La franja de Gaza sufre desde hace varias décadas el acoso y los ataques de las fuerzas militares israelíes. El origen del conflicto se remonta a años después de la creación del Estado de Israel después de la Segunda Guerra Mundial. Cada ataque que ha sufrido la franja palestina ha dejado siempre miles de muertos, casi todos civiles que no tenían ninguna intención de atacar.

La franja forma parte del todavía no reconocido Estado de Palestina. A pesar de que el Parlamento Europeo apoyase el reconocimiento del estado, solo ha habido dos países en Europa que han reconocido a Palestina como Estado nacional: Suecia y el Vaticano. Ademas, la ONU reconoció en 2012 a Palestina como Estado observador no miembro. El gran enemigo que se interpone en su camino por la proclamación nacional es Israel. Sus ataques no se reducen a lo militar, sino que también son a nivel político y diplomático.

El último gran ataque ocurrió entre julio y agosto de 2014. El nombre que Israel le puso al conflicto fue Operación Margen Protector. Empezó tras el secuestro de tres jóvenes israelíes por parte de Hamas. Según el Ministerio de Salud de Gaza, la cifra de muertos fue 2143 palestinos y 5 israelíes. Ademas, el conflicto dejo más de 10.000 heridos. El conflicto finalizo con una tregua entre los dos bandos que permitiría, entre otras cosas, la entrada de ayuda humanitaria en la franja.

Son muchas las organizaciones no gubernamentales las que han prestado gran apoyo al pueblo palestino, pero la ayuda que intenta llegar a este territorio se ve interrumpida y en ocasiones denegada por las fuerzas militares de Israel en la frontera. El último incidente conocido data de finales de junio, cuando un barco de la III Flotilla de la Libertad, que manda suministros a la franja por vía marítima, fue detenido por la marina israelí. Con cada envío, la flota traspasa el bloqueo que se mantiene sobre la franja desde hace varios años. Un bloqueo marítimo y terrestre que Israel alega siempre que se mantiene por medidas de seguridad contra los grupos terroristas e insurgentes de la zona.

La situación dentro de la franja es preocupante. Casi dos millones de palestinos se encuentran en la franja, aislados por el bloqueo. Toda la frontera está controlada por el ejército israelí, a excepción del paso de Rafah, en la frontera de Gaza, controlada por Egipto. Los egipcios solo abren unas pocas horas para dejar entrar ayuda humanitaria a la franja. Debido a los constantes controles, muchos llegan a hacer uso de los túneles de contrabando. Los suministros son principalmente alimentos, agua y combustible. Tambien llega material y equipo sanitario a los centros médicos, aunque acaba siendo insuficiente, ya que el porcentaje de heridos y enfermos, tanto niños como adultos, es elevado.

Según Amnistía Internacional, 4 de cada 5 personas dependen de la ayuda humanitaria. UNRWA calcula que el 27% de la población de Gaza son desplazados internos que no disponen de hogar ni refugios, y deben recurrir a los refugios de las ONGs. Mas 108.000 personas no disponen de una casa en la vivir. Más de 300.000 niños, según Oxfam, precisan de tratamiento psicológico al haber perdido sus casas, a sus familiares por los bombardeos.