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BILBAO, ESPAÑA. ROOSTERGNN ha lanzado recientemente una serie titulada “Great Museum Collections” (o “Grandes Colecciones de Museos”), que expone impresionantes colecciones de arte de todo el mundo. Sin embargo, hay veces en las que el visitante se siente decepcionado.

Encontramos un ejemplo en el Museo Guggenheim de Bilbao. Sin lugar a dudas, el edificio que alberga el museo es espectacular. Al diseñar los primeros bocetos, Frank Gehry nunca dejó parado el lápiz, por lo que el edificio fluctúa de una planta a la otra, según se informa en la audio guía del museo.

Museo Guggenheim, Bilbao  | ROOSTERGNN

Museo Guggenheim, Bilbao | ROOSTERGNN

Realmente es una pena que el museo esté rodeado por el río, el puente y una mezcla ecléctica de otros edificios. Una construcción de este tipo se apreciaría mejor si pudiese ser admirada en su totalidad; de hecho, sería imposible fotografiar el edificio sin que hubiese alguna otra estructura en el fondo – o delante, ya sea el perro florido gigante de Jeff Koons o el puente en el otro lado.

Jeff Koons, Tulipes, 1995-2004

Jeff Koons, Tulipes, 1995-2004

La entrada al museo cuesta una friolera de 13 euros. Parece que sea para pagar por la cubierta, y no por el contenido: aparte de la arquitectura, el museo apenas tiene nada significante de lo que presumir. El trabajo de Jeff Koons se queda obsoleto si no hay ninguna otra colección permanente de interés. Las mejores exposiciones temporales pueden incluir un Picasso o dos, por lo que es mejor comprobar el calendario de exhibiciones antes de ir. Las obras pueden provenir del Museo Guggenheim de Nueva York o de otros museos del mundo.

Interior del edificio

Interior del edificio

Si realiza la visita con una persona con discapacidad, será mejor que esté preparado para un viaje movido (o una carrera de obstáculos): no es posible acceder con silla de ruedas a la entrada principal del museo y tendrá que bajar una escalera a trompicones, ya que cada escalón cuenta con una pequeña rampa, en lugar de haber una única rampa para toda la bajada. Uno tiene la impresión de que el arquitecto se olvidó de la entrada para discapacitados y que ésta solo fue añadida después, un error funcional que no debería pasarse por alto, independientemente de la belleza del edificio.