligatorio (Ley de 29 de junio de 1911), una vez consensuado por demócratas y republicanos será aprobado el 19 de enero de 1912 con el nombre de Ley de Reclutamiento y Reemplazo (Ley de 19 de enero de 1912), en la cual se implanta la obligatoriedad de cumplir el servicio militar a todos los españoles.

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