La OTAN advierte de posibles ataques terroristas a cruceros en el Mediterráneo
El Estado Islámico prepara atentados con misiles de corto alcance contra buques petroleros en el Mediterráneo desde bases yihadistas en la costa de Libia. La OTAN alerta de que los yihadistas quieren crear su propia fuerza marítima para llevar ataques contra barcos de pasajeros y mercantes, al tiempo que la asociación internacional de líneas de cruceros ha puesto en marcha medidas para incrementar la seguridad de los buques. Las estimaciones de inteligencia de la OTAN señalan que el terrorista Estado Islámico, cuenta con capacidad para atentar contra buques mercantes en general y petroleros en particular, mediante misiles procedentes de los arsenales del ejército libio. El vicealmirante británico Clive Johnstone, jefe del Mando de las Fuerzas Marítimas de la OTAN (MARCOM-Maritime Command), ha manifestado que el Estado Islámico o Daesh quiere crear su propia fuerza marítima para llevar a cabo ataques contra cruceros o barcos mercantes en el Mediterráneo y que en estos momentos “cuenta con capacidad para cometer atentados en el mar”. Ante la voz de alarma de la OTAN, la Cruise Lines International Association (CLIA), organización que representa a más del 95 por 100 de la capacidad mundial de cruceros con 23 millones de pasajeros al año, ha puesto en marcha un manual de medidas de seguridad para evitar ataques y asaltos terroristas a los buques.
La toma de Sirte y otros puertos de la costa libia por los yihadistas hace temer posibles ataques piratas y atentados terroristas contra líneas de cruceros que transitan la zona. Se teme una alianza con las mafias que trafican con seres humanos desde Sirte y el puerto de Nafaliya Por su parte, los servicios de inteligencia italianos han elaborado diversos análisis sobre la amenaza terrorista del Estado Islámico desde la costa Libia, debido a su cercanía con la isla de Sicilia y los corredores marítimos que unen el Mediterráneo Oriental y Occidental. La OTAN mantiene en el Mediterráneo desde los ataques del 11-S la Operación Active Endeavour de lucha contra el terrorismo internacional, en el marco de la “defensa colectiva” entre los países miembros de la Alianza. El MARCOM dirige el despliegue de medios navales (buques de superficie y submarinos) y aéreos (aviones de patrulla marítima/alerta temprana) en el Mediterráneo. El mayor problema para la seguridad marítima internacional es que esta vez el campo de actuaciones de estas organizaciones de criminales se encuentra a tan sólo 370 kilómetros al sur de la frontera meridional de la Unión Europea (UE)
Así lo afirma un informe del Ministerio de Defensa italiano que ha sido dado a conocer la semana pasada, y en el que se señala que, si los yihadistas consiguen forjar una alianza con las mafias de Sirte y del puerto de Nafaliya, “el Estado Islámico puede recrear en el sur del Mediterráneo la misma situación que se ha producido en Somalia y en el Golfo de Adén. La pulverización territorial y tribal en Libia y la irrupción del yihadismo mediante movimientos terroristas como el Daesh y AQMI, son el resultado de la desastrosa guerra que inicio la OTAN en 2011. La inteligencia italiana no descarta que los yihadistas utilicen “barcazas suicidas” repletas de refugiados y cargadas de explosivos como cebo a los buques de rescate que utiliza la OTAN.
Los cruceros estudian “medidas de seguridad”
La mera posibilidad de que Estado Islámico extienda su yihad a la alta mar ha suscitado posturas encontradas entre los expertos y la industria naviera. En mi análisis veo completamente factible que los yihadistas puedan constituir una flotilla con la que empezar a secuestrar barcos europeos y considero que la mera presencia de sus milicianos en la costa de Libia es una amenaza grave para la seguridad marítima, y, en especial, para países como Italia, Malta o incluso Francia y España.
Uno de mis principales argumentos es que esta es la zona por la que transcurren la mayor parte de los viajes de vuelta de todos los cruceros que parten de Barcelona hacia Francia, Italia, Malta, Grecia, Turquía, Israel, Egipto. La otra razón que esgrimen los más pesimistas acerca de la amenaza que puede llegar a suponer el Estado Islámico se encuentra en el continuo aumento del número de inmigrantes ilegales de origen subsahariano que zarpan de los puertos libios en embarcaciones fletadas por traficantes y que tienen como destino Sicilia y Lampedusa. Según los últimos datos de la Marina italiana, tan sólo en 2014 llegaron a Italia 200.000 personas, de los que únicamente han sido deportados unos 10.000. En 2015 llegaron a Europa 600.000 refugiados, de los que se calcula que 137.000 lo hicieron por Italia, y de ellos se habrían introducido según los servicios de inteligencia unos 4.000 terroristas en Europa. No obstante, también hay otras razones estratégicas e ideológicas que llevan a pensar que será muy difícil que los combatientes del Estado Islámico se conviertan en piratas.
Desde el punto de vista de la sharia, la piratería es un pecado tan grave como cualquier otro tipo de robo: los yihadistas podrían combatir en el mar por Ala, pero jamás lo harían con ánimo de lucro. Muy pocos milicianos de la filial de al-Qaeda en Somalia, al-Shabab, participaron en algún tipo de actividad pirata Lo que sí se piensa que puede tratar de hacer el Estado Islámico es controlar el tráfico del petróleo, y, para ello, aliarse con las bandas de contrabandistas que estarían exportando de forma ilegal crudo libio hacia Túnez y Malta. En este sentido, no es una casualidad que en Sirte y Nafalia existan varias refinerías. Estas instalaciones pueden tener un papel clave de cara a la expansión del Estado Islámico en Libia, que podría estar entrenando en ese país entre 4.000 y 6.000 combatientes yihadistas Por otro lado, los puertos bajo el control de los yihadistas también pueden servir como punto de entrada en el país de combatientes extranjeros, y, sobre todo, de armas. De hecho, pese al embargo impuesto por la ONU tras el estallido de la guerra civil libia en 2011, se calcula que varias toneladas de armas ligeras y municiones han entrado en el país a través de sus puertos. El “escenario sirio” puede que acabe por repetirse en Libia y muy posiblemente se expanda por todo el norte de África. Si Egipto, Túnez y Argelia entraran en una desestabilización provocada por la nueva guerra en Libia, tendríamos el caos establecido en el Magreb, con estados bajo control del islamismo radical. Europa tiene ante sí un gran problema con Libia, que se suma a los de Siria e Irak; quedarse de brazos cruzados supondrá que en pocos años, el islamismo radical se extenderá por todo el norte de África y optar por la acción armada traerá muerte y destrucción y como tal cientos de miles de refugiados se dirigirán a Europa, con lo que el caos que amenaza el Mediterráneo está servido.
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