Ya quedan lejos aquellos comienzos en los que los hermanos Lumière grababan a los obreros saliendo de la fábrica en silencio y en blanco y negro. El mundo del vídeo ha experimentado una revolución constante y ha llegado a invadir todos los ámbitos de la vida, desde los videocurrículums hasta la infinidad de vídeos caseros.

El desarrollo tecnológico llega a tal punto que ya se vislumbra en el horizonte la llegada de la holografía y de la realidad virtual. Antes de ello, al vídeo convencional aún le queda mucho camino por recorrer. Algunas de las nuevas mejoras son la posibilidad de grabar bajo el agua y una mejor adaptación al movimiento.

Grabar bajo el agua

El agua ha sido desde la aparición del hombre un territorio difícil para este. Los primeros avances consistieron en conquistar la superficie de ríos y mares mediante la construcción de embarcaciones. Tras ello, llegó la conquista de sus profundidades mediante inventos como los submarinos o las simples gafas de bucear.

La meta ha dado un paso más y se busca ahora poder también inmortalizar cuanto sucede bajo el agua, al igual que se ha inmortalizado hasta el milímetro cuanto sucede sobre la tierra. Las nuevas videocámaras son capaces de grabar con precisión no solo el movimiento de los objetos o seres vivos en el mar, sino también el movimiento de agua que producen dentro de este.

También resulta sorprendente la precisión con la que cámaras sumergidas son capaces de captar los fenómenos que suceden en la superficie, tales como el oleaje.

Queda en este terreno un gran camino por avanzar, mejorando la adaptación de las videocámaras al medio acuático, así como a las bajas temperaturas propias de este.

Adaptarse al movimiento

El objetivo es hacer que las imágenes y sonidos de las cámaras de vídeo se parezcan lo máximo posible a las imágenes y sonidos captados por el ojo y el oído humano. En el movimiento es donde más se puede apreciar la diferencia entre una cámara y los sentidos humanos, diferencia que busca reducirse.

Los nuevos modelos han mejorado bastante en este aspecto, pudiendo incluso captarse fielmente los movimientos producidos al surfear una ola o al conducir.

Grabar desde el aire

Si el agua es un medio difícil para el hombre, mucho más lo son los cielos. Ahora las nuevas innovaciones parecen hacer necesario el desarrollo de cámaras capaces que grabar con precisión desde objetos voladores.

El auge de la tecnología dron parece ser la innovación más importante en este aspecto. No es extraña la colocación de videocámaras en los drones.

  • Las imágenes como propaganda

La primera función que se le dio al cinematógrafo fue la meramente científica. Después se pensó en el uso lúdico de la imagen y tras ello no se tardó en valorar su potencial como arma propagandística.

Con unas técnicas audiovisuales muy atrasadas, los nazis consiguieron aprovechar la oportunidad que el cine les brindaba como arma de propaganda, siendo junto a la radio su mayor herramienta de manipulación.

La intervención rusa en la Guerra Civil Siria ha demostrado la enorme importancia de grabar las acciones militares. Los vídeos de la aviación rusa destruyendo objetivos enemigos ha servido para demostrar su insistente actividad, contrastando con un Estados Unidos al que se le acusa de estar de brazos cruzados.

Los vídeos aportados por la aviación rusa son, aún así, de escasa calidad. Cabría mejorar la capacidad de las videocámaras para grabar desde el aire, algo que en el terreno de la propaganda militar sería especialmente útil para probar que no se causan daños civiles.

El vídeo en la sociedad de la información

A pesar de las grandes mejoras tecnológicas que experimentan las cámaras digitales, parece que poco pueden hacer en el terreno informativo contra los sencillos teléfonos móviles. Su mayor calidad no resulta una ventaja decisiva en una sociedad en la que priman la instantaneidad y la comodidad por encima de todo.

La simple tenencia de un móvil convierte a cualquier ciudadano en un potencial periodista, pudiendo dar a conocer una noticia con el único requisito de estar en el momento y en el lugar adecuado. En cambio, la noticia no suele esperar a que nadie vaya a su casa para coger la cámara de vídeo.