En las próximas tres décadas la fecundación in vitro (FIV) será el método reproductivo más utilizado por las parejas que quieren tener hijos.
Hoy en día, la FIV es empleada por aquellas parejas que presentan problemas de fertilidad. Pero, en un futuro no muy lejano, los avances de la genética harán que las parejas decidan sobre las características físicas y los rasgos psicológicos de sus bebés.
Joyce Harper es Profesora de Genética en University College London. Harper tiene más de 30 años de experiencia en la investigación científica de genética de preimplantación y es una de las pioneras del DGP (Diagnostico Genético Preimplantacional), una técnica que permite estudiar el ADN de los embriones.
Esta prueba se realiza tras la fecundación de los óvulos en probetas con el semen de la pareja y sirve para detectar cuales son los óvulos sanos que pueden ser reimplantados en el útero de la mujer.
Según su investigación, gracias al DGP, en muy pocos años las parejas tendrán la posibilidad de elegir el sexo de sus hijos, sus rasgos cosméticos y comportamentales.
Actualmente, con el DGP los padres que ya tienen una enfermedad genética, pueden averiguar si su embrión también lleva la misma alteración genética. Luego, se seleccionan los embriones que gozan de buena salud, se colocan en un catéter y se introducen en el útero.
“Lo que espero es que, en las próximas décadas, la información genética que averiguamos durante la prueba de DGP nos muestre el código genético del embrión por completo y no solo algunas de sus informaciones”, comenta Harper.
Los investigadores científicos y los técnicos de laboratorio ya utilizan la secuenciación de embriones para hacer DGP. Pero, el proceso de secuenciación es aún muy limitado. Durante la prueba solo se pueden estudiar algunas de las secuencias del ADN de un embrión; además, se suele dar más importancia al estudio de las enfermedades genéticas que al color de los ojos de un futuro bebé.
Pero, según Harper, en el futuro la gente tendrá acceso a todas las secuencias del ADN de un embrión y muchas parejas que no necesitan hacer FIV tendrán la opción de reproducirse de esta manera y de elegir cual de sus embriones será su futuro bebé.
Sin embargo, el futuro de la reproducción humana tiene múltiples implicaciones éticas.
Según Guido Pennings, filósofo y Profesor de Bioéticas en Bruselas: “Si no puedes tener hijos, tienes el derecho a emplear la tecnología para resolver tus problemas de fertilidad. Pero si no necesitas hacer FIV, tendrías que pensártelo con cuidado. Al final, una técnica tan poco natural solo podría complicar las cosas”.