Ha pasado más de una década desde que no me informo en algún libro de enciclopedia. Estos tomos enumerados que relucían y ,en ocasiones, siguen reluciendo en el salón de nuestros hogares han caído en el desuso de forma paulatina,siendo inversamente proporcional a la utilización de Internet para empaparse y averiguar sobre un aspecto en concreto.

A principios de los ochenta las enciclopedias se vendían como la Coca Cola pues los consumidores carentes de conocimientos sabían que se podían fiar de los datos reflejados en los ejemplares que adquirían, pero a estas alturas son pocos los individuos que se atreven a abrir un libro que seguramente este lleno de polvo y prácticamente obsoleto.

Que los tomos se utilicen como pisa papeles no inclina la balanza a favor de los inconvenientes en absoluto, puesto que las ventajas del Periodismo digital han supuesto un punto de inflexión en el cual te puedes informar en cuestión de segundos sobre un evento relevante e ,incluso, una noticia de ultima hora.

Esta velocidad con la que corre la información a través de Internet repercute tanto a los lectores como a los periodistas digitales que, como no anden con ojo, pueden ser fagocitados con cantidades ingentes de información. Es tan relevante la cantidad de información como la calidad de la misma, ya que la información debe estar contrastada para que resulte útil, a continuación os propongo una batería de consejos para verificar las fuentes de los artículos que encuentres en la diferentes plataformas online:

Lo primero, la firma. Según sea el autor del texto, ya sea un articulo o un análisis de datos, debes tener en cuenta que cada uno comenta un hecho determinado según le conviene. Seguramente mencionara medias verdades, sobre todo si pertenece o es más afín a una organización ideológica o política. Que el autor pinte los datos según el color de su tendencia provoca un sesgo fácilmente reconocible si comparas a otros escritores que hayan redactado sobre el mismo aspecto.

En el caso que no puedas encontrar al autor de las lineas, o que sea realmente tedioso es posible que la información que haya subido a la web sea inventada o falsa, ya que sino firma estará evitando así responsabilidad,criticas, comentarios…

Fíjate en las firmas que reflejen credibilidad de inmediato, ya sea por su pasado o por la fuente en si, ya que los boletines oficiales del Gobierno o los Ministerios de una nación deben mostrar datos y/o estudios veraces.

Pon especial atención en la web que se publiquen los datos, pues podrás fiarte más de un periódico digital de tirada diaria o mensual que de una plataforma que sube un articulo determinado sin ninguna continuidad. La experiencia es un grado, y se consigue tras la escritura diaria de artículos.

Como hemos mencionado, la práctica hace al maestro, y en este caso, la forma de redactar el contenido sin erratas gramaticales estará relacionado directamente con encontrar a un autor de fuente fiable.

Para terminar, quiero destacar dos beneficios de verificar las fuentes en Internet:

1. La información comprobada y revisada estimula la participación. Exponer en un texto datos fiables y con referencias invita al debate.

2. La información de calidad incita el aprendizaje pues que esta sea transparente y veraz genera ansias de saber más por el tema que se ha leído e, incluso, te aporta la posibilidad de opinar con un criterio elaborado a partir de tus propias conclusiones.