La Revolución de las 13 Colonias, o también denominada Revolución estadounidense o Revolución americana se inició con las tensiones de menor importancia entre la falta de representación política de los colonos norteamericanos en el Parlamento británico y progresivamente se intensificó cuando Gran Bretaña aplicó impuestos a los colonos para saldar la deuda acumulada de la Guerra de los Siete Años. Al ser al mismo tiempo un proceso revolucionario (el primero de la llamada “era de las revoluciones” que abre la Edad Contemporánea) y un proceso de descolonización (la primera “independencia”), esta revolución significó transformaciones y conflictos internos y un conflicto exterior, entre las “Trece Colonia” británicas de América del Norte y su metrópoli (el Reino Unido) De este proceso surgiría una nueva nación (los Estados Unidos de América) que se estableció jurídicamente en textos de gran trascendencia, como la Declaración de Independencia (4 de julio de 1776) y la Constitución (17 de septiembre de 1787). Entre 1756 y 1763 Francia y España combaten contra Gran Bretaña por el control de los territorios de América del Norte. La Guerra de los Siete Años deja a los británicos como vencedores. El Rey Jorge III Conquista parte del actual Canada y las tierras del Oeste. Los colonos recién llegados pueblan las ciudades existentes, además de fundar nuevas ciudades y pueblos. Al combatir en los indios, la Corona creará nuevas oportunidades para los recién llegados, así los territorios se llenan de nuevas fincas y haciendas que proveen de grano y tabaco a Inglaterra. La época revolucionaria se inició en 1763, cuando llegó a su fin la amenaza militar francesa sobre las colonias británicas de América del Norte (guerra franco-india); y quedaron frustradas las expectativas tanto de los minutemen y milicianos de a pie como de los colonos más ambiciosos que, habiendo demostrado en la guerra su capacidad y liderazgo, no tenían posibilidades de hacer carrera política o militar frente a los procedentes de la metrópoli, que acaparaban todos los cargos. La sociedad no tiene una fuerte aristocracia dada por nacimiento como en Inglaterra, todos los colonos, e incluso los recién llegados comercian a la par, los colonos son también una sociedad esclavista. Gran Bretaña se encuentra en los albores de la Revolución Industria y necesita de sus colonias para que le aporten las materias primas que necesita la metrópoli. Pero el mantener un imperio tan basto y en continua expansión tiene un alto coste para la Corona.
Un coste que al Rey Jorge III necesita exprimir imponiendo más tasas a las colonias de América del Norte. El descontento y el reclamo de los colonos llenan las calles de las principales ciudades de las 13 colonias, pero estos movimientos y reclamos populares no son atendidos ni escuchados por el Rey de Inglaterra. En 1765 el Parlamento Inglés, aprueba la Stamp Act, una medida aprobada por los ingleses que creará un impuesto sobre el papel, el cual es importado por las colonias. Este abusivo impuesto hará que los colonos se unan contra las medidas abusivas del Parlamento inglés. Hay una llamada a la desobediencia inglesa, movilizaciones organizadas que atacan a los funcionarios ingleses. Los colonos saben que ahora pueden combatir contra el uso abusivo que llega desde Gran Bretaña. En Virginia, se proclama un principio que es crucial para la separación formal con Gran Bretaña “No Taxation Without Representation” No se pagaran impuestos a quien no representa a los colonos. El claramente el principio de la independencia norteamericana. Desde la década de 1760 la opinión pública de las trece colonias fue tomando conciencia de su identidad y unidad de intereses en una oposición cada vez mayor contra el gobierno británico, que no atendió los llamamientos a la moderación; hasta que la dinámica de desafíos mutuos condujo a un conflicto armado, la guerra de Independencia (1775-1783), aunque las victorias decisivas en el campo de batalla se dieron en octubre de 1781.
En 1767 el Rey Jorge III impone nuevos impuestos y la resistencia estalla en Maryland, New York, Philadelphia y Boston, donde se llevará a cabo la primera matanza por parte de los ingleses en 1770. Boston está ocupada por tropas británicas que garantizan el cumplimiento de las discrepancias impositivas del Rey. Un joven trabajador se acerca a la casa de Aduanas solicitando un pago, un centinela británico lo reprime, el joven volverá acompañado por un nutrido grupo de colonos que arrojaran al soldado bolsas de basura. Un Capitán y 8 soldados acuden en su ayuda, un soldado dispara a la muchedumbre, con lo que el resto de soldados hacen lo mismo, con un resultado de 6 colonos muertos. Las autoridades enjuician a los culpables de la masacre y dos soldados son hallados culpables. Será John Adams, quien oficiará de abogado defensor de los dos soldados imputados por los sucesos de Boston. John Adams dirá más tarde: “La masacre de Boston, fue en realidad el inicio de la Independencia de los EEUU” El incremento de los costes de mantenimiento de llevó al gobierno británico a adoptar una política altamente impopular: las colonias debían pagar una parte sustancial de ello, para lo cual se subieron o crearon impuestos (Sugar Act y Currency Act de 1764 y la Stamp Act de 1765, como ya hemos visto anteriormente. En 1773 se crea la Asociación secreta denominada los Hijos de la Libertad, una organización de patriotas americanos que surgieron de las 13 Colonias británicas en América del Norte. El grupo estaba formado para proteger los derechos de los colonos y sobre todo para manifestarse por las políticas abusivas que llegaban impuestas por el Parlamento británico. Esta organización secreta estaba liderada por el primo de John Adams, Samuel Adams, quien no acepto que el Parlamento inglés legislara las políticas de las colonias. Este nombre surgió en un discurso en Londres, en el Parlamento, donde el Coronel Isaac Barré, se refirió a los colonos como: “Los Hijos de la Libertad” Cuando en 1773 el Gobierno británico aprueba la Ley del Té, la Compañía de las Indias Orientales, empezó a competir de forma desleal con los comerciantes y contrabandistas, entre ellos Samuel Adams. La bandera de los Hijos de la Libertad se constituyó en 1767, cuando estos establecieron la llamada “Barras Revoltosas”, con nueve rayas verticales desiguales (cinco rojas y cuatro blancas) Se presupone que las nueve barras representaban al grupo patriota Loyal Nine. También se les asociaba otra bandera, esta con 13 rayas horizontales rojas y blancas, usada por las naves de comerciantes americanos durante la guerra. En los enfrentamientos que tuvieron lugar en Boston, cerca de 160 hijos de la libertad se disfrazaron de indios, amedrantaron a los marineros y arrojaron 45 toneladas de té por la borda. En represalia la Corona envío a Boston un nuevo gobernador el cual entre las medidas que se llevaron a cabo dio orden de cerrar el puerto, A pesar de esto, la independencia ya se discute libremente en los periódicos de las colonias. En 1774 tendrá lugar el primer Congreso Continental, los colonos empiezan a organizar sus milicias y supervisar sus propias cortes de justicia. Líderes locales insisten en que la soberanía política es responsabilidad de cada colonia. El 5 de septiembre de 1774 se reúne en Filadelfia el Primer Congreso Continental. El Congreso no se inclinaría hacia ninguna postura radical ni a favor de los conservadores que buscaban acordar con Jorge III ni a favor de los fervorosos independentistas “Hijos de la Libertad”. El Congreso aprobó una Declaración de Derechos y Agravios dirigida al pueblo de Gran Bretaña y de las colonias, y también aprobó una petición al rey, pero defiende claramente el derecho de los colonos a mejorar sus asuntos internos sin la intervención de la Gran Bretaña. Esta decisión no agradó a los grupos más radicales, que sostenían que el Parlamento no tenía ningún derecho sobre las colonias, que los colonos debían amar y honrar al rey, apoyarlo en las guerras y respetar los tratados internacionales que éste firmara y que las colonias debían gobernarse por medio de sus asambleas. Esta doctrina no iba a ser aceptada por el Gobierno británico, ya que aceptarla significaba el fin de la relación colonial.
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